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Carlos Falcó, el noble viticultor al que el campo le dio la vida
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HA MUERTO A LOS 83 AÑOS

Carlos Falcó, el noble viticultor al que el campo le dio la vida

A sus 83 años podía presumir de haber sido padre de cinco hijos cariñosos y de haber cumplido uno de sus sueños, que era tener su propia bodega y unos viñedos

Foto: Carlos Falcó, en una imagen de archivo. (EFE)
Carlos Falcó, en una imagen de archivo. (EFE)

Carlos Falcó, marqués de Griñón, pertenecía a los doscientos grandes de España, la selección de la nobleza dentro del organigrama de la misma. Desde hace unos días permanecía ingresado en la Fundación Jiménez Díaz tras ser contagiado por coronavirus, tal y como adelantó 'Informalia' y confirmaron fuentes cercanas a la familia a Vanitatis.

Este viernes fallecía a los 83 años. Se le recordará como un hombre bueno de una gran generosidad.

El marqués de Griñón siempre mantuvo una relación espléndida con la prensa. Incluso en momentos complicados, ya fueran por sus divorcios o por comienzos de relaciones afectivas.

[LEA MÁS. De Isabel Preysler a Esther Doña: todos los amores de Carlos Falcó, marqués de Griñón]

A sus 83 años podía presumir de haber sido padre de cinco hijos cariñosos y de haber cumplido uno de sus sueños, que era tener su propia bodega y unos viñedos que plantó en su finca Casa de Vacas (Toledo), los cuales le costó levantar porque la variedad cabernet sauvignon no era recomendable.

placeholder Carlos Falcó, en una imagen de archivo. (EFE)
Carlos Falcó, en una imagen de archivo. (EFE)

Con sentido del humor comentaba cuando le preguntaban por sus comienzos que “ni mi propia familia confiaba en que esto saliera adelante. Mis hermanos eran muy escépticos. Hasta que yo no empecé, no se había hecho este tipo de vino en esta zona. Lo que salía de las barricas era peleón. Incluso me llegaron a poner multas porque decían que no se podía plantar”.

Muchos años después, esta iniciativa sirvió como ejemplo para uno de sus grandes amigos. El expresidente de Repsol, Alfonso Cortina, reconocía una noche en la que ambos recibían premios de manos de Sonia Galimberti, presidenta de la asociación AMAVI, por sus excelentes cosechas, que si no hubiera sido por sus ideas, “seguramente no tendría hoy este reconocimiento. Siempre estaré agradecido a Carlos porque desde el principio me aconsejó y me prestó a su enólogo. Y lo habitual es que esos secretos no se compartan”.

Esa misma noche comentaba lo orgulloso que estaba de su hija Tamara, ganadora de 'MasterChef': “Tiene gracia, ahora cuando voy a un sitio me preguntan por ella. He pasado de ser el marqués de Griñón a padre de una cocinera de televisión”.

placeholder Tamara Falcó. (EFE)
Tamara Falcó. (EFE)

El campo le dio la vida desde que heredó la finca de manos de su abuelo Joaquín. Contaba que gracias a él pudo dedicarse a “ser campesino” y no entrar en el ejército, como quería su padre. “Descender del Gran Capitán ya daba cierta genética para dedicarme al mundo militar. Menos mal que mi abuelo intercedió ante mi padre y cuando salí del internado de Lecaroz (Navarra), que era de película de miedo, me fui a Lovaina a hacer la carrera. Allí me hice europeísta y aprendí lo que era la democracia. En España estábamos en plena dictadura”.

En Malpica hay un recordatorio de esa herencia, que enseñaba a sus invitados y a los periodistas cuando los citaba en la casona rural del siglo XVII donde vivió hasta que llegó a su vida Esther Doña, su cuarta mujer: “Esto lo escribió mi abuelo, Joaquín Fernández de Córdoba, y para mí es mi marca de la casa”. En ese papel, su antepasado le decía: “Te dejó la tierra con mejor suelo para vides y olivos y puedas realizar tu sueño”. Y a continuación bromeaba con su interlocutor al comentar que cada vez que lo leía se sentía Escarlata O´Hara: “Ella tenía Tara y yo Casa de Vacas”.

placeholder El marqués de Griñón, en una imagen de archivo. (EFE)
El marqués de Griñón, en una imagen de archivo. (EFE)

Fue su domicilio, el que compartió con Fátima de la Cierva, y ahí se criaron sus dos hijos pequeños, Duarte y Aldara, que iban al colegio del pueblo. “Vivieron muy felices. Ellos también son de campo”.

Esa finca no tiene nada que ver con el que era su actual domicilio en el palacete El Rincón, rodeado de un campo en Aldea del Fresno. Este lugar lo visitaba con frecuencia el Rey emérito y también el rey Felipe VI cuando era príncipe, tal y como lo avalan las placas conmemorativas que figuran en las paredes de la residencia.

La última vez que abrió las puertas de su casa fue hace dos años en un almuerzo al que también acudió su hermano, el marqués de Cubas.

La muerte de Carlos Falcó en plena crisis de la pandemia hará que familiares y amigos que le querían y respetaban no puedan darle ese último adiós.
Descanse en paz.

Carlos Falcó, marqués de Griñón, pertenecía a los doscientos grandes de España, la selección de la nobleza dentro del organigrama de la misma. Desde hace unos días permanecía ingresado en la Fundación Jiménez Díaz tras ser contagiado por coronavirus, tal y como adelantó 'Informalia' y confirmaron fuentes cercanas a la familia a Vanitatis.

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