Las fortunas venezolanas que han convertido España en su centro de operaciones
El barrio de Salamanca de Madrid se ha puesto de moda entre los millonarios del país. Tanto afines como detractores de Maduro se han instalado en nuestro país por la situación política
En los 20 años que Laura lleva fuera de su Venezuela natal ha visto de todo, cuenta. Pero lo que más le ha sorprendido es “la gran cantidad de dinero que mueven algunos compatriotas”. Laura ha vivido en otros países antes de recalar en Barcelona y dice que las ha pasado de todos los colores antes de lograr la estabilidad económica que ahora manda en su vida.
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En la actualidad trabaja en una de las inmobiliarias más lujosas de España y se sorprende de ver cómo muchos de sus compatriotas invierten en caras propiedades en el país. “Sobre todo en Madrid, en el barrio de Salamanca, es increíble”, repite. No hablamos solo de los grandes nombres conocidos en el mundo de la farándula y de los negocios, como la esposa de Luis Alfonso de Borbón, Margarita Vargas; la ex de Álvaro Muñoz Escassi, Raquel Bernal; o las poderosas familias como los Betancourt, los Trebbau y los Cohen. Hablamos de jóvenes empresarios que invierten grandes cantidades en nuevos proyectos y en propiedades inmobiliarias.
Madrid, oscuro objeto de deseo
Le sucedió a Lola, una vecina del barrio de Los Jerónimos (en los aledaños del Museo del Prado), cuando fue a comprar un piso de alta gama. Era propiedad de unos venezolanos que, después de hacer una gran reforma, "se habían encaprichado de otro piso en la calle Velázquez”. La agente inmobiliaria le contó que se había puesto de moda el barrio entre los venezolanos más adinerados.
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Lo mismo en Barcelona, donde Sergio tiene un piso en el barrio del Eixample y varias inmobiliarias se han puesto en contacto con él para informarle de que en su cartera de clientes “hay rusos, chinos y venezolanos de alto poder adquisitivo que quieren invertir en el país”.
Es la intimidad y la discreción lo que buscan estos nuevos millonarios. Raquel Bernal y Margarita Vargas, dos ricas venezolanas muy conocidas en nuestro país, llevan sin embargo una vida discreta. Bernal, exmujer de Álvaro Muñoz Escassi, fue esposa del presidente de la Bolsa venezolana, Víctor Flores, y la llaman la Barbie de las finanzas. Ex Miss Venezuela, su relación con Maduro y el chavismo es notoria y pública, algo de lo que ella no se esconde puesto que lo ha defendido en incontables ocasiones.
Otro afín a las ideas políticas de Chaves y Maduro residente en nuestro país era el alcalde Rafael Lacava, quien vivía en Barcelona con su familia a todo trapo mientras ostentaba el cargo de primer edil de su ciudad, Puerto Cabello. Al ser descubierto por los medios, abandonó España y se instaló en Italia, donde goza de más intimidad.
Algo parecido ha sucedido con los suegros de Luis Alfonso de Borbón. Divorciados en 2013, la madre, Carmen Santaella, es la hija de una familia adinerada vinculada a la banca, y el padre, Víctor Vargas, ha sido señalado en alguna ocasión por hacerse rico al abrigo del fallecido presidente venezolano. Él asegura que siempre fue rico. “La gente escribe historias sobre mí diciendo que tengo una Ferrari, un avión y un yate -dijo durante una entrevista al 'The Wall Street Journal'-, pero no es verdad. Tengo tres aviones, dos yates y seis casas. ¡He sido rico toda mi vida!”.
Los Cohen y su imperio
Más discretos son los miembros de la familia Cohen, propietarios de un conglomerado de empresas que se extiende por el mundo latino. En España son los fundadores de la empresa Sambil, responsable de varios outlets. El de Madrid es el más grande del país. Salomón Cohen Levy, padre de seis hijos y abuelo de 20 nietos, fundó la constructora Sambil CA en 1958 en Venezuela. Primero trabajaba para el sector gubernamental y después se fue expandiendo de manera privada hasta llegar a hoy, donde tiene sedes en España, República Dominicana y Brasil, además de Venezuela.
Los bolichicos (término creado en 2010 por el periodista Juan Carlos Zapata para referirse a “la nueva camada de ricos en los tiempos chavistas”) instalados en España son decenas y uno de sus miembros más destacados es Alejandro Betancourt, un multimillonario venezolano de 38 años. Su historia ha salpicado durante años las páginas de la prensa venezolana y estadounidense, incluido 'The Wall Street Journal', tal y como informaba El Confidencial. Así lo describe el artículo: “Viaja habitualmente en 'jet' privado a las ciudades donde tiene sus negocios: Madrid, Londres, Moscú, Miami o Bogotá. En sus vuelos transatlánticos desde Venezuela a Europa hace escala en las Azores para repostar. Caraqueño de 38 años, de porte elegante, se muestra amable y de conversación amena”.
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Sus buenas relaciones con Nicolás Maduro y el régimen bolivariano quedan patentes, según el mismo artículo, en varios de sus gestos, como el realizado en 2010, cuando Betancourt y su empresa Derwick Associates acudieron en ayuda de Chávez y su Gobierno para suministrar turbinas a las centrales termoeléctricas que intentaron paliar el desastre energético del país. La misma empresa es la que adquirió la finca El Alamín de Gerardo Díaz Ferrán cuando este entró en la runia. En España se hicieron conocidos por la relación de la madre de Alejandro, Lilia López, con el torero Palomo Linares, pero su desembarco fue mucho más allá.
Otros venezolanos, por su parte, tratan de demostrar su rechazo a Maduro cada vez que pueden. Son nombres como el de Carlos Baute y su mujer, Astrid Klisans, miembro de una rica familia del país; o Boris Izaguirre, quien no duda en criticar al régimen bolivariano en cuanto tiene ocasión. O como la familia de Carolina Herrera. La diseñadora afincada en Nueva York y su hija Carolina, exmujer del Litri, no son los únicos miembros del clan con relaciones con España.
La familia de Carolina Herrera
El marido de Carolina Herrera, Reinaldo Herrera, es primo hermano de Mercedes Herrera, una millonaria elitista y exquisita con una maravillosa casa en Formentor, Mallorca, donde suele recibir a toda clase de personajes. Los Herrera son críticos con Chávez, a quien acusan de haberles “robado” su finca en Caracas, “la más grande del país”. En una entrevista en 'La Opinión de Coruña', Mercedes Herrera cuenta quién es su familia: “Somos Herrera de la Sota, una de las estirpes más antiguas y conocidas de Venezuela, descendientes de españoles y alemanes. El nombre de la familia en realidad es Herrera Uslar-Gleichen, una antiquísima y muy noble familia alemana, así que estamos emparentados con los grandes linajes de la nobleza europea”.
Ahora, todos ellos contienen la respiración ante la tensa situación de su país.
En los 20 años que Laura lleva fuera de su Venezuela natal ha visto de todo, cuenta. Pero lo que más le ha sorprendido es “la gran cantidad de dinero que mueven algunos compatriotas”. Laura ha vivido en otros países antes de recalar en Barcelona y dice que las ha pasado de todos los colores antes de lograr la estabilidad económica que ahora manda en su vida.