Soluciones para que las lágrimas no arruinen nunca más tu maquillaje
En ocasiones no puedes evitar llorar. Te contamos los secretos de belleza para disimular la reciente presencia de las lágrimas.
Se casa tu hermana o tu mejor amiga y prevés que habrá lágrimas y pasará lo peor: se te hincharán los ojos, la nariz enrojecerá y el maquillaje acabará hecho una ruina. Si quieres evitarlo, aquí tienes la solución.
Un llanto desatado convierte tu rostro en un paisaje desolador. Los ojos se inflaman casi instantáneamente, la punta de la nariz enrojece y los labios pierden su definición. En estos casos, el maquillaje, lejos de disimular el desastre, lo amplifica: las sombras se diluyen, el color de los labios pierde intensidad y la máscara forma riachuelos que bajan por tus mejillas hasta la barbilla. Una situación de emergencia extrema que, sin embargo, tiene arreglo.
¡Dios mío, voy a llorar!
En cuanto tengas esta sensación, lleva la punta de la lengua al fondo del paladar –seguro que has visto este gesto en muchísimas películas– y verás cómo te resulta más fácil controlar el llanto. A continuación, respira a fondo para restaurar la emoción en cuanto sientas que empiezas a hacerlo de forma más rápida o entrecortada. Si conservas la calma, seguro que lo consigues.
Si nunca en tu vida has podido controlar las lágrimas
Bueno, la parte positiva es que te conoces bien y puedes ser previsora. Nicoleta Vlad, directora creativa del salón Nikol Beauty, aconseja utilizar bases de maquillaje en polvos compactos: “En ningún caso uses bases líquidas porque, al mezclarse con las lágrimas, la piel se embarra; además, es imprescindible utilizar máscaras y sombras waterproof, que, de verdad, resisten sin inmutarse las lágrimas, y aplicarse un fijador sobre el rostro una vez maquillado para que cada cosmético permanezca en su sitio”.
De acuerdo, te has deshecho en lágrimas. ¿Y ahora?
Lo primero: no las arrastres porque te vas a llevar por delante todo el maquillaje. En su lugar, da pequeños toques sobre las lágrimas con un pañuelo de papel y, a continuación, ve al cuarto de baño, donde podrás emplearte más a fondo, y rocía el rostro con un fijador de maquillaje para recuperar el control.
¿Qué hago para disimular las rojeces del rostro?
Dos cosas: la primera, lleva un abanico, el arma infalible para devolver la temperatura normal a la cara y que las rojeces desaparezcan. “Además –dice Paola Gugliotta, fundadora de la firma Sepai– el aire seca las lágrimas más rápido y no dejan huella sobre la piel”. La segunda: píntate los labios de un rojo contundente. Llamarán tanto la atención que las zonas enrojecidas quedarán en un segundo plano.
EN EL BOLSO
Para después de la lágrimas
Necesitas como el comer un cosmético que descongestione los ojos y que tenga un efecto drenante y antibolsas. Que no te falte en tu bolso Puff Eyes, de Sepai (70 €).
¿Llorado? ¿Quién ha llorado?
Touche Corrector de Skeen (29 €) es un fluido indetectable que produce ese efecto de piel uniforme, relajada y natural de forma instantánea, así que parece que no has llorado. Puedes utilizarlo en todo el rostro o en las zonas cero, como ojeras e imperfecciones.
Los polvos que crean un efecto buena cara
Da igual lo que hayas llorado. Los polvos Les Beiges de
Recuperar la compostura
Otro básico en tu bolso por si te emocionas demasiado. Esta bruma fijadora del maquillaje firmada por Marc Jacobs (35 €) ilumina la piel y la refresca con solo tres vaporizaciones.
¿Tienes un dispositivo móvil iOS o Android? Descarga la APP de Vanitatis en tu teléfono o tablet y no te pierdas nuestros consejos de moda, belleza y estilo de vida. Para iOS, pincha aquí, y para Android, aquí.
Se casa tu hermana o tu mejor amiga y prevés que habrá lágrimas y pasará lo peor: se te hincharán los ojos, la nariz enrojecerá y el maquillaje acabará hecho una ruina. Si quieres evitarlo, aquí tienes la solución.
- Maquillaje para bodas y comuniones: así tienes que combinarlo con tu vestido Yolanda Ormazábal
- ¿De verdad hacen falta tantas cremas? Yolanda Ormazábal
- El mejor truco de maquillaje y más práctico: usar el labial como colorete C. Castany