Olivier Rousteing deja Balmain: el fin de una era marcada por el genio y el drama
Y si algo ha dejado claro tras estos 14 años, es que su historia, como su talento, aún no ha terminado
Tras 14 años al frente de Balmain, Olivier Rousteing abandona la firma que rescató del olvido y transformó en símbolo global de glamour, diversidad y poder mediático. Su salida pone punto final a uno de los capítulos más intensos de la moda parisina contemporánea.
El miércoles, la casa Balmain confirmó oficialmente la marcha de su director creativo tras más de una década al frente de la firma fundada por Pierre Balmain en 1945. La noticia, esperada pero igualmente impactante, marca el cierre de un ciclo en el que el diseñador francés redefinió la identidad de la maison con su mezcla inconfundible de sensualidad, teatralidad y ambición global.
“Estoy profundamente orgulloso de todo lo que he logrado e infinitamente agradecido a mi excepcional equipo en Balmain, mi familia elegida, en un lugar que ha sido mi hogar durante los últimos 14 años”, declaraba Rousteing en el comunicado oficial. “Mientras miro hacia el futuro y al siguiente capítulo de mi trayectoria creativa, siempre atesoraré este tiempo tan especial”.
El arquitecto del “Balmain Army”
Rousteing asumió la dirección creativa de la firma en 2011, con apenas 24 años, convirtiéndose en el director creativo más joven de París desde Yves Saint Laurent. Su llegada coincidió con un cambio de paradigma en la moda: la era de Instagram, del lujo democrático y de la visibilidad como nuevo poder.
Bajo su liderazgo, Balmain dejó de ser una casa clásica para convertirse en una marca fenómeno, con un ejército de seguidores liderado por Kim Kardashian, Rihanna o Beyoncé. Las modelos y celebrities que vestían sus diseños —ceñidos, dorados, poderosos— fueron bautizadas como el “Balmain Army”, y sus desfiles se transformaron en auténticos espectáculos de luces, música y cultura pop.
El presidente de Balmain, Rachid Mohamed Rachid, destacó su legado con palabras que sonaban a homenaje:
“Su liderazgo visionario no solo ha redefinido los límites de la moda, sino que también ha inspirado a toda una generación con su audaz creatividad, su inquebrantable autenticidad y su compromiso con la inclusión”.
Moda, éxito y cicatrices
Pero el ascenso meteórico de Rousteing también estuvo acompañado de episodios de vulnerabilidad. En 2021, el diseñador sorprendió al mundo al publicar una imagen de sí mismo completamente vendado. Había sufrido un accidente doméstico que casi le cuesta la vida tras la explosión de una chimenea en su casa. “He estado ocultando esto durante demasiado tiempo”, escribió entonces. “Tal vez esta obsesión con la perfección que la moda impone, y mis propias inseguridades... Pero ahora, curado y agradecido, me siento libre y feliz”.
Su sinceridad y el relato de su recuperación marcaron un punto de inflexión en su discurso. Si durante años había sido el rostro de la perfección y el lujo, desde entonces se mostró como un símbolo de resiliencia, decidido a celebrar la vulnerabilidad tanto como el glamour.
Después de ese duro momento, cuando todo apuntaba a un regreso triunfal a la pasarela de París, la tragedia volvió a tocar su puerta. Un camión que transportaba unas 50 piezas de su próxima colección fue asaltado entre el aeropuerto de París y la sede de Balmain. El diseñador compartió su indignación en Instagram.
La noticia conmocionó al mundo de la moda, que vio en el episodio una metáfora de su tenacidad. Pese al robo, Rousteing y su equipo rehicieron las piezas en tiempo récord para presentar la colección en los días previstos. Fue una muestra más del carácter incansable que ha definido toda su carrera.
Un creador marcado por la búsqueda
Más allá del lujo y los focos, Rousteing ha hablado abiertamente de su búsqueda personal de identidad. Adoptado de niño por una familia francesa, nunca ha conocido a sus padres biológicos. En el documental de Netflix 'Wonder Boy', confesaba su obsesión por poner rostro a esa ausencia. Esa herida íntima, tan humana como universal, ha impregnado muchas de sus colecciones: la belleza como escudo, el exceso como forma de sanar.
Con su salida, Balmain cierra una de las etapas más vibrantes de su historia reciente. No hay aún sucesor anunciado, aunque la firma —propiedad del grupo catarí Mayhoola, también dueño de Valentino— asegura que su nueva estructura creativa “se dará a conocer a su debido tiempo”.
Tras 14 años al frente de Balmain, Olivier Rousteing abandona la firma que rescató del olvido y transformó en símbolo global de glamour, diversidad y poder mediático. Su salida pone punto final a uno de los capítulos más intensos de la moda parisina contemporánea.