Un tablao en pleno Teatro Real: así es la nueva edición de Flamenco Real

"Está el flamenco de raza y el flamenco de danza, el que se lleva en la sangre y el que se adquiere. Este festival, en su quinta edición, es una muestra de los mejores artistas en todos los sentidos". Son las palabras del productor Aurelio Solana durante la estupenda cena en la antesala del Salón de Baile del Teatro Real que precede al espectáculo, ¡y qué espectáculo! Una cena servida desde las cocinas del coliseo, que de momento es privada para patrocinadores y empresas colaboradoras, pero que, asegura, pretende "abrir también al público en el futuro", Con el boom de los ‘gastro shows’ flamencos en Madrid deberían, y seguramente lo hagan, porque en el marco de este templo lírico la magia y el arte se multiplican.

Arte ya hay para rato. Tras la velada, y accediendo al Salón de Baile como tal, bajo esa cúpula estrellada que simula el cielo nocturno capitalino, invitados y quienes hayan comprado su entrada —a la venta a través de la web del propio Teatro Real y de Fever— se sientan en unas íntimas mesas que rodean al escenario que emula, en efecto, al de un auténtico tablao. El cartel de artistas es imprescindible y las posibilidades de verlos, amplias, ya que se extiende de diciembre a julio. Con una copa de buen vino y arrancándose a las palmas, el público tiene aquí la posibilidad de disfrutar de una verdadera joya cultural. Imprescindible.

El arranque de Belén López

La encargada de inaugurar el ciclo, aunque Solana prefiere llamarlo festival (y lo es), ha sido la bailaora Belén López con el cuadro de Los Jiménez acompañándola. El ‘Tiempo’, como llama a su actuación, hilvana los diversos palos del flamenco al compás de sus ritmos, su zapateado, su maravilloso mantón y, por encima de todo, su expresión, su duende, como suele decirse. López, asidua al Corral de la Morería y a otras grandes tablas, como la Arena de Verona, donde fue primera bailarina en el montaje 'Carmen', de Franco Zeffirelli, como recuerda el propio Aurelio. Una fuerza magnética a la que no se puede dejar de mirar, de seguir con la vista y con el corazón, el que ella acelera con cada taconeo.

Las voces de Rafita y Pedro, las guitarras de Carlos y Juan y la percusión del 'Chispas' la mecen entre calma, silencios y arranques desenfrenados, con todo el sentimiento que se encuentra en el mejor cante y baile. Todos, en conjunto, pero sobre todo ella, regalan esa sensación de haber visto algo que merece la pena y que no ocurre a menudo.

El siguiente protagonista, del 18 al 20 de enero, será el ‘bailaor’ Amador Rojas, pionero de este festival y que repasará, en su quinto año, sus participaciones en el Real. Yolanda Osuna, Marco Flores, María Moreno, José Maya, ‘La Piñona’, Eduardo y Patricia Guerrero se sucederán, mes tras mes, en este plantel de primeras figuras con las que tenemos la suerte de contar en el teatro más querido de la Villa y Corte y parte del mundo. Porque en este templo del arte con mayúsculas se fusiona lo tradicional y lo nuevo gracias a enormes talentos y ofreciendo un flamenco que, siendo genuino y fidedigno, no deja de ser democrático e idóneo para todos, expertos y ‘amateurs’.

Tras una hora de función uno sale queriendo arrancarse por bulerías en un marco que hechiza, como el más arraigado tablao, como hechizan estos nombres propios con su talento.