Gucci vuelve a liarla: ahora presenta una tobillera en la que llevar ¿balas?

Por más que las firmas intentan que la polémica no les salpique, al apostar los directores creativos cada vez más por propuestas irreverentes, muchas veces los diseños terminan por herir sensibilidades o por convertirse en motivo de burla. Tras algunos sonados tropiezos entre los que destaca el jersey 'balaclava', Gucci lleva meses esforzándose por apostar por la igualdad y por desvincularse de los problemas. De hecho, en el mes de enero ya lanzó Gucci Changemakers, un programa global de voluntariado del que nacen ahora dos programas adicionales para impulsar la participación comunitaria. Gracias a estos programas se otorgarán 6,5 millones de dólares en becas y subvenciones.

Pese a todo, en septiembre la firma volvía a toparse de bruces con la polémica. La modelo Ayesha Tan-Jones, en pleno desfile de la marca, protestó por el uso de prendas que recordaban a las camisas de fuerza. La top levantó las palmas de sus manos mostrando las palabras: "La salud mental no es moda".

Pero del mismo modo que no te puedes tranquilizar por no haber recibido una carta de Hacienda hasta que no han pasado diez años de la declaración que te inquieta, pese a la fugacidad de la moda, lo presentado en un desfile hace un mes todavía puede hoy salpicar a una marca de golpe. Ahora son las redes sociales las que se han encargado de criticar a la firma por haber apostado por unas tobilleras que recuerdan a los monitores electrónicos y que, por si fuera poco, parecen estar adornadas con balas. Estas supuestas balas, por cierto, son en realidad barras de labios de Gucci. Las redes sociales han entrado en cólera y se preguntan desde cuándo los monitores electrónicos de vigilancia son tendencia.

No hemos de olvidar que, en el año 2007, Karl Lagerfeld rendía homenaje a Lindsay Lohan al presentar unas tobilleras con minibolsitos de la marca en su desfile primavera-verano 2008. Por aquel entonces, antes de ingresar en un centro detox, Lindsay había sido fotografiada con una pulsera antialcohol y el Kaiser de la moda, amigo de la problemática actriz, quiso apoyar la elección de su amiga y permitirle hacerlo con un halo de glamour extra.

Kendall Jenner volvió a sacar a la luz las tobilleras de Chanel al subir a sus stories el año pasado una imagen en la que lucía una. Cuando Chanel apostó por esta insospechada propuesta, Twitter tenía menos de un año de vida, por lo que todavía no era ni de lejos este juez omnipresente dispuesto a analizar, diseccionar, alabar o destrozar cualquier imagen, propuesta y comentario. Por favor: si Lindsay ya ni tiene su club en Grecia. ¿Qué nos queda en la vida?