Alejandra Osborne deja la 'casa' de su padre Bertín para empezar una nueva vida

Alejandra Ortiz Domecq, más conocida como Alejandra Osborne, hija mayor de Bertín, ha dado un giro radical a su vida: ha cambiado la televisión por la hostelería y está encantada. La hija del cantante, que cumple 41 años el 3 de noviembre, formaba parte del equipo de su programa de televisión, 'Mi casa es la tuya', en Telecinco y ejercía de productora y directora de arte, siendo la encargada de atender a los invitados. Trabajó con su padre cinco temporadas e incluso llegó a aparecer en pantalla en algunos programas. También ha trabajado en la empresa de alimentación paterna, pero desde hace unos meses decidió iniciar una nueva aventura profesional más independiente.

A mediados de septiembre, Alejandra inauguró en Jerez el restaurante Mulai, decorado por ella misma, y en el que atiende personalmente a los clientes, la mayoría de ellos amigos y conocidos. Sus hermanas han sido las primeras en probar los platos y visitarlo. Alejandra ha pasado varios meses volcada en este proyecto. Se desvinculó de la productora de su padre para decorar el negocio, llegando incluso ella misma a confeccionar artesanalmente muchos de sus elementos.

Alejandra es la mayor de las cuatro hijas de Sandra Domecq, a la que siguen Eugenia, Claudia y Ana Cristina. Esta última, fruto del segundo matrimonio de Sandra con el empresario sevillano Fernando Portillo, pero a la que Bertín Osborne adora también. De las cuatro es Eugenia la que cuenta con más seguidores en las redes sociales y se ha convertido en un icono de moda. Claudia es coach profesional y Alejandra, a la que le encanta la decoración, ahora se estrena en el mundo de la hostelería.

Las cuatro hermanas están muy unidas: Alejandra ha tomado el relevo de su madre como cabeza de familia, vive en Sevilla y es madre de tres hijos, Santiago, Fausto y Valentina. En mayo del 2017 se separó de Joaquín Buendía, padre de sus hijos y con el que había contraído matrimonio religioso en 2003. Según manifestó en ese momento, fue “de mutuo acuerdo y de manera amistosa, sin discusiones”.

Volcada en su papel de madre de familia numerosa, había hecho algunas colaboraciones eventuales de moda con su gran amigo el diseñador Roberto Diz, pero dando prioridad siempre a su faceta personal. Tras su separación hace dos años, decidió dar también un cambio de rumbo laboral.

En Jerez las hermanas siguen manteniendo la casa de su madre como punto de encuentro. Pasan allí las Navidades y las vacaciones de verano, mantienen a sus amigos de la infancia y muchos primos y tíos, por eso Alejandra ha decidido iniciar en su tierra natal este proyecto con el que está muy contenta. El restaurante está especializado en comida hispano-asiática y denomina a su cocina internacional mediterránea con toque asiático “cocina viajera”.

En su carta puede encontrarse especialidades como ravioli de langostino relleno de setas con gazpacho de mar, camarones fritos de la bahía con aguacate y piriñaca de habanero, quinotto de langostinos de Sanlúcar al oloroso o tartar de atún rojo con trufa y pan sardo italiano. También destacan sus originales postres como el arroz con leche de coco, nube de yuzu y sésamo garrapiñado. Alejandra está muy ilusionada con esta faceta y posiblemente, si funciona bien, se plantee la posibilidad de abrir otros negocios.