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El velero Adix, de Jaime Botín: dos reyes, contrabando y un Picasso
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El velero Adix, de Jaime Botín: dos reyes, contrabando y un Picasso

El expresidente de Bankinter acaba de ser condenado a 18 meses de prisión y una multa de 52,4 millones de euros, pero su bergantín no pasará a ser propiedad del Estado

Foto: El Adix, en una imagen tomada en 1997. (Getty)
El Adix, en una imagen tomada en 1997. (Getty)

No tiene diez cañones por banda, pero con viento en popa a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín llamado Adix, propiedad del que fuera presidente de Bankinter, Jaime Botín, que además de ser recientemente protagonista de un mayúsculo escándalo judicial relacionado con el contrabando de un valioso Picasso, guarda en sus 64 metros de eslora mil y una historias. Pero empecemos por el principio.

Construido a mediados de los ochenta en Astilleros Mallorca, está considerado el último gran velero hecho en la isla y se fabricó por encargo de ‘una empresa inglesa’, aunque su verdadero primer dueño fue el empresario argentino Carlos Perdomo que, se dijo entonces, pagó 350 millones de pesetas por él.

Bautizado como Jessica, durante sus primeros años de singladura por aguas baleares era habitual ver en cubierta a rostros muy conocidos, entre ellos el rey Juan Carlos, amigo personal de Perdomo. Según relata 'Vanity Fair', la campana de la embarcación, procedente de una vieja ermita, da fe de su estrecha relación al estar dedicada al monarca. En ella se lee: "Deseando tengas siempre viento largo, mar calmo y estrella clara, Juan Carlos".

placeholder El Adix, navegando por la isla de Wight. (Getty)
El Adix, navegando por la isla de Wight. (Getty)

En 1988, el Jessica cambió de manos y fue vendido por una cantidad cercana a los 1.000 millones a Alan Bond, conocido como el 'rey australiano de la cerveza'. Pero este solo la disfrutó un año tras dar con sus huesos en la cárcel y ver cómo le embargaban la embarcación, que fue a parar a las manos de Jaime Botín, hermano del fallecido Emilio Botín, que la rebautizó como Adix, el apodo cariñoso de su segunda mujer, Adela.

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Con bandera británica, el Adix es uno de los barcos más impresionantes con dueño español. Tiene una tripulación de 14 personas y una capacidad para diez invitados más. Toda una obra de arte flotante que el banquero decidió convertir en museo marinero al decorarlo, entre otras cosas, con el cuadro de Picasso 'Cabeza de mujer joven', pintada en 1906 y que había adquirido en 1977. Actualmente la obra está valorada en 26 millones de euros.

Botín se puso en contacto con la empresa Christie's para vender el cuadro en una subasta en Londres, pero se le informó de que dada la antigüedad de la obra debía pedir autorización al Ministerio de Cultura para su exportación.

placeholder Jaime Botín, en una imagen reciente. (EFE)
Jaime Botín, en una imagen reciente. (EFE)

Al no obtenerla, el cuadro le fue incautado en el puerto de Calvi (Córcega) justo cuando la iba a enviar en un avión privado a Ginebra para venderla al mejor postor. Unos hechos que han provocado que este jueves fuera condenado por el Juzgado de lo Penal 27 de Madrid a 18 meses de prisión y a una multa de 52,4 millones de euros por un delito de contrabando de bienes culturales. Pero puede considerarse bien parado, ya que se enfrentaba a cuatro años de cárcel y cien millones de multa.

Al menos le queda el consuelo de que no pisará la prisión y de que podrá continuar disfrutando de su pasión por el mar a bordo de su velero ya que, pese a lo que solicitaba la Abogacía del Estado, el Adix no pasará a ser propiedad pública. Por si acaso, Botín se había llevado el navío –valorado en 30 millones de euros– a Australia a finales del pasado mes de septiembre, seis semanas antes de sentarse en el banquillo. El Picasso sí será ahora propiedad del Estado y podrá ser expuesto en un museo. Por lo pronto, se encuentra en depósito en el Reina Sofía.

No tiene diez cañones por banda, pero con viento en popa a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín llamado Adix, propiedad del que fuera presidente de Bankinter, Jaime Botín, que además de ser recientemente protagonista de un mayúsculo escándalo judicial relacionado con el contrabando de un valioso Picasso, guarda en sus 64 metros de eslora mil y una historias. Pero empecemos por el principio.

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