Xisca Perelló, las claves del éxito de su hermética relación con Rafa Nadal
En un mundo en el que todo se retransmite en directo por las redes sociales, sorprende la enorme discreción de María Francisca Perelló, aka Xisca Perelló, la novia de Rafa Nadal
Xisca Perelló es una especie de Greta Garbo entre las novias y mujeres de los deportistas no solo nacionales, sino también a nivel internacional. Así como la gran diva sueca decidió apartarse del mundanal ruido y costó muchísimo seguirle la pista, la pareja del mejor tenista español de todos los tiempos no se deja ver así como así. Y si se deja ver, no se pronuncia, así que nos vale también por este motivo el símil de la gran actriz de cine mudo a la que mencionábamos. Por cierto, que tampoco su novio se manifiesta sobre ella o da pormenores de su relación.
Son pocos los testimonios gráficos que hay de Xisca, a quien sus amigas llaman Mery, más allá de algunas fotografías de vacaciones con su novio, o su presencia en partidos de gran relevancia para el tenista, en los que suele estar acompañada por la familia de su chico. Este mes de abril posaba junto al príncipe Alberto de Mónaco, en el Principado, y hasta su look era un mensaje en sí mismo: ni el peinado, ni el maquillaje, ni las prendas, ni los complementos llamaban la atención.
María Francisca conoció a Rafa Nadal siendo niños, pues era amiga de su hermana Maribel desde el colegio (iban juntas a Pureza de María, un centro educativo religioso, en Manacor). Lo que empezó como una amistad acabó en una historia de amor que ya dura trece años y sumando. Una cifra insólita para un mundo tan complejo como el de la vida de los deportistas de élite. Más aún, el tenis, que es una disciplina que obliga a viajar por todo el mundo durante casi los 12 meses del año.
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Xisca Perelló ha sabido quedarse en un segundo plano y apenas hay declaraciones para forjarnos una opinión sobre ella. De su currículum debemos destacar que estudió Administración y Dirección de Empresas en la Universitat de les Illes Balears de Palma antes de marcharse a Londres, donde recibió formación especializada en esponsorización, patrocinio y marketing deportivo. En la actualidad trabaja en la Fundación Rafa Nadal, que tiene su sede en Barcelona.
Esta fundación, presidida por la madre del tenista, Ana María Parera, nació en 2008 con la intención de Nadal y su familia de “ofrecer programas de educación a los más desfavorecidos con un denominador común: el deporte”, según dejan de manifiesto en su página web.
La relación entre Xisca y su suegra, también compañeras de trabajo, es excelente, y en las ocasiones en las que las hemos podido ver juntas (como decíamos, en grandes finales deportivas) se ha apreciado una gran complicidad entre ambas. En general han presenciado más triunfos que derrotas de Nadal en las canchas, así que han sido, por lo general, de alegría y celebración.
Xisca ha sido clave también en los momentos anímicos más delicados de Nadal, a quien a lo largo de su ya dilatada carrera han perseguido las lesiones físicas, sobre todo en sus rodillas. También en su momento familiar y mediático más complicado, cuando se separaron sus padres, a mediados de 2009. Una situación que se revirtió, pues la propia Ana María confirmaba en octubre de 2011 que llevaban ya siete meses juntos.
No ha habido lugar en esta larga relación para rumores o escándalos, salvo en 2014, cuando se publicó que podrían haber roto, algo que los propios acontecimientos se encargaron de desmentir. Lo que sí parece tardar en llegar es la boda…
Los máximos rivales de Nadal, Federer, que ya tiene cuatro hijos, y Djokovic, que ha sido padre en dos ocasiones, están casados. Sin embargo, el mejor tenista de la historia en tierra batida no se ha decidido a dar ese paso aunque su relación está más que consolidada.
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En algunos medios internacionales se publicó el año pasado que se habían casado en secreto, pero se desmintió que así fuera. Otras publicaciones hablan de ‘fobia’ al matrimonio, pero lo que es evidente es que cada quien tiene su timing o incluso no siente la necesidad de formalizar una relación.
A nadie se le escapa que la pareja de Nadal y Xisca, que es hija del constructor Bernat Perelló y de la funcionaria del ayuntamiento de Manacor María Pascual, es un éxito. La novia del tenista, además, tiene muy clara su hoja de ruta, que no pasa por ser una celebrity, figurar en las redes sociales o rentabilizar su noviazgo a través de millonarios contratos publicitarios. Está claro que no pretende ser una influencer, aunque tal vez tenga mucha más influencia de lo que parece. Al igual que Rafa Nadal, dicen los que la conocen o la han tratado en alguna ocasión que Xisca ha heredado de sus padres la discreción. Y como tantas veces ha dicho Tony Nadal, tío y exentrenador del tenista, la educación es vital para cómo se encaran las cosas. Los éxitos y las derrotas. Sin duda, esta relación entra en la primera de las categorias.
Xisca Perelló es una especie de Greta Garbo entre las novias y mujeres de los deportistas no solo nacionales, sino también a nivel internacional. Así como la gran diva sueca decidió apartarse del mundanal ruido y costó muchísimo seguirle la pista, la pareja del mejor tenista español de todos los tiempos no se deja ver así como así. Y si se deja ver, no se pronuncia, así que nos vale también por este motivo el símil de la gran actriz de cine mudo a la que mencionábamos. Por cierto, que tampoco su novio se manifiesta sobre ella o da pormenores de su relación.