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El disputado testamento de Luis Gil, el joyero de la alta sociedad
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¿le obligaron a cambiarlo?

El disputado testamento de Luis Gil, el joyero de la alta sociedad

Su legado está siendo puesto en entredicho al descubrirse, según 'ABC', que una de sus sobrinas podría haberle hecho firmar otro escrito

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El pasado mes de enero, el joyero más célebre de la alta sociedad madrileña se iba para siempre a los 90 años de edad. En pleno barrio de Salamanca, Luis Gil se había forjado una reputación por el cuidado y el esmero que ponía en todas sus creaciones, que sirvieron para adornar a mujeres de la alta sociedad como Aline de Romanones, Naty Abascal o la duquesa de Franco.

Según ha publicado 'ABC', su legado estaría siendo puesto en entredicho al descubrirse que, supuestamente, una de sus sobrinas acudió al hospital a verle para que firmase otro testamento diferente al que ya tenía hecho.

Foto: Sarah Ferguson en una imagen de archivo. (Reuters)

La joven acudió hasta allí acompañada de un notario cuando Gil se encontraba ingresado a causa de un tumor cerebral. El joyero poseía un piso en la calle Serrano, una casa en la sierra y otros inmuebles.

placeholder Cari Lapique durante el funeral de Luis Gil. (Gtres)
Cari Lapique durante el funeral de Luis Gil. (Gtres)

El cambio en el testamento ha hecho sospechar a algunos de sus familiares, que piensan que Luis no tenía por qué transformar algunas líneas de su última voluntad. El próximo paso sería la impugnación del escrito, según informa el citado diario. Solo el tiempo desvelará si los familiares hacen algo o no. Luis Gil no era únicamente un joyero de sobrado prestigio, sino también un auténtico confesor de las mujeres más célebres de nuestro país, de Cuqui Fierro a Charo Palacios. La alta burguesía, desde luego, echará de menos su discreción y estará pendiente de lo que ocurra con su última voluntad.

El pasado mes de enero, el joyero más célebre de la alta sociedad madrileña se iba para siempre a los 90 años de edad. En pleno barrio de Salamanca, Luis Gil se había forjado una reputación por el cuidado y el esmero que ponía en todas sus creaciones, que sirvieron para adornar a mujeres de la alta sociedad como Aline de Romanones, Naty Abascal o la duquesa de Franco.

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