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Carmen Martínez-Bordiú: del 'todo por amor' a ser Benjamin Button
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enamorada y rejuvenecida

Carmen Martínez-Bordiú: del 'todo por amor' a ser Benjamin Button

La socialite ha encontrado la tranquilidad de un amor pausado junto a su novio surfero, con el que ha pasado unos días en Portugal

Foto: Carmen Martínez-Bordiú. (Ilustración: Jate)
Carmen Martínez-Bordiú. (Ilustración: Jate)

Carmen Martínez-Bordiú decidió en septiembre pasado cambiar de aires. Abandonó Madrid y se instaló en Portugal con su novio Timothy McKeague, donde disfrutan de una vida tranquila. Su última aparición ha sido en la boda de su sobrino Javier, hijo de Mariola y Rafael Ardid, que se casó en Yucatán. Hasta este periplo mexicano poco se sabía de la duquesa de Franco, salvo las reuniones con sus hermanos para tratar asuntos relacionados con la exhumación de su abuelo.

[LEER MÁS. Un año sin Carmen Franco: de la lucha por su patrimonio a su nieto instagramer]

En ese sentido no hay fisuras. Están todos de acuerdo y el único que hizo declaraciones fue Francis Franco con el visto bueno del resto. Con la herencia de la madre no hubo problema porque en este caso estaba bien organizada. Tampoco hubo desacuerdos a la hora de ofertar parte del patrimonio inmobiliario. Tranquilidad y pocos sobresaltos.

placeholder Carmen Martínez-Bordiú en Yucatán. (Turismo de Yucatán)
Carmen Martínez-Bordiú en Yucatán. (Turismo de Yucatán)

Carmen se centró en su vida sana con Tim, profesional del surf. ¿Y qué lugar era el más indicado para disfrutar de las olas y que no estuviera a muchas horas de avión de España? Pues ni más ni menos que Nazaré, una localidad portuguesa a hora y media de Lisboa. Es el paraíso de los surferos y forma parte de la leyenda de este deporte porque en el 2011 se batió el récord de la ola más grande jamás surfeada. La duquesa, que es una mujer adaptable a la vida de sus parejas, dejó su mundo mediático y se convirtió en una grupi del surf. Ella no lo practica, pero sí lo vive como acompañante.

Dejó por amor su actividad como personaje del colorín mientras que el novio ha cumplido con lo que argumentó en su día con respecto a su vida privada. Quiere ser una persona anónima y así se ha mantenido, rechazando ofertas atractivas a cambio de declaraciones. El chico es consciente de lo que supone cruzar el río de la intimidad cuando no se sabe manejar esa faceta que sí domina su novia. En su día hubo apuestas de cuánto tardaría en rentabilizar ser pareja de la actual duquesa, igual que la brevedad de la relación. No ganaron. No solo ha hecho su vida, sino que llevan juntos más de un año.

placeholder Carmen Martínez-Bordiú. (EFE)
Carmen Martínez-Bordiú. (EFE)

Y esta vida sana que aparentemente hace Carmen Martínez-Bordiú la ha convertido en una especie de Benjamin Button, el personaje que interpretaba Brad Pitt. En su caso no hay operación nueva de estética. Y mientras la duquesa rejuvenece, Tim ha decidido echarse años. Las imágenes de ambos paseando hace unos días por Yucatán cuando acudieron a la boda del sobrino Javier Ardid así lo reflejan. Tim, con barba, pelo largo y canas (propias o simuladas), evidencia que no quiere aparentar los 34 años que tiene.

Carmen Martínez-Bordiú decidió en septiembre pasado cambiar de aires. Abandonó Madrid y se instaló en Portugal con su novio Timothy McKeague, donde disfrutan de una vida tranquila. Su última aparición ha sido en la boda de su sobrino Javier, hijo de Mariola y Rafael Ardid, que se casó en Yucatán. Hasta este periplo mexicano poco se sabía de la duquesa de Franco, salvo las reuniones con sus hermanos para tratar asuntos relacionados con la exhumación de su abuelo.

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