Los 6 trucos para eliminar el ruido visual: cómo mantener el orden y la paz mental en nuestra casa

En decoración, se denomina ruido visual a esos elementos que entorpecen o llenan demasiado un espacio. Es la sensación de desasosiego e incomodidad que pueden llegar a generar determinados elementos de nuestro hogar, su presencia nos desagrada y molesta estéticamente. A menudo está provocada por el desorden, pues pocas cosas causan una mayor paz mental que vivir en una casa limpia y ordenada, pero hay más elementos, excesos, que pueden causar ese ruido visual que hace que no seamos felices en nuestro hogar.

Solemos conocer trucos, tips de decoración que nos ayudan a que las estancias pequeñas se vean más grandes, aprovechando al máximo todos los rincones, logrando que un dormitorio tenga más luz y así parezca mayor, pero también hay otros que podemos poner en práctica a la hora de construir nuestra casa y pueden resultarnos muy útiles a la hora de lograr que este sea un lugar de armonía y paz, para nosotros y nuestra mente.

Los muebles, los colores, los complementos… Todo influye a la hora de crear armonía en el hogar, sin embargo, hay algunos elementos que suelen centrar ese ruido visual del que hablábamos y no es mala idea conocer cuáles son para poder evitarlos. Uno de los más frecuentes son los percheros, donde tendemos a acumular ropa; otro son los zapatos, sobre todo si tendemos a dejarlos en cualquier parte. Los cables nos provocan también cierta sensación de angustia, pues parece que se reproduzcan y siempre están en medio, igual que sucede con papeles y revistas.

Trucos para eliminar el ruido visual

Como se puede apreciar, hay muchas pequeñas cosas que pueden impedir que consigamos un espacio relajante. Por suerte también existen muchas soluciones que podemos poner en práctica para evitarlos. Si tienes claro qué es lo que te altera y evita que estés en calma en casa, la solución más rápida es ponerte manos a la obra para cambiarlo; en caso contrario, nada mejor que poner en práctica todos estos trucos hasta que consigas la serenidad que necesitas.

El primero no sorprenderá a nadie, es el momento de hacer una limpieza en profundidad. Tendemos a sobrecargar los ambientes, colocando recuerdos, complementos y objetos que nos regalan hasta que todas las superficies están llenas. Sentarte a reflexionar sobre qué necesitas, qué objetos y elementos tienen un objetivo y un propósito en tu casa y cuáles no, es el primer paso, pues todo lo que no sume, resta. Seguro que no necesitas todo lo que tienes y hay cosas que guardaste en su día por un motivo que ya no es relevante.

No dejes que la nostalgia dirija esta actividad. Una vez que tienes claro qué es lo que quieres quedarte en esa estancia, no cometas el error de principiante de comenzar a reubicar los elementos que no tienen cabida en otras estancias de la casa; si no era bueno para el salón, tampoco lo será para el despacho o el dormitorio. Si haces eso, lo único que estarás consiguiendo es desplazar ese ruido de una estancia a otra. Lo que no quieras, si está en buenas condiciones, puedes donarlo o regalarlo; tíralo si está roto.

Menos es más, esta es una norma que no podemos dejar de tener en cuenta y por eso a la hora de organizar y colocar nuestras cosas conviene recordar. Una vez que hemos despejado las superficies y hemos escogido muebles funcionales, ligeros y prácticos -los muebles grandes y pesados saturan los espacios pequeños y los hacemos menos dinámicos-, tenemos que colocarlo todo de nuevo, no conviene sobrecargarlo todo otra vez. Intenta llenar los espacios de almacenamiento solo al 80% de su capacidad.

Si además lo organizamos por categorías, temáticas o colores, lograremos una mayor sensación de confort y tranquilidad. Al exponer varios objetos juntos, lo mejor es intentar que cuenten una historia común, que tengan un punto de encuentro que nos ayude a que luzcan coherentes y que todo tenga un sentido en casa, mezclar objetos sin que exista un punto de unión entre ellos causará un mayor ruido. Igual sucede con otros elementos y por eso es una buena idea ayudarnos de cestas y cajas para organizar muebles y estanterías.

Los colores, tal y como apuntábamos antes, son un elemento clave para conseguir un espacio donde reine la armonía. Esto no quiere decir que tengamos que decorar la casa toda en el mismo color, sino que tenemos que buscar colores que se complementen entre sí, evitando que los tonos más vivos aparezcan en exceso o mezclando estampados sin un diseño previo. Los tonos neutros, siempre ideales en decoración, pueden ayudarnos a crear un hogar elegante, armónico y nada aburrido; los colores pastel también. Un truco es usar la regla del 60/30/10, es decir, escoger un color dominante para el 60% del espacio, otro para que destaque sobre el 30% y uno final para el espacio restante.

No hay duda de que el orden y la armonía son la clave para reducir o eliminar el ruido visual, por eso intenta esconder u organizar con alguna solución de orden los cables de los aparatos eléctricos del salón, sobre todo de los que son fijos, organiza la mesa de centro y no te excedas con los cojines, sus colores y estampados. El dormitorio seguro que agradece que tengas un lugar para colocar los zapatos y que lo uses, y si en la cocina necesitas un poco de orden en las estanterías llenas de botes, lo más sencillo es que todos ellos sean iguales. Aprovecha estos trucos sencillos para convertir tu casa en un remanso de paz.