Samantha Vallejo-Nágera, Pepa Muñoz y su revuelta de los fogones

Este martes, un grupo de cocineros se daban cita frente al Congreso de los Diputados. Todos vestidos con su uniforme de trabajo para reivindicar la situación en la que se encuentran desde que el Gobierno implantó el estado de alarma. No había pancartas y sí su marca laboral.

Una vez que se leyó el comunicado, uno a uno se fueron desprendiendo de sus chaquetillas blancas y negras. Las amontonaban en el suelo como señal representativa del resto de colegas y equipos que forman el mundo de la restauración. Nunca hasta ahora se habían unido para mostrar su preocupación por lo que ha supuesto y supondrá la crisis del coronavirus en su sector. Samantha Vallejo-Nágera, una de las caras visibles de 'MasterChef', y Pepa Muñoz, propietaria del Qüenco de Pepa, explican a Vanitatis las razones de esta reunión, que no tenía precedentes hasta ahora.

“Aquí estamos nosotros en representación de la hostelería nacional. Desde el chiringuito de playa a la taberna del pueblo, pasando por la casa de comidas familiar, los restaurantes con estrellas Michelin, los caterings y todo lo que abarca nuestro sector, que está sufriendo muchísimo. Hemos estado donde teníamos que estar, cocinando solidariamente, llevando la comida a los sanitarios, a las residencias. Era nuestra forma de hacernos visibles y ayudar como podíamos. Y ahora lo que queremos es abrir nuestros negocios y poder trabajar. ¡Queremos trabajar! Pedimos al Gobierno que nos escuche para poder gestionar las aperturas y las ayudas necesarias. Nosotros somos los primeros que queremos que no haya repuntes. Pero también es muy importante que nos tengan en cuenta, que se cerró hace tres meses. Las aperturas se están haciendo muy difíciles sin turismo y sin saber cuándo llegarán”, nos comenta Samantha.

De lo que está muy orgullosa la cocinera televisiva es de la respuesta a la concentración que ya se conoce como la 'rebelión de los fogones'. Han participado desde los grandes chefs con reputación internacional a dueños de tascas de barrio, pasando por los puestos del Mercado de San Miguel y San Antón y propietarios de locales de toda la vida, como es el caso de la familia de Lucio Blázquez. El tabernero, como le gusta que le llamen, estuvo ingresado en la UCI por coronavirus. Se repone en su casa y está deseando abrir Casa Lucio, uno de los lugares más emblemáticos de Madrid.

Entre los cocineros conocidos que acudieron al Congreso estaban Mario Sandoval, Paco Roncero, Diego Guerrero, Iván Muñoz, Pepe Rodríguez, Pedro Larumbe, Ramón Freixa y Pepa Muñoz. Ella fue artífice de esta convocatoria. “Esta iniciativa se nos ocurrió a Mila y a mí. Tengo un chat de cocineros y les dije: 'Con vosotros o sin vosotros lo voy a montar. Nos tenemos que mover y proteger a nuestros equipos, a las familias que viven de este trabajo'. Y lo hemos hecho este martes porque se decretaba el luto y era una manera de rendir nuestro homenaje a todos los que ya no están”, cuenta la propietaria del Qüenco de Pepa.

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Desde que se decretó el confinamiento tuvo muy claro que no se iba a quedar en casa y montó su operativo solidario. “Teníamos que cumplir el protocolo del covid-19. Había que mantener las medidas sanitarias y de seguridad, y por eso cociné en el hotel Eurobuilding. Con mi equipo hemos sacado más de 53.000 comidas que se han repartido en hospitales, residencias, parroquias.. y donde hiciera falta. Al principio eran guisos tradicionales (potajes de vigilia, lentejas con puntillas, macarrones con tomate y chorizo, patatas camperas, marmitakos) y después cambié mi sistema de cocina porque había que hacer dos mil platos diarios. Entonces nos pusimos con menús más rápidos como varios tipos de arroz, verduras, albóndigas…”, concluye Pepa, al frente de uno de los locales de moda de Madrid.