¿Quieres adelgazar? Entrena tu cerebro para conseguirlo
No solo la dieta es importante a la hora de perder peso, la mente también influye
Todos sabemos que comer es necesario para mantenernos con vida, pero en realidad también es algo más. Se trata de una acción muy vinculada al placer, pero también al estrés y también a nuestros pensamientos y emociones.
Por eso, puede haberte sucedido en más de una ocasión y en más de dos que la dieta que has comenzado pensando en bajar de peso no ha resultado como esperabas. No es solo una cuestión de controlar lo que comemos, tenemos que ir más allá para alcanzar el éxito.
Las emociones mal gestionadas o los pensamientos recurrentes ligados a situaciones de estrés o ansiedad a causa de los problemas del día a día pueden interferir en nuestros hábitos de alimentación, haciendo que nuestros intentos por perder peso no funcionen.
Por ejemplo, cuando utilizamos la comida para sentirnos mejor o distraernos si estamos aburridos, el cerebro libera serotonina y dopamina, las hormonas del placer. De esta forma asociamos la comida con emociones positivas que pueden ser adictivas.
Así, para evitar utilizar la comida como vía de escape es imprescindible aprender a canalizar nuestras emociones. Esto no siempre resulta sencillo y por eso es recomendable consultar con expertos que puedan asesorarte de la forma más adecuada.
Herramientas para adelgazar
En su libro
En ocasiones confundimos hambre con aburrimiento o empleamos la comida para combatir un momento de estrés. La respiración puede ser la clave que nos ayude a darnos cuenta de qué es lo que sentimos realmente y ponerle solución.
Regula la respiración, marcando unos tiempos de inhalación y exhalación determinados para tratar de reducir la sensación de ansiedad y reequilibrar la producción de neurotransmisores y hormonas responsables de la falsa sensación de hambre.
Tu cuerpo es sabio, por lo que prestarle la atención adecuada puede ser de gran utilidad. Puede ayudarnos a entender lo que necesitamos a nivel nutricional, pero también emocional. Los cambios físicos, como una barriga hinchada, pueden ser también reflejo de problemas emocionales.
La visualización mental es otra de las herramientas. Los cambios en tu vida comienzan en tu cabeza, armoniza mentalmente tu esquema corporal y remodela las zonas que lo necesiten.
Despídete de lo tóxico, en la alimentación con esos productos que sabes que no te benefician, pero también en tu vida. Aleja de ti a las personas que, sin darte cuenta, te empujan hacia un lugar en el que no quieres estar y no te favorece.
Una vez que has modificado tu mente y tu cerebro y preparado tu cuerpo, haz lo mismo poco a poco con tus hábitos alimenticios, en busca de una alimentación más saludable que te ayude a reflejar en tu cuerpo esos mismos cambios.
Dicho todo esto, es fundamental saber que hay profesionales de la salud especializados en algunos tipos de consumos compulsivos y, si ese es el caso, lo mejor es siempre acudir a su consulta para obtener la ayuda que, a lo mejor, se necesita.
Todos sabemos que comer es necesario para mantenernos con vida, pero en realidad también es algo más. Se trata de una acción muy vinculada al placer, pero también al estrés y también a nuestros pensamientos y emociones.