Resolviendo dudas cosméticas: ¿se pueden usar la vitamina C y la niacinamida juntas?
El combo que forman la vitamina C y la niacinamida es el más antioxidante del sector cosmético. Sin embargo, hay que tener en cuenta una serie de precauciones a la hora de combinarlos en la rutina de belleza
Seguramente no hace falta que alabemos las bondades de la vitamina C porque tú misma ya las has experimentado en tu propia piel. No solo trata la hiperpigmentación, sino que también iguala el tono de la piel y le aporta un extra de luminosidad.
Sin embargo, hay otras vitaminas que también se utilizan para cuidar la dermis, pero que son menos conocidas, como la B3, también llamada niacinamida. El dúo que forman ambas se ha convertido en la pareja de moda cosmética.
Por separado, “la principal función de la vitamina C es la de evitar la oxidación de la piel, ya que inhibe a las enzimas que degradan el colágeno dérmico; además, previene y trata el envejecimiento prematuro y el fotenvejecimiento. Y también tiene propiedades antiinflamatorias, iluminadoras y protectoras”, explica Marta García, directora de los centros Marta García Estética Avanzada.
La niacinamida, por su parte, “tiene un gran poder humectante que lo convierte en un gran aliado de la hidratación celular, ya que es capaz de retener el agua en la dermis durante más tiempo. Y reduce rojeces, manchas y arruguitas”, asegura Cristina Galmiche, directora de los centros de estética homónimos. Juntas forman un combo antioxidante sin igual que mejora el tono de la piel y proporciona un efecto antiedad, pero hay que estar atenta a la fórmula y al modo de aplicación para evitar problemas cutáneos.
En las pieles que mejor resultados ofrecen es “en las que tiene marcas residuales de acné tipo HPI (postinflamación) y en las de personas fumadoras o sometidas a contaminantes ambientales. También ayudan mucho a las pieles fotoenvejecidas y funcionan fenomenal unidos a tratamientos de radiofrecuencia, ya que su eficacia se duplica”, reconoce García.
Juntas pero no revueltas
Tal y como ocurre cuando se empiezan a usar activos cosméticos potentes, como puede ser el caso del retinol o del ácido glicólico, este dúo también podría irritar tu piel. De hecho, “no es aconsejable usar los dos ingredientes al mismo tiempo, a no ser que se trate de fórmulas muy bien diseñadas, que respeten la fragilidad cutánea para así evitar rojeces, eritemas o reacciones alérgicas”, advierte Galmiche.
Tal y como explica la Dra. Elena Martínez Lorenzo, dermatóloga en Clínica Pilar de Frutos: “El problema que tiene la niacinamida es que, en contacto con pH ácido, se convierte en ácido nicotínico y puede producir eritema o enrojecimiento en la piel. Y para que la vitamina C sea estable, necesita ir formulada en una base ácida, ya que cuando va en una base más alcalina o básica es más inestable”. ¿La solución más sencilla? Usar la vitamina C por la mañana y la niacinamida por la noche.
Cómo utilizarlas unidas
Es preferible que comiences poco a poco, no solo para que tu piel tenga un periodo de adaptación, sino también para que sepas cuál es su grado de tolerancia. Y si notas sequedad o irritación, disminuye de nuevo la frecuencia de uso. Como ya te hemos dicho, es mejor que optes por la vitamina C por la mañana y por la niacinamida por la noche; pero si prefieres usarlas al mismo tiempo, atenta a este truco: “Aplica primero la vitamina C con la piel limpia, espera unos 15 minutos y después aplica la niacinamida”, revela la dermatóloga. ¡Y nunca te olvides del protector solar antes de salir de casa!
Cuándo no se pueden usar juntas
Los expertos en piel aconsejan no elegir ambas en una misma rutina de belleza en caso de que tengas brotes activos de rosácea, de reacción alérgica o de mucha sensibilidad. Aquí es “mejor usar solo niacinamida hasta que la hipersensibilidad, del tipo que sea, desaparezca”, sugiere García. Además, si tu piel es sensible, aunque no tenga una patología definida, será mejor que no introduzcas los dos activos a la vez.
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Precisamente, para llevar a cabo esta combinación de activos en el tratamiento de la piel a diario, a la alternancia de ingredientes de día y de noche, se suman otras técnicas como el 'skin cycling', desarrollado por la doctora Bowe, una dermatóloga que ha convertido la rutina de cuidado de la piel en una rutina cíclica. De este modo, el tratamiento más intensivo de la piel se realiza durante la noche, siendo la primera noche la de la exfoliación, la segunda la del tratamiento con retinoides y las dos noches finales solo para hidratar la piel. Esta dieta de cuatro días se repite de forma cíclica y de este modo la piel se adapta al retinol y sus beneficios se ven amplificados.
Tus aliados para el binominio vitamina C y la niacinamida
Niacinamide Natural Booster de Rituals. Esta fórmula, que cuenta con un 95% de ingredientes de origen natural, reduce la apariencia de manchas y poros, regula la secreción de sebo y minimiza las imperfecciones, granos y espinillas. Se puede usar solo o antes del sérum, una o dos veces al día (19,90 euros en su web).
PigmentBio C-Concentrate de Bioderma. Concentrado a base de vitamina C estable, vitamina E, ácido salicílico, ácido glicólico y niacinamida, que reduce las manchas, equilibra el tono y potencia la luminosidad. Es apto incluso para las pieles sensibles y también está enriquecido con vitamina E, que previene los signos de envejecimiento (ahora 25,70 euros en Amazon).
Silymarin CF de SkinCeuticals. Sérum antioxidante 'oil free', formulado específicamente para pieles grasas y con tendencia acneica, ayuda a prevenir la oxidación de la piel evitando la aparición de imperfecciones. Formulado con vitamina C, reduce la producción de sebo, minimiza los poros, mejora las líneas de expresión, la textura, el tono y la luminosidad (129 euros en PromoFarma).
Phytoactive Illuminating Ampoules de Royal Fern. Contienen niacinamida, clorofila y asian lizard, un ingrediente activo de la planta coreana lizard tail. Esta mezcla de ingredientes estimula la regeneración de colágeno, mejoran la textura y el tono de la piel, y previenen la hiperpigmentación (108,70 euros en Amazon).
El sérum o los tratamientos concentrados como las ampollas se convierten en excelentes aliados a la hora de introducir activos como la vitamina C, la niacinamida, el retinol, etc. Además, las fórmulas más sensibles encuentran en la ampolla el formato con el que no alterar su efectividad y depositar la dosis adecuada de producto.
Seguramente no hace falta que alabemos las bondades de la vitamina C porque tú misma ya las has experimentado en tu propia piel. No solo trata la hiperpigmentación, sino que también iguala el tono de la piel y le aporta un extra de luminosidad.