Alternativas al retinol según tu tipo de piel: renovación, hidratación y nuevos ingredientes

Efectivo agente en la batalla con las manchas en la piel, capaz de devolver la luminosidad e igualar el tono, atenuador de las arrugas, renovador de la superficie cutánea… Los efectos que el retinol -procedente de la vitamina A, conocida como ácido retinoico- ejerce sobre la piel lo han convertido en un ingrediente básico en la cosmética, pero la forma que tiene de conseguir estos resultados es, precisamente, la que lo transforma en un ingrediente 'complicado'.

La retinización es el proceso a través del cual nuestra piel reacciona ante el retinol y termina por adaptarse a él. Esto se traduce en una sensación de cosquilleo y el posterior levantamiento de la capa más superficial de la piel, eliminando la capa de células muertas y estimulando esta renovación. La piel bajo ella se revela uniforme, con un tono más claro y con mejor hidratación.

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Lo que ocurre es que esta irritación y descamación necesaria puede resultar demasiado agresiva para las pieles sensibles. Si a esto le sumamos la sensibilidad del retinol a los rayos del sol que lo alteran y hacen que pierda su efectividad, surge la necesidad de encontrar una alternativa que arroje resultados lo más parecidos posible al retinol, pero apta para las pieles sensibles.

Aunque una de las respuestas habituales suele ser indicar el uso de cosméticos con una menor concentración de retinol u otros derivados de la vitamina A, en el mercado encontramos alternativas procedentes de la naturaleza, sintéticas, más o menos potentes y que se pueden adaptar a lo que cada piel y persona necesita. “Algunas pieles nunca llegan a retinizarse, sufren descamaciones, tirantez... No hay que empeñarse en utilizar retinol si nuestra piel no lo tolera. Podemos encontrar otras alternativas”, explicaba la farmacéutica Rocío Escalante.

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El truco está en conocer todas las propiedades asociadas al retinol, subrayar aquellas que más nos interesan y no buscar un producto exacto, sino similar. Por ejemplo, para conseguir la luminosidad que se consigue con la retinización de la vitamina A, se puede utilizar la vitamina C. Del mismo modo, si lo que más nos interesa es lograr la misma exfoliación de las capas más superficiales de la piel, el ácido azelaico o los alfahidroxiácidos son excelentes opciones.

Bakuchiol

De origen vegetal, procedente de las semillas y las hojas de la Cullen corylifolium o babchi, el bakuchiol es quizá la alternativa al retinol más conocida. Entre sus cualidades extra está el no ser fotosensible, por lo que ni sus propiedades se alteran ni pone en riesgo la piel. Aunque ahora parezca estar de moda, es en realidad un ingrediente ya utilizado en la milenaria medicina ayurveda para cuidar problemas de la piel como por ejemplo la psoriasis.

Al igual que el retinol, el bakuchiol estimula la producción de colágeno, iguala el tono, ilumina la piel, mejora la firmeza y atenúa líneas de expresión y arrugas, pero sin irritar la piel ni reaccionar ante la incidencia del sol. The Klog recogía las declaraciones de la dermatóloga Claire Chang, que confirmaba la acción más suave del bakuchiol con respecto al retinol: “El bakuchiol generalmente no genera los efectos secundarios incómodos relacionados con el retinol, como sequedad, descamación e irritación".

La crema de noche Goodnight Glow Bakuchiol Sleeping Crème de Ole Henriksen, ahora 42,39€ en Sephora, incluye por ejemplo una combinación de alfahidroxiácidos y bakuchiol para crear una fórmula rica que actúa durante la noche, ejerciendo el efecto reparador y antiedad del retinol, pero con la suavidad del bakuchiol.

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Otra forma de introducir el bakuchiol en la rutina facial es a través de aceites como el Bakuchiol Booster de BYBI Beauty, 41,99€/50 ml en Asos, que incorpora además escualeno procedente del aceite de oliva y otros aceites para crear una fórmula que mezclar con tu sérum o crema hidratante habitual y potenciar así sus beneficios.

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Peróxido de benzoílo

Utilizado casi exclusivamente para el tratamiento de las pieles con acné, el peróxido de benzoílo también ayuda a despegar esa capa más externa de la piel, igual que hace el retinol. Gracias a sus propiedades antibacterianas, tras desincrustar esta suciedad que obstruye los poros y favorece la aparición de los granitos, además de mantener una sensación de piel opaca, de tono irregular y con manchas, el peróxido de benzoílo mata las bacterias y evita que el acné prolifere.

Mientras sí comparte con el retinol ese efecto de despegar la piel, desincrustando la capa más superficial y mostrando la capa inmediatamente después renovada, sin textura rugosa e iluminada, lo que el peróxido de benzoílo no consigue es cumplir con la función antiedad que sí hace el retinol.

Esta alternativa se convierte en una opción especialmente recomendable para pieles reactivas, y prueba de ello es el Sérum Antirrojeces Instant Calm Con Tripolium y Avena Byzantina de Pai, 53,99€ en Sephora, que calma la piel, evitando brotes de acné, pero sin resecar y sensibilizar la piel, para lo que resulta fundamental su combinación de ácidos grasos oleicos y linoleicos.

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Vitamina C

El ingrediente por excelencia en contra de la oxidación que acelera el envejecimiento de la piel, también puede convertirse en una útil alternativa al retinol al estimular la producción de colágeno que mejora la textura de la piel y a su poder iluminador que atenúa las manchas causadas por el daño solar e iguala el tono. El ácido ascórbico es uno de los ingredientes antioxidantes más efectivos en el tratamiento de manchas, pero, igual que ocurre con el retinol, sobre algunas pieles puede causar rojeces y molestias.

A pesar de lograr una acción iluminadora y antimanchas, la vitamina C no 'pela' la piel como hace el retinol y su exfoliación es mucho más leve. Al ser fotosensible, las fórmulas elaboradas con vitamina C se oxidan con la exposición solar, por lo que es habitual escuchar que solo se pueden aplicar durante la noche. En realidad, también se puede utilizar la vitamina C durante el día, siempre y cuando se complete con el uso de protector solar de amplio espectro.

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Para proteger la vitamina C en perfectas condiciones, esta se suele encapsular, evitando que la afecte el sol. Un ejemplo de esta forma de conservar el ácido ascórbico es el sérum C- Firma Day Serum de Drunk Elephant, 74,99€ en Sephora. Su compuesto antioxidante -con un 15% de ácido L-ascórbico, un 0,5% de ácido ferúlico y un 1% de vitamina E- en formato polvo se mezcla con la fórmula líquida para crear un potente sérum.

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Ácido azelaico

Es otro de los ingredientes habituales de las pieles grasas o con tendencia al acné en las que los poros tienden a obstruirse e infectarse. El ácido azelaico es un tipo de ácido dicarboxílico que actúa desincrustando la suciedad y regulando la segregación de grasa. Gracias a sus propiedades antibacterianas, previene la obstrucción de los poros y su infección. El ácido azelaico también ayuda a atenuar la intensidad de las marchas y unificar el tono de la piel, convirtiéndose en una válida alternativa al retinol, especialmente para pieles grasas.

Aunque habitualmente lo encontramos entre limpiadores para pieles con acné leve o moderado, también hay cremas como Ácido Azelaico en Suspensión al 10% de The Ordinary, 7,99€ en Sephora. Sus ingredientes y su textura gel la convierten en una crema apta para todo tipo de pieles que ayuda a mejorar la luminosidad.

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Bidens pilosa

Otra alternativa vegetal al retinol es el Bidens pilosa, planta de la familia Asteraceae que se ha convertido en el denominado retinol bio y que elimina de la ecuación la irritación de la piel y la fotosensiblidad, cumpliendo sin embargo con el resto de propiedades del retinol. Su extracción permite una mayor concentración de sus activos, logrando fórmulas más potentes pero sin agresividad.

A diferencia del retinol, su acción iluminadora no se logra al retirar la capa de células muertas que deja el rostro con ese manto opaco, sino que el Bidens pilosa reduce la producción de melanina, atenuando las manchas e igualando el tono. Actúa también como seborregulador y antiinflamatorio, convirtiéndose en un aliado de las pieles grasas y con tendencia al acné. Como agente antiedad, regula la síntesis de colágeno y elastina, reforzando la firmeza de la piel, lo que se traduce en una mejora de la elasticidad y reduciendo la profundidad de las arrugas. Como guinda del pastel, también es potente antioxidante.

Las Gold Drops de Farma Dorsch, 50€ en El Corte Inglés, combinan las propiedades del Bidens pilosa con antioxidantes como son la vitamina E extraída del girasol, el hidroxitirosol del olivo y el extracto de romero para proteger la piel de agentes externos. Al tratarse de un aceite seco, estamos ante una fórmula oleosa de fácil absorción y rápido efecto iluminador.

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El bio-retinol Bidens pilosa también puede incluirse en la rutina cosmética a través de sérums o fórmulas hidratantes como el Bio RetinoidTM Youth Serum de Ren Clean Skincare, 74€ en Sephora. Al Bidens se le suman ceramidas para reforzar la estructura de la piel, mejorar la firmeza y la elasticidad, y niacinamida para potenciar el poder iluminador del sérum.

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Otras alternativas

Pero ¿qué ocurre si no se quiere renunciar a ninguna de las propiedades del retinol o vitamina A? Los anteriores ingredientes comparten algunas propiedades, adaptándose por tanto a las necesidades de cada tipo de piel. Sin embargo, la industria cosmética también ha desarrollado fórmulas que buscan recrear los efectos del retinol, muchas de ellas procedentes de la naturaleza y, en su mayoría, patentadas por diferentes marcas.

Gracias al Croma Farewell Serum Aging Skin de Croma Pharma, 84€ en su web, descubrimos un potente sérum apto para todo tipo de pieles y con propiedades similares al retinol, pero sin incluirlo. Esto se debe gracias al Vit-A-Like (cuya traducción sería algo asó como ‘parecido a la vitamina A'), de origen vegetal y que emula los efectos del retinol. A este Vit-A-Like se le suma vitamina C, ácido hialurónico, madecassoside -protector y reparador de pieles dañadas- y extracto de fermento marino. Especialmente formulado para pieles maduras, con arrugas y líneas de expresión, su principal función es la de reafirmar la piel con flacidez, además de actuar sobre el fotoenvejecimiento.

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