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A Balenciaga le persigue la polémica: así es la pulsera con forma de cinta aislante y por 3.000 euros que nadie comprende
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¿LUJO O CONTROVERSIA?

A Balenciaga le persigue la polémica: así es la pulsera con forma de cinta aislante y por 3.000 euros que nadie comprende

Demna Gvasalia, el actual director creativo de Balenciaga, vuelve a desatar un aluvión de críticas por su nueva creación. Descubre todos los detalles

Foto: Una modelo con la pulsera de Balenciaga. (Launchmetrics Spotlight)
Una modelo con la pulsera de Balenciaga. (Launchmetrics Spotlight)

Cuando las aguas parecían calmarse en el océano Balenciaga, va la firma de lujo y vuelve a sembrar la polémica. ¿El motivo? Una pulsera con forma de cinta aislante que nadie entiende. Ni por el diseño en sí –no es tendencia, ni moda, ni nada similar–, ni, por supuesto, por el precio, roza los 3.000 euros. Señal de que a Demna Gvasalia, actual director creativo de la marca de origen español, no hay nada ni nadie que pueda frenarle.

En este contexto, no debemos olvidar que los últimos años de Balenciaga se han caracterizado por el lanzamiento de creaciones destinadas tanto a la viralidad como a la controversia. Pero también que, después del gran debate y posterior rechazo de la campaña lanzada a finales de 2022, la firma propiedad del grupo Kering había optado por quedarse relegada a un segundo plano y centrarse en las colecciones de alta costura.

Foto: Kim Kardashian para Balenciaga. (DR)

Pues parece que a Demna Gvasalia le va la marcha, pasa del lujo por el lujo y recupera esa filosofía de moda incomprensible. Las redes sociales están que arden por culpa de la dichosa pulsera que mencionábamos al principio de este artículo. Un objeto de deseo absurdo que está valorado en 3.000 euros.

Las reacciones en el universo digital no se han dejado de suceder. "Si supiera Cristóbal Balenciaga lo que hicieron con su marca se vuelve a morir, él era muy perfeccionista, el mejor modisto que ha existido", "Balenciaga se está riendo de nosotros" o "Me encanta que Balenciaga estafe a ricos" son algunos de los comentarios que se pueden leer el hilo de esta publicación en TikTok.

El brazalete fue presentado en el último desfile de la marca durante la Semana de la Moda de París. Entre tantos objetos de deseo, novedades y prendas llamativas, la pulsera pasó desapercibida sobre la pasarela.

placeholder Una modelo con la pulsera de Balenciaga. (Launchmetrics Spotlight)
Una modelo con la pulsera de Balenciaga. (Launchmetrics Spotlight)

Más propia del catálogo de una ferretería que el de una firma de moda de su categoría, esta pieza ha generado tal revuelo que el debate sobre la fina línea que separa la creatividad y lo absurdo vuelve a estar en boca de los expertos. En cualquier caso, Balenciaga ha vuelto a lograr su objetivo: llamar la atención.

Para comprobar lo que decimos, que a Balenciaga le persigue la polémica o, más bien, es el encargado de promoverla, solo hay que echar la mirada atrás. En el verano de 2021, lanzó una bolsa de la compra valorada en 1.600 euros. Un año después, misma pieza, un bolso, pero esta vez en forma de bolsa de basura y por 1.700 euros. Al poco, unas bridas que se vendían como pulseras de lujo a 575 euros. Más atrás en el tiempo, Balenciaga puso a la venta en 2017 la ya recordada bolsa azul con asas a 1.700 euros, que era clavada a la bolsa de plástico azul que vende Ikea a sus clientes por 50 céntimos.

La gota que colmó el vaso y la paciencia de la industria de la moda fue la campaña de 2022. En ella se mostraban los elementos de la colección con niños y niñas sosteniendo bolsos con forma de osos de peluche de una indudable estética bondage, ya que están decorados con correas, arneses y otros elementos propios del estilo BDSM –siglas de 'bondage, disciplina, dominación, sumisión, sadismo y masoquismo'–. Enseguida, las redes sociales se hicieron eco, criticando duramente la relación directa de la infancia con los elementos bondage, y a la marca no le quedó más remedio que retirar las imágenes y pedir disculpas públicas.

Cuando las aguas parecían calmarse en el océano Balenciaga, va la firma de lujo y vuelve a sembrar la polémica. ¿El motivo? Una pulsera con forma de cinta aislante que nadie entiende. Ni por el diseño en sí –no es tendencia, ni moda, ni nada similar–, ni, por supuesto, por el precio, roza los 3.000 euros. Señal de que a Demna Gvasalia, actual director creativo de la marca de origen español, no hay nada ni nadie que pueda frenarle.

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