Pepe Muñoz, estilista de Céline Dion: "Para ella a veces ni el cielo es el límite"
Entrevistamos al que también es uno de los mejores amigos de la estrella canadiense, que se ha convertido en uno de los iconos de estilo mundiales
Si a los espectadores del Festival de Eurovisión que ganó Céline Dion en 1988 les hubieran dicho que acabaría convertida en un icono de la moda, les habría parecido ciencia ficción. Una tímida cantante canadiense de apenas 20 años con una americana oversize y un tutú nada favorecedor conquistaba al mundo por su voz, pero no por su estilo, que tardaría mucho en emerger, porque ha sido lo que se denomina una 'late-bloomer' en este sentido.
En efecto, la impresionante transformación llegó décadas más tarde, ya convertida en una estrella mundial, y ha sido de las más fascinantes del showbusiness de todos los tiempos. Tras trabajar con distintos estilistas como Law Roach, mundialmente conocido por los looks de Zendaya, su asalto definitivo al olimpo de la moda ha llegado de manos del malagueño Pepe Muñoz, que forma parte de un equipo de tres personas que están ayudando a la cantante a cumplir todas sus fantasías estéticas.
Tras una larga relación epistolar de más de un año con Vanitatis, Pepe Muñoz, que siempre se ha tenido que adaptar a la exigente agenda de la estrella desde los días finales de su residencia en Las Vegas, nos da por fin todas las claves sobre la reinvención de la intérprete de 'My Heart Will Go On' (sí, la canción de 'Titanic'). Entre concierto y concierto de su maratoniana gira mundial en la que presenta su último disco, 'Courage', que es también una clara manifestación de cómo la artista se ha quitado muchos corsés y, como dice una de las canciones del mismo, "vuela por sí misma".
PREGUNTA: ¿Cómo comenzaste a trabajar para Céline como estilista, después de haber compartido con ella escenario como bailarín?
RESPUESTA: Pues como pasan las cosas en la vida, por casualidades y estar en el sitio adecuado en el momento adecuado, quizás. Ser estilista no entraba en mis planes. Yo bailaba, y quería dejar de bailar para ser ilustrador. Un día durante la gira de verano europea en 2017 me vio dibujar y me dijo que le gustaba lo que dibujaba y que si me interesaría ayudarla con estilismos. Me lie la manta a la cabeza y así empezó todo.
P: ¿De dónde nace tu pasión por la moda y cuáles son tus máximos referentes?
R: Pues desde siempre me ha gustado mucho, pero quizá se acentuó durante los años que bailé para Cirque du Soleil en Las Vegas y nuestro vestuario estaba diseñado por Thierry Mugler. Los dibujos de su ilustrador Stefano Canuli estaban en los pasillos del teatro y ahí empezó mi obsesión con los figurines. Eso y que mi abuelo paterno era ilustrador. Una coctelera, vamos. A la hora de vestir a Céline, mis máximos referentes o marcas fetiche a las que siempre acudimos son Saint Laurent, Balenciaga y Max Mara, aunque tiene pasión por muchas otras como Rochas, Chloé, Proenza Schouler, y no nos olvidemos que compra sus propias piezas de costura de Vauthier, Schiaparelli, Ronald van der Kemp...
P: Icono de estilo mundial, ¿a qué se debe el despliegue estilístico reciente de Céline, tan pegado a la tendencia más aspiracional?
R: Yo creo que fundamentalmente se debe a que se lo pasa genial vistiéndose con las últimas tendencias, y jugando y representando un personaje. Ella siempre tiene la última palabra a la hora de escoger el look. Sydney Lopez y yo le presentamos dos opciones, pero la última palabra siempre es de ella, quizá sea por eso, y también por que Céline Dion es Céline Dion. Aunque, la verdad, ella de siempre ha sido una gran coleccionista de moda, conoce los diseñadores, tejidos, prendas, estilos, y quizá la única diferencia es que antes no se veía y ahora lo hace un poco mas público al salir del hotel y asistir a la Semana de la Moda de París y demás. Pero de siempre es una gran apasionada de la moda.
Diva sobre el escenario y del street style
Y es que Céline no solo es toda una diva sobre el escenario. Sobre todo durante las últimas semanas, la cantante se ha convertido en todo un reclamo sobre el asfalto proclamándose auténtica reina del street style por encima de veteranas en esto de interpretar lo que vemos sobre la pasarela para un paseo a pie de calle. El cuatro piezas color chicle firmado por Peter Do, una de las firmas fetiche de Céline de principios de semana nos dejó sin respiración y no era más que la punta del iceberg.
Apenas unos días antes, sorprendía con este total look setentero de flores azules y blancas de Moncler diseñado por Richard Quinn, cuyo equilibrio visual era perfecto. Compuesto por un coat estilo gabardina con el mismo estampado que las medias, lo remataban unos stilettos blancos que rebajaban el look (sobre la pasarela combinaban con más flores) y un bolso de mano a juego. Fabulosa.
Como no hay dos sin tres, remató la semana de extenuación estilística con un original vestido capa cruzado (los favoritos de Melania Trump) de pata de gallo marrón y camel de la colección otoño-invierno 2020 de Michael Kors. Lo combinó con unas botas altas con las que soñamos desde entonces y un sombrero de medio lado que reposaba sobre su melena peinada con un revolucionario rizo leonino. Tres looks que nos hacen preguntarnos qué hay detrás de este puñetazo sobre la mesa de la industria de la moda de la cantante.
P: Sus últimos looks que hemos visto en Nueva York, ¿en qué están inspirados?
R: Pues queríamos rendir homenaje a los diseñadores de NYC que iban a venir a los conciertos a verla actuar. Fuimos escogiéndolos en función del día que venían. Eso y que le encanta ir a la última nos hace siempre mirar las últimas colecciones. Por ejemplo, los looks de Marc Jacobs, Michael Kors, Moncler, Richard Quinn y Oscar de la Renta son de las últimas colecciones presentadas hace solo dos semanas en la Semana de la Moda.
P: ¿Forman parte de la estrategia de marca de estas firmas?
R: Bueno, no tenemos una estrategia determinada, y las marcas tampoco nos marcan ninguna pauta. Si los looks están disponibles nos los mandan, y si no, pues a otra cosa.
P: Influencer atípica, ¿tiene Céline pensado seguir los pasos de tantas otras celebrities y crear su propia firma de ropa para adultos, más allá de sus colecciones de bolsos y para niños?
R: Pues la verdad es que no lo sé, porque ese es el terreno de los mánager, pero a mí desde luego no me importaría nada ayudarla.
P: En el plano beauty, cada día luce un look diferente a juego con el outfit de tendencia elegido. ¿Cuántas personas componen su equipo?
R: Pues el 'glam squad' somos tres. Sydney Lopez y yo a partes iguales en temas de ropa, y Dee Amore Marti en lo que es pelo. El maquillaje se lo hace siempre ella. La noche de antes pensamos el look, Dee nos enseña ideas para el pelo y por la mañana hablamos con la jefa (Celine) y le explicamos en qué consiste el look, y ella se maquilla divinamente.
P: En definitiva, que Céline tiene la última palabra en todo.
R: Absolutamente, lo que pasa es que Sydney y yo hacemos toda la búsqueda y selección. A ella luego le solemos enseñar entre dos o tres cada día. Y dependiendo de su reacción ya sabemos cuál va a ser el elegido. Cada look, claro, se le presenta con todos los accesorios específicos.
P: Los estilistas de 'Sexo en Nueva York' decían que buscaban outfits para Sarah Jessica Parker que la llevaran al límite y ella siempre salía airosa, podía con la ropa y no la ropa con ella. Con Céline también sois muy osados... ¿Cuál es vuestro límite?
R: ¡No hay límite! Para ella a veces ni el cielo es el límite.
P: En la gira mundial, 'Courage Tour', luce cuatro modelos espectaculares, ¿cómo fue la selección?
R: Pues, como siempre, ella también tuvo mucho que ver. Para el look final nos dijo que quería ser un iceberg. Encontramos ese vestido de Zac Posen y ¡era perfecto! En la Semana de Alta Costura de enero de 2019 vimos ese tuxedo de Alexandre Vauthier y sabíamos que de una manera u otra tenía que estar en el show. Se decidió quitar las mangas después de un par de canciones para que estuviera más ligera y son dos looks en uno. Para la parte del 'uptempo' quería ser andrógina como David Bowie, así que el mono de lentejuelas de Michael Costello era perfecto. La parte de las baladas es un diseño en colaboración nuestra con Schiaparelli a partir de un diseño de Bertrand Guyon. Céline querría hacer unos cambios, yo los dibujé y los mandamos a Schiaparelli en París y voilà!... El look del opening es sencillo, ella quería ir de rojo, y ese vestido está hecho de un tejido malla que se pega a la piel y le hace una figura preciosa.
P: ¿Os habéis planteado que algún modisto diseñe exclusivamente para Céline Dion como, por ejemplo, Gaultier lo hizo para Madonna?
R: Bueno, por supuesto. De hecho, el vestido que te comentaba de Schiaparelli es solo para ella. No se vio en ningún desfile y hasta aquí puedo leer...
P: ¿Cómo es Céline Dion en las distancias cortas?
R: Generosa, divertida, alegre, energética, valiente y maravillosa.
P: ¿A qué otra celebrity te gustaría vestir?
R: De momento no me da tiempo a vestir a ninguna otra, y después de vestir a Céline, me va a costar mucho decidir, pero nunca se sabe... Que me llamen, que me llamen -concluye con humor.
Si a los espectadores del Festival de Eurovisión que ganó Céline Dion en 1988 les hubieran dicho que acabaría convertida en un icono de la moda, les habría parecido ciencia ficción. Una tímida cantante canadiense de apenas 20 años con una americana oversize y un tutú nada favorecedor conquistaba al mundo por su voz, pero no por su estilo, que tardaría mucho en emerger, porque ha sido lo que se denomina una 'late-bloomer' en este sentido.