Luis Bolín, de La Unión: "Estoy avergonzado, hace tres años que no nos hablamos"

Hace tres años que no se hablan, por eso a Luis Bolín, fundador de La Unión, le hierve la sangre cuando piensa en cómo Rafa Sánchez, su compañero de grupo durante casi 40 años, anunció la disolución de la banda a través de un comunicado. No quiere echar más leña al fuego, intenta calmar los ánimos, pero quiere que se sepa cuál es su opinión.

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Ha publicado varios comunicados en internet y ha dado entrevistas online incluso a los fans, quienes le preguntan, inquietos, sobre el futuro de La Unión. “He recibido llamadas de medio mundo, la gente se ha quedado preocupada, no son maneras de hacer las cosas, ese comunicado es un error en la forma y en el fondo”, nos dice en una conversación telefónica.

“La Unión es parte de mi vida y creo que estoy en el derecho de comentar lo que ha sucedido, pero no quiero entrar en polémicas, no creo que sea el momento”. Así que nos pide que muchos de los secretos que nos comparte se queden como están, en secretos: “Mira, hace tres años que a Rafa le pasó algo y desde entonces no ha contribuido a la buena marcha del grupo, que cuente él lo que le pasó, yo quiero apartarme ya de todo este lío”.

"En modo secuestro"

Lo que sí nos cuenta es que han cancelado concierto tras concierto durante estos años por la falta de colaboración de su compañero. “Nos ha puesto en modo secuestro, había mal rollo y al final hace tres años dejamos de hablarnos, no todos somos solteros y millonarios, algunos tenemos cargas familiares, hay gente que depende de esto para comer, para seguir viviendo”, se lamenta.

Todo empezó a torcerse hace tres años, decíamos. Rafa Sánchez y Luis Bolín habían creado una sociedad, Coco Media SL, para gestionar los conciertos. Una empresa sin fondos, solo un medio para el grupo. Sánchez le pidió que se disolviera la sociedad y Bolín quiso hacer antes un concierto de cierre, una especie de despedida, y hacerlo a través de esa empresa. Pero Sánchez se negó y, según Bolín, llevó la liquidación de la sociedad ante los tribunales. “Eso y encima en abril de 2019 registra el nombre del grupo por su cuenta, sin avisar, si eso no es tener mala fe, ya me contarás”, señala.

"No me conocía nadie"

Bolín recurrió la disolución de la sociedad y así están ahora, con la empresa en manos de los jueces y la actividad suspendida. Nunca pensó, eso sí, que esa pelea llegaría al público. “Yo soy una persona superdiscreta, fuera del mundo de la música no me conocía nadie hasta hace dos días -explica-. Yo nunca había dicho nada y no puedo tolerar ahora lo que ha hecho”.

Por eso, admite sentirse mal: “Estoy avergonzado, esta situación me sobrepasa, yo quiero contribuir al bien de la sociedad, estaba organizando conciertos solidarios, sin cobrar ni un duro, en salas pequeñas, ahora que empieza la desescalada, y me encuentro con esto, no puede ser”.

"No ha pasado nada"

Porque, además, considera que “no hay ningún problema real, si lo miras bien, no ha pasado nada en las últimas semanas para que decida montar este follón, es que no entiendo lo que ha pasado”.

Todo saltó por los aires la semana pasada, cuando Rafa Sánchez, imagen y voz del grupo, mandó un comunicado a la Agencia Efe que sorprendía a muchos por lo inesperado. Anunciaba la disolución del grupo, por circunstancias “que vienen gestándose desde hace ya tiempo, siendo plenamente conscientes de tal evolución los dos integrantes”. Habla de “respectivas formas de interpretar la situación y perspectivas futuras propias” y atribuye en parte a la pandemia “que ha golpeado tan gravemente” al mundo de la música y “ha precipitado este comunicado, su base y contenido”.

Bolín niega que el covid-19 haya tenido nada que ver porque “el grupo está mejor que nunca, mejor que en toda su historia”. Y se lleva las manos a la cabeza, entre la indignación y la pena.