Dieta del jamón y el vino: ¿una deliciosa manera de perder peso y adelgazar?

A menudo, asociamos el término dieta con pasar hambre y renunciar a los platos que más nos gustan, sin embargo en una dieta equilibrada tienen cabida todo tipo de alimentos, sanos y saludables y preparados con mimo y mucho sabor.

Por eso, cambiar de hábitos hacia unos más sanos es esencial cuando queremos cuidarnos y para ello lo mejor es encontrar la forma de que esto no se convierta en un sacrificio, sino en una forma interesante de aprender a comer lo que en el fondo ya sabemos que es mejor para nosotras.

Por eso, cuando queremos perder peso lo mejor es acudir a un médico o nutricionista que diseñe una dieta adecuada para nosotros, adaptada a nuestros gustos y necesidades y con la que podamos conseguir nuestros objetivos.

Dieta del jamón y el vino

Algo parecido propone la dieta del jamón y el vino, un régimen alimenticio que nos invita a seguir un estilo de vida saludable con el que perder peso, entre 4 y 6 kilos, sin renunciar al jamón serrano y al vino tinto durante las cuatro semanas que dura.

Que reciba ese nombre no quiere decir que durante ese mes sea posible alimentarse solo a base de estos dos productos y conseguir perder peso. Propone una dieta hipocalórica en la que permite cierta cantidad de jamón serrano y una copa de vino al día, en el caso de las mujeres.

Además de hacer esta distinción entre mujeres y hombres (ellos pueden llegar a tomar dos copas de vino al día), la dieta desarrollada por el naturópata Rubén Bravo también propone un plan de alimentación especifico para deportistas.

Diseñada para reducir los niveles de hambre y ansiedad y propone un régimen alimenticio basado en el consumo de verduras y hortalizas, legumbres, frutas de bajo y medio índice glucémico, carnes magras, pescados blancos y azules, frutos secos, pan integral y aceite de oliva.

A estos alimentos se añade el jamón serrano, del que permite entre 60 y 90 gramos diarios, porque se considera una gran fuente de vitaminas y minerales, sobre todo el hierro, y el vino tinto, que es rico en antioxidantes que permiten mantener nuestra salud cardiovascular.

Recomienda hacer cinco comidas al día y sigue las pautas del dicho “Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo”. Es importante no saltarse ninguna de las comidas, y las cenas suelen incluir caldos y ser de picoteo, para quienes tienen poco tiempo para cocinar.

A media mañana es mejor optar por frutos secos o una pieza de fruta, y a la hora de la comida las verduras y la carne o pescado a la plancha o al horno serán las opciones más habituales.

¿Todo el mundo puede hacer esta dieta?

Esta dieta no está recomendada para aquellas personas que no puedan consumir alcohol por el motivo que sea, tanto por ser menores de edad, como por embarazo o por estar tomando una medicación concreta.

Sin embargo, no todos los expertos son partidarios de esta dieta. De hecho, muchos médicos y nutricionistas la desaconsejan, ya que el alcohol, aunque sea en pequeñas cantidades, es malo para nuestra salud. Además de ser una fuente de calorías vacías.

Por eso conviene, antes de darle una oportunidad a esta dieta o cualquier otra, consultar con un especialista.