Victoriano Valencia, el padre de Paloma Cuevas, quien hizo grande a Ponce
Él mismo contaba cómo su hija le dijo: “Papá, ayuda al chiquillo”. El chiquillo era Ponce, su futuro marido
Victoriano Valencia, suegro (por ahora) de Enrique Ponce, ha sido una de las tres personas más importantes en la vida del torero. Los otros dos son el abuelo Leandro, que le llevó por primera vez a una plaza de toros con cinco años, y Juan Ruiz Palomares, el apoderado que le acogió en su finca de Navas de San Juan como si fuera un hijo más cuando comenzaba.
Su primer encuentro con el padre de Paloma Cuevas fue en Utiel, en 1977. Enrique tenía 5 años y se fotografió en el callejón de la plaza con el abuelo, los toreros Manolo Arruza, Marili y Victoriano, apoderado de este último.
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Nadie imaginaba esa tarde que dieciocho años después el niño vestido con pantalón corto se casaría en la catedral de Valencia con la joven a la que vio por primera vez en la plaza de Algeciras en 1991. Esa tarde acompañaba a su padre Victoriano, que en aquel momento era el apoderado de Ortega Cano. Él mismo contaba cómo su hija le dijo: “Papá, ayuda al chiquillo”. El chiquillo era Ponce, su futuro marido.
Y así fue como Victoriano Cuevas Roger, que se retiró de su profesión taurina cuando se casó con Paloma Díaz, unió su vida profesional y familiar a la de Ponce. Contaba años después lo que le dijo el torero en 1993 cuando este le informó que salía con su hija: “Yo estaba preocupado y le comenté que para tontear había otras chicas y me respondió: “Maestro, voy con la mejor de las intenciones porque quiero que llegue a ser la madre de mis hijos””.
Victoriano Valencia, que se quedó con el apodo que utilizaba en su etapa de torero, ha sido el hombre fiel que acompañaba al “chico” junto a Juan Ruiz en sus periplos taurinos tanto en España como en Francia o en las giras latinoamericanas. Hasta hace poco tiempo era una figura habitual en el callejón desde donde iba contando a la hija como resolvía Ponce la tarde.
El periodista Miguel Ángel Moncholi explica a Vanitatis que la figura de Victoriano ha sido muy importante en la carrera de Ponce. “Es un hombre muy respetado, muy querido y reflexivo tanto en su calidad de apoderado como en su faceta de empresario taurino. Es un trabajo que requiere dedicación y esfuerzo y sus conocimientos y consejos han sido importantes en la vida profesional de Enrique Ponce”.
Económicamente también fue de gran apoyo antes de convertirse en uno de los toreros mejor pagado del escalafón taurino. Regaló el viaje de novios a Bora Bora a su hija y cuando han necesitado una ayuda por alguna mala inversión ahí estaba Victoriano dispuesto a echar una mano.
Nació en Madrid en 1933 y fue uno de los primeros toreros en ser universitario. Estudió la carrera de Derecho en Barcelona y la acabó en Salamanca. Ha llevado el mundo del toreo en la sangre. Era nieto del banderillero José Roger Valencia, sobrino de los toreros José Roger Valencia I y Victoriano Roger Serrano.
Debutó como novillero en julio de 1953 en la plaza de Las Ventas. Tomó la alternativa en Barcelona en 1958 con Antonio Bienvenida como padrino y Antonio Ordóñez de testigo.
Se retiró al casarse con Paloma Díaz y continuó en el mundo de los toros como apoderado (Julio Robles, Ortega Cano, El Juli, Miguel Abellán) y empresario de plazas de toros como la de Zaragoza.
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Victoriano Valencia es ahora el mejor apoyo para Paloma tras la sorprendente separación matrimonial. Cuando comenzó el Estado de Alarma se trasladó con su mujer a la finca ‘La Cetrina’ para pasar el confinamiento con el yerno, su hija y las nietas.
Celebró el 30 de marzo su 87 cumpleaños con una fiesta familiar en la que Ponce le cantó el cumpleaños feliz.
Victoriano Valencia, suegro (por ahora) de Enrique Ponce, ha sido una de las tres personas más importantes en la vida del torero. Los otros dos son el abuelo Leandro, que le llevó por primera vez a una plaza de toros con cinco años, y Juan Ruiz Palomares, el apoderado que le acogió en su finca de Navas de San Juan como si fuera un hijo más cuando comenzaba.