Esto es lo que todavía no sabes del mítico vestido blanco de Marilyn Monroe

No necesita presentaciones. Amante o no del cine, fan o no de Marilyn Monroe, seguro que sabes de sobra de qué vestido hablamos. Es un icono de dos mundos, el del cine gracias a esa mítica escena de la actriz sobre una rejilla del metro de Manhattan en la película 'La tentación vive arriba', y de la moda, como una pieza de museo inigualable que ha alcanzado cotas millonarias de subasta en subasta y que hoy se mantiene como una prenda emblemática.

Fíjate que si lo miras bien no es más que un vestido blanco, concretamente en color marfil claro, con un pronunciado escote y falda plisada, un diseño que tan en consonancia estaba con el glamour vivido durante la década de los 50 y que a Marilyn Monroe le sentaba de cine, nunca mejor dicho.

Diseñado por William Travilla, el vestido salió a la luz por primera vez en una secuencia de la también mítica película 'La tentación vive arriba' con una Marilyn Monroe como protagonista absoluta. Era el año 1955 y nadie sabía que ese vestido blanco pasaría a la historia del cine y de la moda como una pieza inimitable.

Es un vestido con el escote en V y bien atado al cuello, ceñido en el cuerpo y con una falda plisada y suelta. La elección del tejido no fue por casualidad, William Travilla buscaba un material que pesara lo suficiente para balancearse cuando la actriz caminara y resultara ligero para elevarse con la brisa y lo encontró en un tejido de crepé de rayón en color marfil. Como resultado nació aquel vestido de cóctel fresco, puro y limpio que contrastaba "con una ciudad muy sucia", dijo en su momento el diseñador.

Para rodar esta escena Billy Wilder, director de la película, hizo un llamamiento a la prensa y allí se congregaron más de 150 fotógrafos que buscaban inmortalizar la secuencia con una Marilyn más sensual, seductora y provocadora que nunca.

Marilyn Monroe y su compañero de reparto, Tom Ewell, salen del Trans-Lux 52nd Street Theatre, ubicado en la calle Lexington Avenue en Manhattan, cuando acababan de ver una película de terror. En ese momento escuchan pasar el metro por debajo de las rejillas de la acera y el personaje de Monroe se para encima y le pregunta: "¿Sientes la brisa del metro?", mientras el viento levanta el vestido dejando a la luz sus piernas.

Hasta 15 veces puso en funcionamiento el ventilador bajo sus pies el director Billy Wilder. “¡Marilyn, enséñanos más!”, gritaba la multitud, que tuvo que ser desalojada por la policía. Tantos fueron los espectadores que se agolparon en plena calle que Joe DiMaggio, marido de la actriz por aquel entonces, se acabó enfadando. Es más, dicen que esta mítica escena fue la gota que colmó el vaso para que meses después se produjera el divorcio con Marilyn.

Debido a la censura de la época, en 'La tentación vive arriba' solo se mostraron las piernas hasta la rodilla de la actriz, nunca el cuerpo entero que sí inmortalizaron los cientos de fotógrafos y curiosos que se congregaron en aquella calle de Nueva York.

Después de pasar décadas escondido en la colección de William Travilla, en 1990 y con su muerte, el vestido recayó en manos de la actriz Debbie Reynolds que acabó siendo subastado por 5,6 millones de dólares en 2011.

Como último dato interesante, ciertos expertos del mundillo de la moda de la época apuntaban a que Travilla no diseñó el vestido, sino que lo compró ya terminado, aunque, obviamente, el diseñador siempre negó esta declaración.