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Volúmenes renovados y labios pletóricos: el rostro de Charlène de Mónaco a sus 45 años
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Volúmenes renovados y labios pletóricos: el rostro de Charlène de Mónaco a sus 45 años

Amante de los cambios de look radicales y con una expresión entre la dicha y la aflicción, Charlène de Mónaco cumple 45 años convirtiendo la medicina estética en su gran aliada, palabra de experto

Foto: Charlène de Mónaco, en 2022. (Getty/Pool/PLS)
Charlène de Mónaco, en 2022. (Getty/Pool/PLS)

Poco o nada queda de aquella Charlène Wittstock que nadaba en los Juegos Olímpicos compitiendo por Sudáfrica. Mucho se ha hablado de las circunstancias que rodearon su boda con el príncipe Alberto de Mónaco y de su relación con este, a lo que en los últimos años se ha sumado la preocupación por sus problemas de salud mental.

Estos interminables vaivenes vitales se han visto reflejados también en su imagen: sus estilismos y cortes de pelo, pasando de los desfilados asimétricos o los flequillos half moon a incluso raparse un lateral de la cabeza. Sin embargo, su periódico paso por la peluquería no es el único indicio beauty del cambio en Charlène.

placeholder Charlène de Mónaco, con la piel tersa y radiante en 2022. (Getty/Pascal Le Segretain)
Charlène de Mónaco, con la piel tersa y radiante en 2022. (Getty/Pascal Le Segretain)

A sus recién estrenados 45 años, la sudafricana puede presumir de la absoluta ausencia de arrugas en la frente, la plenitud de sus pómulos o un inesperado volumen en los labios identificables a simple vista que, según el criterio médico, responden a un concienzudo uso de la medicina estética.

Para descubrir qué podría haberse hecho la princesa Charlène de Mónaco, hablamos con la doctora Mirella Garrigós Pascini, dermatóloga en la Clínica Kalosia by Paloma Borregón, y con el doctor Jose Barbosa, médico estético de Merz Aesthetics.

placeholder Charlène de Mónaco, en 2008 y 2020. (Getty/Pascal Le Segretain)
Charlène de Mónaco, en 2008 y 2020. (Getty/Pascal Le Segretain)

El primer aspecto que apunta la doctora Mirella Garrigós es el cambio, como consecuencia del paso de los años, en la forma del rostro de la princesa. En la juventud, el rostro tiene forma de triángulo invertido; esto es, que la parte más prominente es el tercio superior, siendo los ojos y los pómulos las zonas más llamativas, algo que se conoce como ‘el triángulo de la belleza’.

“Una de las señales del envejecimiento facial es el paso de la forma de triángulo invertido a triángulo normal”, explica la dermatóloga. El rostro parece, por tanto, hacerse más cuadrado en la zona de la mandíbula. Este cambio en la forma de la cara se observa en Charlène de Mónaco; sin embargo, su rostro se comporta de otra forma y, aunque es notable una cierta marcación mandibular, seguimos viendo una frente libre de arrugas y los pómulos realzados.

placeholder Charlène de Mónaco, en 2015. (Getty/Pool)
Charlène de Mónaco, en 2015. (Getty/Pool)

“En la frente no hay ningún tipo de arruga, lo que indicaría el tratamiento habitual con toxina botulínica”, señala la experta y coincide con ella el doctor Jose Barbosa, médico estético, que también aprecia esa congelación del tercio superior.

Otra de las apreciaciones de la dermatóloga es la ausencia de arrugas estáticas en el rostro de la esposa de Alberto de Mónaco -las que se forman en el rostro de forma natural, como pliegues, resultado de la pérdida de tersura de la piel-. Sin embargo, sí tiene arrugas dinámicas -las que surgen por la gesticulación repetida- al sonreír.

placeholder Charlène de Mónaco, en 2012 y 2021. (Getty/David Niviere)
Charlène de Mónaco, en 2012 y 2021. (Getty/David Niviere)

La dermatóloga explica esto con la infiltración de rellenos de ácido hialurónico en el tercio medio, especialmente en los pómulos, que “es donde mejor se puede controlar la reacción del resto del rostro”.

También podría tratarse de hidroxiapatita cálcica o algún otro tipo de relleno, como indica el doctor Barbosa, que apunta a una inequívoca proyección de los pómulos, llegando a rozar la artificialidad, similar al rostro de una ardilla con los pómulos llamativamente altos y pronunciados. Otro de los retoques que el médico estético aprecia en la evolución de las facciones de la princesa es la nariz, sometida probablemente a una rinoplastia en el pasado y de la que no descarta un retoque más reciente.

Entre otros rellenos a los que Charlène de Mónaco ha sometido su rostro, la doctora Mirella Garrigós señala al surco nasogeniano, que se marca de forma natural a ambos lados de la boca y se pronuncia con el paso de los años, pero del que no hay rastro en el rostro de la princesa. El relleno de este repercutiría en las demás facciones.

placeholder Charlène de Mónaco, en 2022. (Getty/Stephane Cardinale)
Charlène de Mónaco, en 2022. (Getty/Stephane Cardinale)

Y, llegando al tercio inferior, el doctor Barbosa hace una mención especial al marcaje mandibular. “Tiene el mentón muy perfilado y, en general, todo el óvalo facial”, aprecia el experto, que subraya la pronunciación del mentón y del arco mandibular, algo que se podría explicar con un lifting facial, pero es difícil de concretar.

Pero es quizá el de la boca el retoque más llamativo que apreciamos en Charlène pues, en sus apariciones de diciembre, tanto el volumen como la forma y la proyección de los labios han cambiado. "Posiblemente, se trate de ácido hialurónico", dice el doctor Barbosa, que resume el compendio de retoques de la princesa en tres puntos: frente tratada con toxina botulínica, rellenos en el tercio medio (pómulos) y marcaje mandibular.

placeholder Charlène, en una imagen reciente.
Charlène, en una imagen reciente.

Pero aunque el rostro de la cuñada de Carolina sea el reflejo de un minucioso cuidado de la mano de asesores médico estéticos, a la artificialidad de algunos momentos, como las imágenes del pasado mes de diciembre en el que el rostro parecía estar abotargado de rellenos, se le suma el estado de la piel. La dermatóloga Mirella Garrigós indica cierta laxitud, una piel muy fina que se vería mejorada con el uso de simuladores de colágeno como Ellanse o Radiesse que mejoren la densidad de la piel ofreciendo un resultado natural.

Poco o nada queda de aquella Charlène Wittstock que nadaba en los Juegos Olímpicos compitiendo por Sudáfrica. Mucho se ha hablado de las circunstancias que rodearon su boda con el príncipe Alberto de Mónaco y de su relación con este, a lo que en los últimos años se ha sumado la preocupación por sus problemas de salud mental.

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