Dior se pone punk (y chic) con crestas plumadas y trenzas de raíz: el peinado más rompedor de la Alta Costura

Quién podría pensar que, detrás de una colección en la que la artista Rithika Merchant llamaba con sus coloridos dibujos a la conexión con la naturaleza, nos encontraríamos no solo un desfile blanco y negro, sino una estética punk con dosis de romanticismo (el terreno onírico sí entraba en los planes), en el plano beauty.

Con la idea de que el maquillaje no llamara demasiado la atención, Peter Philips, maquillador por excelencia de Dior, construía su ya clásica piel perfeccionada con una preparación jugosa y el combo de la base de maquillaje Dior Forever Skin Perfect y el corrector Skin Correct.

La primera sorpresa estética del desfile de alta costura de Dior (primavera verano 2025) llegaba en la mirada pues, mientras prescindía del uso de máscara de pestañas o cualquier tipo de sombra de ojos, toda la atención recaía en las cejas.

El maquillador optaba por el diseño de cejas ‘lion mane’, peinándolas de forma ascendente, rellenando los posibles espacios desprovistos de pelo con lápiz de cejas y fijando la creación con una generosa capa de gel de cejas.

El resultado era una mirada casi propia de un dibujo animado, entre salvaje e infantil pero con el favorecedor efecto secundario de lograr un lifting en la mirada, lo que permitía que prescindir de maquillaje en los ojos resultara un acierto.

Y así llegamos al otro elemento completamente disruptor en la Maison: el peinado, una suerte de combo de trenza de raíz combinada con tocados de plumas que jugaban a ser una sofisticada cresta animal.

Los recogidos trenzados se han convertido en un recurso habitual de Dior, siempre trabajando mucho la raíz para construir peinados impecables en los que todo el cabello quede recogido e incorporando de forma aleatoria accesorios como diminutas diademas o, como en la propuesta de esta temporada primavera verano 2025, con tocados de diferentes materiales.

El peinado comenzaba con una trenza central que recorría la cabeza de las modelos, al estilo de una diadema helecho. Además de despejar el rostro por completo, el peinado, que ya se ha convertido en recurso habitual en los desfiles de alta costura, dejaba los laterales perfectamente pulidos.

De este modo, el recogido central pedía a gritos un toque de Haute Couture, momento en el que entraban en acción los tocados.

Algunas de las modelos veían cómo su cabellera se coronaba con finos estambres rematados por plumas, emulando a aves exóticas pero con una notable estética punk, mientras otros tocados combinaban diademas florales con mechones de pelaje negro que brotaban de forma disparada del recogido.

Para continuar con la diversidad en las testas, también había lugar para recogido sencillos, en los que la trenza central estaba desnuda.

Además de rompedora, la forma de recoger el cabello con tersura, los elementos verticales de los tocados y las cejas rastrilladas compartían un movimiento ascendente muy marcado, en contraste con los volúmenes de la colección, sustentada en cancanes rígidos, propios de modernas meninas, y bustiers, volantes y gorgueras que llenaban de color el desfile.