Déficit calórico: la clave para adelgazar y perder peso

A la hora de perder peso hay muchas cosas que desconocemos, por eso en ocasiones confiamos en las dietas y sistemas que nos prometen que lo conseguiremos en un tiempo récord y sin apenas esfuerzo, pero la clave para adelgazar es entender tu cuerpo.

Lo que está claro es que para perder peso necesitas crear un déficit calórico. Puede que hayas escuchado hablar de esto y tengas muchas dudas al respecto, por eso lo mejor es comenzar por el principio.

El déficit calórico se define como la falta de calorías para reducir y mantener un peso equilibrado, es decir, gastar más calorías de las que se ingieren para no engordar e incluso conseguir una pérdida de peso paulatina.

La importancia de tu metabolismo

La energía que nuestro cuerpo necesita para funcionar la obtiene en forma de calorías a través de los alimentos y bebidas que ingerimos, pero si tomamos más de las que nuestro cuerpo necesita, este las almacena en forma de grasa.

Para poder establecer un déficit calórico debes primero saber cuantas calorías necesita tu cuerpo, algo que varía en función de las personas. Las calorías las obtenemos a partir de la alimentación, pero al quemarlas hay que tener en cuenta tres factores principales.

Uno de ellos es tu metabolismo basal, que el mínimo de energía que empleas para mantenerte con vida. Es decir, aunque no estés realizando ninguna actividad física, tu cuerpo consume energía.

También hay que tener en cuenta las calorías que usa tu organismo para digerir y metabolizar la comida, y la actividad física que realizamos. Cuanto más ejercicio hagas, más calorías estarás quemando.

¿Cómo lo consigo?

El ejercicio juega un papel fundamental a la hora de conseguir un déficit calórico porque, además de los muchos beneficios que tiene la actividad física para nuestra salud, también puede ayudarnos a incrementar nuestra tasa metabólica.

El músculo es metabólicamente más activo que la grasa, por lo que generarlo aumenta la quema de energía en las actividades habituales.

El otro punto que debemos tener en cuenta es nuestra alimentación, ingiriendo menos calorías de las que quemamos también estaremos en déficit. Para ello conviene prestar atención a lo que comemos, evitando productos poco saludables y que nos aporten muchas calorías y pocos nutrientes.

Por supuesto estos cambios en tu alimentación y tus hábitos de vida deben hacerse bajo la supervisión de un experto. Producir un déficit excesivo de calorías puede poner en riesgo tu salud, provocando fatiga, mareos, debilitando tu sistema inmune o causando una pérdida de músculo en lugar de grasa. Por eso, es indispensable que consultes con un médico o un nutricionista que te pueda asesorar si decides perder peso.