La bolsa de la compra de Balenciaga es el nuevo 'it bag' de lujo que aman las expertas
No exento de polémica debido a su elevado precio, las influencers han dicho sí al nuevo bolso de la casa de lujo y ya portan su 'shopping bag' con orgullo
Cuando Demna Gvasalia fue elegido en el año 2015 como nuevo director creativo de Balenciaga no cabía duda de que sus propuestas, algo arriesgadas y muy peculiares, no iban a dejar indiferente a nadie. Sus comienzos como diseñador en la firma Maison Martin Margiela y también como discípulo de Marc Jacobs en su época en Louis Vuitton fueron la antesala para fundar junto a su hermano Guram la marca Vetements y, de paso, elevarla a los altares de la industria con una moda propia y personal. Con ese currículum, el georgiano aterrizó en la emblemática casa de origen español y, desde entonces, sus colecciones han estado en boca de todos.
Reinterpretando los grandes clásicos de Balenciaga y, por supuesto, dando un giro a su guion a favor de las tendencias, algunos de sus éxitos se han tomado como meras provocaciones, pero lo cierto es que Gvasalia ha logrado que accesorios como sus Triple S, unas zapatillas deportivas de corte 'chunky' que arrasan en el street style, o sus zuecos con tacón fruto de la colaboración con la marca Crocs revolucionen, para bien o para mal, el mundo de la moda y adquieran la etiqueta de virales. Pues ahora está repitiendo ese fenómeno a cuenta de un bolso de lujo que emula a las típicas bolsas de la compra.
Bautizado con el nombre de Barbès East-West Shopper y parte de la colección pre-fall 2021 de Balenciaga, lo que ves no es en realidad lo que es. Parece la típica bolsa en tamaño maxi estampada a cuadros que podemos comprar en cualquier gran comercio asiático y que nos sirve para albergar todos los productos de alimentación que compramos en el supermercado, pero en moda, como en la vida, las apariencias a veces engañan y el bolso de Balenciaga está hecho en Italia, es de piel de becerro y, sí, presenta un print tartán en tonos azules, rojos y blancos, vamos, un lujo al alcance de muy pocos que comienza a ganar terreno como nuevo 'it bag'.
Que el bolso más de moda entre las influencers, con la española Alexandra Pereira a la cabeza, sea una versión de la típica bolsa de plástico que puedes encontrar en cualquier bazar no es casual, hace unos años, en 2016 concretamente, Gvasalia ya tomó prestado el estampado de rayas arcoíris de las bolsas tradicionales tailandesas (conocidas como 'sampheng bag') para lanzar su propia versión de lujo y un año más tarde hizo lo propio con las bolsas azules de Ikea, eso sí, ambas versiones, al igual que ahora, de manufactura italiana y elaboradas en piel de cordero, nada que ver con el plástico y el nailon de las originales.
Pero Demna Gvasalia no es el primer diseñador que ha sentido un flechazo con este tipo de bolsas de la compra. En octubre de 2006, Louis Vuitton, precisamente con Marc Jacobs como director creativo, propuso para la temporada primavera-verano 2007 unos bolsos de cuadros que solo se diferenciaban de esas bolsas porque tenían el logo de la firma estampado y, cómo no, un precio mucho más elevado. También Raf Simons se dejó llevar por el discreto encanto de las bolsas de plástico en su colección para Jil Sander en el verano de 2011. Antecedentes hay de sobra.
El bolso de Balenciaga en cuestión se vende en tres tamaños distintos y con una correspondiente variación en sus precios, tipo neceser y mini por 595 euros, mediano y con asas por 1.250 euros y agárrate, que vienen curvas, en formato XL y con otras dos asas extralargas por 1.590 euros.
Como suele suceder cuando este tipo de piezas irrumpen en el mundillo, las redes sociales han volcado su mirada hacia él y lo han convertido en viral. Tanto es así que en torno al bolso Barbès de Balenciaga se ha generado un gran revuelo con el mismo número de fanáticos que de detractores y también un aluvión de memes que lo comparan con aquella bolsa del supermercado, eso sí, de pagar alrededor de 1 euro a la que para muchos es una cifra desorbitada. Pero, insistimos, nada tienen que ver los materiales y la elaboración de uno con el otro, y de ahí que las prescriptoras de moda hayan vuelto a decir sí al último objeto de deseo 'made in Demna Gvasalia'.
Cuando Demna Gvasalia fue elegido en el año 2015 como nuevo director creativo de Balenciaga no cabía duda de que sus propuestas, algo arriesgadas y muy peculiares, no iban a dejar indiferente a nadie. Sus comienzos como diseñador en la firma Maison Martin Margiela y también como discípulo de Marc Jacobs en su época en Louis Vuitton fueron la antesala para fundar junto a su hermano Guram la marca Vetements y, de paso, elevarla a los altares de la industria con una moda propia y personal. Con ese currículum, el georgiano aterrizó en la emblemática casa de origen español y, desde entonces, sus colecciones han estado en boca de todos.