Chanel abandona su clásico 'savoir faire' para explorar nuevos horizontes

Como antesala de su nueva colección de alta costura, Chanel presentó hace unas horas un cortometraje protagonizado por la actriz Margaret Qualley, hija de Andie MacDowell y musa de la maison. Titulado como 'The Button' ('El botón'), esta historia imaginaria creada por pgLang, escrita y dirigida por Dave Free y cuya producción musical ha sido realizada por Kendrick Lamar, surge gracias a Virginie Viard, actual directora creativa de la maison francesa.

¿El argumento? Qualley por las calles de París en busca y captura de un botón perdido del puño de su chaqueta. Sorteando las leyes de la realidad y del tiempo, la actriz arranca su aventura hasta la legendaria dirección parisina de 31 rue Cambon. El viaje está marcado por encuentros, primero con la modelo Naomi Campbell y luego con la actriz Anna Mouglalis. "La belleza dentro de las imperfecciones del tiempo", le dice a la protagonista, quien, de repente, comprende el valor emocional de este botón como portador de recuerdos, un verdadero símbolo de transmisión.

Para esta ocasión, Viard y su equipo han repetido la exclusiva pauta que enmarca sus últimas colecciones. Montan el show, reciben a sus invitadas y lo graban, todo a puerta cerrada, para horas más tarde revelar lo vivido a los amantes de la moda. El desfile ha tenido lugar a las 10 de la mañana, y no ha sido hasta ahora cuando las imágenes de las modelos desfilando con los nuevos diseños de alta costura han visto la luz.

Escapándose esta vez de las raíces de la maison fundada por Coco Chanel en 1910, la directora creativa ha hecho gala del nuevo 'savoir faire' de la casa look a look. La encargada de abrirlo ha sido la misma protagonista del vídeo previo, Margaret Qualley.

En un espacio circular, limpio y desprovisto de adornos, los estilismos han comenzado a brotar presididos por un botón gigantesco con el logo de la maison francesa. Un botón, ese elemento capaz de cerrar un estilismo y que, en esta ocasión, ha servido a Chanel para calentar motores.

El futuro de la casa de lujo apuesta por el blanco como color emblema, salpica el tradicional tweed con retales de tul, juega al despiste con capas, incluye transparencias para exhibir la figura femenina e incorpora la estética japonesa en su repertorio.

La paleta cromática no se queda solo en el blanco e incluye los tonos propios de la primavera y el verano como el rosa palo, el verde menta, el amarillo pálido, el lila suave, el gris perla y ya, para estilismos nocturnos, el negro combinado con todos ellos.

El tul, en una sola capa, se presenta en faldas de largo midi, blusas, pantalones y como adorno en los bajos o los puños de las prendas, eso sí, en estas piezas con varias capas, mucho grosor y volumen. Mayoritariamente en un acabado liso que deja expuesta su característica más obvia, el efecto traslúcido. Decora asimismo cuellos de camisas y chaquetas con cierta reminiscencia circense, y construye las típicas faldas de bailarina que, en la versión de Chanel, no son cortas y rozan el suelo.

Los vestidos joya se fusionan con otras piezas para, con toda la intencionalidad, exponer atuendos a capas. Aquí algunos ejemplos: un body de licra, encima un sujetador con bordados de pedrería y cristales, para cerrar, una falda escalonada con varias capas de tul. Un minivestido fabricado con un tejido en relieve con flores y, sobre él, un traje de tul negro con escote en V profundo y falda con vuelo.

Como común denominador en todos los looks, las medias blancas combinadas con sandalias negras atadas al tobillo con una pulsera de hebilla. Sin más accesorios destacados, en las cabelleras de algunas modelos, Viard y su equipo han colocado un lazo en tamaño XL, otro de los símbolos de la casa francesa.

Más propuestas que se salen del guion de la maison. Un vestido de tweed en gris perla labrado con capucha incorporada que nos recuerda a la moda jordana. Ajustado a la cintura, con bolsillos laterales y falda en línea 'A' de bajo tobillero, el traje sin mangas se completa con un body ceñido de color blanco. Aunque, sin duda, el estilo que ha copado el protagonismo del desfile ha sido el de la moda japonesa que azota el street style. Mucho color superpuesto, formas 3D, brillos, bodis salpicados con piedras y adornos, plumas y drapeados.

En cuanto a las siluetas, aunque hay de todo, en general intentan favorecer a la figura femenina con patrones que se ciñen en la parte superior y se abren de la cintura para abajo para asegurar el confort de la mujer.

Toda una declaración de intenciones que renueva el 'savoir faire' de la casa de lujo para explorar nuevos horizontes. Bebe de su esencia, el tweed y los lazos siguen presentes, pero suma más moda y tendencias con el tul, las sobrecapas y los bordados preciosistas como antesala de una era que acaba de comenzar.