Analizamos el estilo de la candidata demócrata Kamala Harris, la mujer del momento
Esta campaña no ha querido que sus apariciones estuvieran marcadas por sus estilismos y ha apostado por un estilo sobrio y formal que veremos si da resultados
Hace unos meses uno de los tótems de la moda neoyorquina, Lauren Santo Domingo, colgaba en su muro de Instagram, que cuenta con casi medio millón de seguidores, una imagen junto a una de las mujeres del momento: Kamala Harris.
Para ponerte un poco en situación, Lauren es mujer del hermano de Tatiana, Andrés Santo Domingo, colaboradora de Vogue, directora artística de TIffany & Co y cofundadora de Moda Operandi, el e-commerce de lujo, con los diseños más exclusivos del mercado mediante preorders antes que nadie.
La moda empezaba a pronunciarse demostrando su apoyo a una mujer que prometía que en esta campaña mostrarnos sus armas políticas y estilísticas.
Pero podríamos decir que ella ha tomado una decisión y no ha querido que sus looks protagonizaran su discurso. A lo largo de estos meses, Kamala, actual vicepresidenta de los Estados Unidos, ha desarrollado un estilo de moda que combina profesionalismo, accesibilidad y empoderamiento. Su enfoque en la vestimenta refleja su papel como una líder moderna y su deseo de conectar con diversas audiencias. Pese a que sea criticado por algunos periodistas, por ejemplo, en The Washington Post.
Su estilo se ha tildado de vago y aburrido pero ella tiene claro que tiene otras prioridades
Recordemos que al principio vivió una polémica al elegir un traje de Dolce & Gabbana, que fue muy criticado, dado que era una de las marcas europeas que solía usar Melania, pero pronto cambio el rumbo. Harris, desde entonces, mantiene un toque de accesibilidad, usa marcas estadounidenses asequibles y accesibles, lo que demuestra un entendimiento de las realidades de sus seguidores.
Harris ha sido criticada por su elección de ropa informal, como usar tenis Converse en eventos públicos. Algunos consideran que esta elección refleja cercanía y accesibilidad, mientras otros piensan que le resta formalidad a su rol. Además, el enfoque en su apariencia en lugar de sus políticas ha sido percibido como un tratamiento desigual en comparación con sus colegas masculinos, quienes rara vez son juzgados por su vestimenta. La atención mediática a su estilo, desde su uso de trajes hasta los accesorios, también subraya los estándares de género en la política. Aunque Harris defiende su autenticidad, la discusión sobre su estilo evidencia la tensión entre expectativas tradicionales y el desafío de redefinir el papel de las mujeres en el liderazgo.
Una de las elecciones que la han marcado ha sido cuando ha calzado sus icónicas Converse Chuck Taylor, un ejemplo de cómo equilibra comodidad y estilo, mostrando una faceta más cercana y humana. El uso de esta deportiva muestra a una mujer preparada para la acción, y apuesta por un power dressing propio, muy alejado de tacones y vestidos ceñidos. De ahí que en su estética haya prácticamente una línea sartorial a la que se mantiene fiel, al igual que grandes políticos, ha optado por el traje para no distraer el mensaje, sus elecciones de estilo son relajadas, pero cuando aparca su uniforme, le da a su armario un papel relevante y poderoso.
Pero, ¿quién está detrás de su armario? Según informó el medio especialista WWD, se rumoreaba que Harris estaba trabajando con Karla Welch, una famosa estilista conocida por su trabajo con Justin Bieber y una demócrata declarada que publica frecuentemente en Instagram sobre derechos civiles, diversidad y las tribulaciones de Trump.
Profesionalismo y Sofisticación
Harris opta por trajes de pantalón y chaquetas bien estructuradas, una elección que transmite autoridad y confianza. Prefiere colores sólidos y neutros, como el negro, azul marino y gris, lo que aporta un aire de seriedad. Este estilo es práctico y funcional, ideal para su agitada agenda.
En eventos importantes, se la ha visto vistiendo diseños de marcas dirigidas por mujeres y personas de color, destacando su compromiso con la diversidad, recordemos los trajes de Altuzarra, hijo de china-americana y francés. No solo apoya a los diseñadores de moda, sino que también envía un mensaje de solidaridad y apoyo a comunidades diversas.
Sergio Hudson, un creador elegido por Michelle Obama y ahora también por ella a la hora de vestir, decía en el podcast 'Well Suited', donde aseguró que el que la vicepresidenta apostara por él fue “una decisión con claras intenciones” que respondía a la vocación de Kamala de apostar por diseñadores negros. “Quería demostrar que abarcamos más espectros que se escapan del urbanwear en la industria de la moda”.
Este año ha vestido de Celine y de Chloé, los primeros pasos que ya marcan un cambio
En ocasiones especiales, Harris incorpora elementos que reflejan su herencia cultural. Por ejemplo, ha llevado saris tradicionales en eventos importantes, honrando sus raíces indias. Estos detalles no solo celebran su identidad personal, sino que también promueven la aceptación y la celebración de la diversidad cultural en el ámbito público. Y ha empatado en dos grandes momentos este año que quizá estaban sentando las bases de los nuevos tiempos que se avecinan, llevando un Celine de lentejuelas en el encuentro con los corresponsales en abril, llevando un diseño del niño cool de la moda, Hedi Slimane.
Y en la cena de estado de Kenya la pudimos ver con un vestido de la diseñadora del momento, Chemena Kamali, para Chloé.
Una herramienta para conectar con los votantes que veremos en esta ocasión si ha resultado eficiente.
Hace unos meses uno de los tótems de la moda neoyorquina, Lauren Santo Domingo, colgaba en su muro de Instagram, que cuenta con casi medio millón de seguidores, una imagen junto a una de las mujeres del momento: Kamala Harris.