Ana García-Siñeriz: “No me quisiera morir sin hacer algo por los demás”

Ana García-Siñeriz se ha afincado definitivamente en Madrid al lado de su marido, Gauthier Peyrouzet, y de sus hijos. Tras acabar su singladura junto a Boris Izaguirre en las tardes televisivas de Cuatro, la periodista va a poner en marcha su propio blog y está a la espera de iniciar un nuevo programa.

Te has pasado los últimos tiempos separada de tu marido. Tú, trabajando en Barcelona, él en Madrid. ¿Cómo ha sido el reencuentro? Te lo puedes imaginar. De vernos los fines de semana hemos pasado a estar juntos todos los días. En este aspecto, he ganado muchísimo en calidad de vida familiar. Estoy muy feliz.

¿Te sigues viendo con tu hasta ahora compañero televisivo, Boris Izaguirre? Sí. Incluso ahora nos vemos con más ganas que antes. Porque en Cuatro nos veíamos a todas horas, y ahora es para contarnos cosas. Ha quedado el poso y cada día le aprecio más.

¿Vuelves a vivir en el chalet que en su momento alquilaste a la familia Beckham? Sí. Es una casa muy amplia y muy bonita. También ha sido un feliz reencuentro, ja, ja, ja.

¿Qué programa te gustaría hacer en el futuro? Uno en directo y dirigido a mujeres.

Defínete en tres adjetivos. Secreta, espero que buena persona y muy sincera.

¿Qué no te gustaría que dijeran de ti? Que soy una mala persona.

¿Un momento literario memorable? Leer Ada o el ardor, de Nabukov.

¿Relees los libros? Los que me interesan, sí, siempre. Y lo hago desde hace muchos años.

¿Un momento deportivo inolvidable? Algún partido de la selección española de fútbol con muchos goles, como el que se ganó a Malta doce a uno, y las victorias de Carlos Sainz en los rallies.

¿Una secuencia cinematográfica que no olvidas? Las de Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia. Es una película que me encanta.

¿Qué te gusta hacer cuando no trabajas? Disfrutar de la naturaleza en compañía de mi familia.

¿Si te tocara la bonoloto qué no harías con el dinero? Gastarlo en tonterías.

¿Y en qué te lo gastarías? En ayudar a los que quiero y a la gente que pasa penalidades.

¿Sueles poner excusas cuando no quieres ir a un sitio determinado? Todavía no he aprendido a decir que no, y digo que sí, y luego me arrepiento.

¿Cuál es la mentira más gorda que has contado en tu vida? No he dicho ninguna. A veces, les digo alguna mentirijilla a mis hijos…

¿Un pequeño placer en tu profesión? Hablar con las chicas de maquillaje y peluquería antes de entrar en el plató.

¿Y fuera de ella? Disfrutar de un buen día de sol en el campo.

¿Si no fueras lo que eres, qué te gustaría ser? Arquitecto.

¿Envidias algo? A cualquier gran arquitecto.

¿Qué detestas? La intolerancia, la envidia y la maldad gratuita.

¿No te quisieras morir sin hacer qué? Sin hacer algo por los demás.

¿Un olor? El de la leña cuando se quema en la chimenea.

¿Un sabor? El del chocolate.

¿Un sonido? El del canto de los pájaros.

Y un color. El rojo.

¿Sueles llorar en algunas películas? Lloro con algunas películas, e incluso cuando veo determinados anuncios de televisión.

¿Qué te hace pasar vergüenza? Pocas cosas. Antes era más vergonzosa.

¿Cuál fue tu mayor ataque de risa incontrolada? Recuerdo una vez que vi unas imágenes de Ruiz Mateos dando una bofetada a alguien. No me podía controlar la risa, y estábamos en directo… Imagínate el número.