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Rocío Madrid: "El primer año de 'Crónicas marcianas' fue duro y lloré mucho"
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UNA GRAN EVOLUCIÓN

Rocío Madrid: "El primer año de 'Crónicas marcianas' fue duro y lloré mucho"

A sus 42 años, Rocío Madrid, protagonista en estos momentos de un musical, echa la vista a atrás y se sincera con Vanitatis sobre esa chica de 20 años a la que le desbordó la fama

Foto: Rocío Madrid. (IG)
Rocío Madrid. (IG)

Para Rocío Madrid, su camino desde el momento que dejó de ser la niña bonita de Javier Sardá en ‘Crónicas marcianas’ hasta llegar a donde está hoy, protagonizando la obra de teatro ‘Lo nuestro estaba cantado’, no ha resultado fácil.

Quizás por ello, Rocío se muestra pletórica al hablarnos de esta comedia musical que acaba de estrenarse este pasado 5 de febrero y que podrá verse hasta el 28 de marzo en el teatro Amaya.

Foto: Xavier Sardà, en una imagen de archivo. (EFE)

Lo hace después de haber sido una de las grandes sorpresas de la última edición de ‘Tu cara me suena’, donde Rocío ha podido demostrar su talento al gran público uniendo sus dos grandes pasiones: la interpretación y el cante.

A Rocío Madrid le costó mucho quitarse la etiqueta de 'chica Sardá'. La puerta se le cerró en multitud de ocasiones cuando quiso retomar su carrera como actriz, esa que había comenzado antes de que ‘Crónicas marcianas’ se cruzara en su vida.

placeholder Rocío Madrid y Víctor Massán durante el pase gráfico de la comedia musical 'Lo nuestro estaba cantado'. (EFE)
Rocío Madrid y Víctor Massán durante el pase gráfico de la comedia musical 'Lo nuestro estaba cantado'. (EFE)

El recorrido ha sido largo y con algunas piedras. A lo largo del mismo, también se enamoró, se convirtió en madre de dos niñas y desarrolló una capacidad de aguante que asegura, es necesaria para mantenerte en esta profesión tan inestable.

A sus 42 años, Rocío Madrid echa la vista a atrás y se sincera con Vanitatis sobre esa chica de 20 años que en algún momento se vio desbordada por la fama y que supo retomar sus pasiones.

PREGUNTA: Háblame de ‘Lo nuestro estaba cantado’, esta comedia musical con texto original de Ignasi Vidal, dirigido y adaptado por Miguel Molina y con música original de Ferrán, que protagonizas junto a Víctor Massán.

RESPUESTA: Es un proyecto que hace un año y pico nace de un grupo de amigos y de profesionales del teatro de toda la vida. En un momento dado, los productores y nuestro director, al estar un poco cansados de trabajar para otras producciones y de esta cosa de estar esperando a que te llamen, cogen este proyecto que siempre había estado en sus cabezas pero no habían encontrado el momento hasta ahora. Pensaron que era el momento y quisieron que lo hiciéramos Víctor y yo. Buscaron un texto que les gustase y la verdad que la cosa fue desarrollándose de una manera muy fácil hasta hoy. Y aquí estamos.

Es una comedia musical, pero no al uso, porque a veces estamos acostumbrados a que la comedia musical sea como algo pesado, con canciones metidas como con calzador. Al final te echa un poco para atrás. La nuestra no es así. Es muy ágil, no te deja desconectar en ningún momento y sobre todo es muy gamberra.

placeholder Rocío Madrid durante el pase gráfico de la comedia musical 'Lo nuestro estaba cantado'. (EFE)
Rocío Madrid durante el pase gráfico de la comedia musical 'Lo nuestro estaba cantado'. (EFE)

P: En esta obra, una pareja se pone a prueba, ¿verdad?

R: Trata de todas las reflexiones que te encantaría decir a tu pareja pero que no le dices por miedo a lo que pueda pensar, a que te deje o a que pierda confianza en ti. Pero hay que hacerlo, porque puedes estar quitándole un peso de encima y comprobando también que a tu pareja puede que le esté pasando lo mismo. Es como abrazar nuestros instintos y no rechazar nuestra evolución como pareja. Es un formato muy inspirado en el Off de Broadway. Es como una cajita de bombones. Algo pequeño pero de mucha calidad y con mucho disfrute guardado dentro.

P: No es el primer musical que haces

R: No, no. No los he contado, pero probablemente sea como el séptimo musical que hago ya.

P: ¿Cuántos años de carrera llevas, Rocío?

R: Uf… Si contamos desde que empecé, con casi 18 hice mi primera serie, que fue ‘Mi querido maestro’. De ahí hasta ahora, que tengo 42, pues imagínate… Muchos, muchos años. La última década sí que he estado más centrada en el teatro musical, por eso he estado algo desaparecida en televisión hasta que he vuelto con ‘Tu cara me suena’ y en Canal Sur con mi programa. Pero es que era como una asignatura pendiente para mí que siempre he querido desarrollar.

placeholder Rocío Madrid junto al resto del equipo, durante el pase gráfico de la comedia musical 'Lo nuestro estaba cantado'. (EFE)
Rocío Madrid junto al resto del equipo, durante el pase gráfico de la comedia musical 'Lo nuestro estaba cantado'. (EFE)

P: Pero antes de los 18 años, tus estudios estaban enfocados hacia otro lado muy distinto al de la interpretación…

R: Yo era el prototipo típico de estudiante mala, mala malísima. En séptimo suspendí todas, hasta educación física, hasta religión. No sabían qué hacer conmigo. Pero yo con 14 años ya bailaba en un ballet de flamenco. Mi cabeza estaba en lo que estaba, en las coreografías, la música… Y yo veía a aquel señor mayor hablándome de sociales y tenía poco interés. No era una cuestión de capacidad, sino de falta total de interés.

Cuando terminé EGB, yo tenía claro que no iba a hacer una carrera. Yo no quería ser ni abogada, ni arquitecta. Ahora es más fácil, pero en mi época era o hacer BUP y COU para ir a la universidad, o Formación Profesional. Yo pensé que mientras me hacía un poco más mayor, algo tendría que hacer. Y me metí a Jardín de Infancia, a cuidar niños, que tampoco es que sea lo mío…

P: Bueno, ahora tienes dos hijas…

R: ¡Sí! Pero las mías porque son mías, y a veces ni por esas. A veces las querría ‘enmoñar’ igual. Yo nunca he sido niñera, la verdad… A mis niñas, claro, las quiero con locura. Son los amores de mi vida. Pero no tengo un carácter muy niñero. Los niños un ratito, bien, pero después que cada uno se vaya con sus padres (ríe).

P: Tus primeros pasos fueron en el mundo de la interpretación, pero 'Crónicas marcianas' fue, sin duda, tu salto definitivo al público masivo. ¿Cómo llega una chica como tú a un lugar como ese?

R: Fue de una manera muy natural. Con 17 años me fui a Madrid a estudiar arte dramático y a trabajar. Afortunadamente a mí me pilló una época bastante fértil. Había muy pocas modelos publicitarias que en aquella época, profesionalmente, se dedicaran a la interpretación y había mucho trabajo. Recuerdo que yo hacía 4 y 5 castings diarios en Madrid. Gracias a eso, yo pude tener la opción de trabajar de lo mío casi enseguida.

Empecé a hacer mucha publicidad. Al mes y medio entré en ‘Querido maestro’ con Imanol Arias. Después me fui a ‘Compañeros’, después hice ‘Mediterráneo’. Enseguida encontré el rumbo. Hubo un momento que me harté y me volví a Málaga. Empezaba ‘OT 1’ con el boom que supuso e hicieron un canal temático de 'OT' en el Digital Plus. Buscaban presentadores y me presenté al casting. Entre 15.000 personas me seleccionaron como reportera del canal y ahí empezó mi andadura en Gestmusic, que es la misma productora de ‘Crónicas marcianas’.

Yo estuve un año y medio como reportera en 'OT'. Llegó un momento en el que Javier Sardá quería hacer un cambio importante en su programa. Quería meter un perfil de persona un poco como yo, una chica joven que quitara importancia a toda la intensidad que a veces se respiraba allí. Les cuadré y así entré.

P: ¿Cómo recuerdas aquella etapa?

R: La recuerdo intensa, con mucho cariño pero también con muchos miedos y vértigos. Era muy joven y todo me vino un poco de golpe. Me tuve que adaptar a unos directos y a un ritmo de trabajo bastante estricto. Mantener esas audiencias y un programa tan largo no es fácil. Hay que ser muy minucioso.

Yo era muy joven y la popularidad, el estar de repente al lado de personas como Javier Sardá o Boris Izaguirre, Latre, el directo… Me costó un poquito adaptarme y me llevé muchas lloreras en el primer año, que fue duro. Yo veía que ellos llevaban 5 años juntos y yo llegaba nueva y yo quería hacer más de lo que esperaban de mí. Quería perfeccionar… Pero estaba en un lugar que era como una cadena que ya rodaba sola. Tuve que adaptarme a eso. Pero tengo un recuerdo maravilloso de todos. El apoyo incondicional de Boris, desde el principio. Cómo me protegió siempre. Javier también. Entendían mi edad y mi situación.

P: Javier tiene fama de ser muy duro…

R: Sí. Pero es que ¿cómo no lo iba a ser? Lo que pasa es que nuestra función era que el que nos estuviese viendo no tuviese ni idea de lo que pasaba detrás y de lo costoso que era. Nuestro trabajo era que la gente se lo pasara bien viéndonos, pero había muchísimo trabajo detrás.

Yo tengo compañeros que después de su paso por ‘Crónicas’ lo han criticado. Que si Javier por aquí, Javier por allá… Yo estoy de acuerdo con la filosofía de trabajo que tuvo Javier. Creo que sin esa manera de trabajar habría sido inviable mantener un programa en prime time de la manera que se mantuvo durante 8 años en directo. Yo le tengo que agradecer muchísimo porque para mí fue una escuela. Lo que yo aprendí en ‘Crónicas’ no está pagado, y estoy agradecida y orgullosa de venir de allí.

placeholder Rocío Madrid en su etapa de 'Crónicas marcianas'.
Rocío Madrid en su etapa de 'Crónicas marcianas'.

P: ¿Te sentías cómoda con tu papel en 'Crónicas' o de algún modo sentías que era un tren del que no te podías bajar pero que tus inquietudes iban por otro lado, el de la interpretación? Quiero decir: ¿sentías que después podrían no tomarte en serio con otro rol a nivel interpretativo? ¿Que se te podía encasillar en la Rocío Madrid de 'Crónicas'?

R: No. Yo en ese momento no planteaba nada de esto. Yo estaba allí y estaba trabajando. No me planteaba que eso me podía hacer daño. Sí que es verdad que cuando ‘Crónicas’ terminó, como cualquier artista que sale de un proyecto con muchísimo boom, al final te marca de alguna manera. Si tú quieres reconducir tu carrera hacia otra cosa porque tienes otras inquietudes, pues claro que te encuentras con una cierta dificultad.

P: ¿Fue difícil abrirse camino cuando ‘Crónicas marcianas’ termina?

R: Efectivamente. Yo al final siempre he intentado ser fiel a la línea de trabajo que yo quería seguir y a lo que en definitiva me hacía feliz. Yo tenía esas inquietudes de hacer teatro musical, series, ficción, arte dramático… Cuando decidí hacer este giro, me encontré mucha dificultad. A un director de casting de ficción se le decía ‘Rocío Madrid’ sin saber qué camino tenía Rocío Madrid antes de ‘Crónicas’ y se quedaba con eso, con que era presentadora y no encajaba en un personaje.

Me ha dado tristeza comprobar cómo gente con poder en este mundo, directores de casting, productoras, etc, se dejan guiar mucho por las etiquetas. No se molestan en investigar hacia dónde ha evolucionado o crecido ese artista. Las etiquetas, por desgracia, siguen estando muy presentes en la sociedad y en mi profesión sobre todo. Yo hasta no hace mucho me enfrentaba a esa eterna pregunta de: "Pero ¿tú qué eres? ¿Presentadora, actriz, cantante?". Yo siempre respondo: “Perdona. ¿No puedo ser un poco de todo? Esta ha sido mi pelea de hace años.

Soy una persona polivalente y el resultado está ahí. Puedo hacer lo que se me plantee. Pero ha sido una pelea, porque la gente que decide no tiene la mente tan abierta. No les pasa a todos, pero sí la mayoría. Y ahí te quedas con tu talento en tu casa porque el señor que decide, decide que tú eres presentadora y no actriz, y no te da la opción ni siquiera de hacerte una audición.

placeholder Rocío Madrid. (IG)
Rocío Madrid. (IG)

P: Vuestra profesión es especialmente inestable… Vemos a un actor consagradísimo como Jorge Sanz en un formato como ‘Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition’, compartiendo espacio con personajes del corazón como Ana María Aldón, José Antonio Avilés o María Jesús Ruiz, y choca… Pero supongo que solo un actor lo puede entender sin sorprenderse. Llega una mala racha y hay que seguir haciendo cosas… Él ha confesado que compañeros como Antonio Resines y Santiago Segura llevan dos años manteniéndolo.

R: Esta profesión es una carrera de fondo en la que nunca estás del todo arriba y nunca abajo. Tienes que desarrollar una capacidad de aguante que es la única manera de sobrevivir. Por suerte o por desgracia, los que nacemos con esta vocación no sabemos hacer otra cosa.

Yo en este caso de Jorge Sanz, ni siquiera he visto el programa y no sé muy bien de qué va. Yo hace muchos años que dejé de juzgar lo que hace nadie. De hecho, entiendo que es bastante valiente si es cierto que lo hace por circunstancias personales económicas, que no lo sé. Me parece valiente que se abra y que lo diga abiertamente. Creo que el ser sincero nos ayuda a todos. Es una persona que está diciendo en voz alta lo que muchos sufren en silencio. Me parece valiente y me parece bien, aunque puede que a él le resulte duro. No lo sé.

A mí tampoco se me caen los anillos. Yo tengo dos hijas y si a mí en algún momento me hiciera falta, probablemente yo también haría lo que ha hecho él. O me iría a ‘La isla de los famosos’ o a cualquier cosa que me diera dinero porque yo tengo que vivir. De la imagen y el prestigio no se come.

P: La tele ha cambiado mucho… ¿Te gusta la tele que se hace ahora?

R: Cuando no la veo es porque no me debe gustar mucho. (Ríe). A mí me gustan los programas blancos, de entretenimiento y llenos de talento como es ‘Tu cara me suena’, como ‘MasterChef’, como ‘Me resbala’ o ‘Ahora caigo’. A mí este tipo de programas me parecen divertidos y maravillosos.

placeholder Rocío Madrid junto al resto de concursantes de la octava edición de 'Tu cara me suena'. (Atresmedia)
Rocío Madrid junto al resto de concursantes de la octava edición de 'Tu cara me suena'. (Atresmedia)

P: Tú en ‘Tu cara me suena’ has sido una de las grandes sorpresas…

R: Eso me dice todo el mundo. A mí me encanta que me lo digáis. Lo que me llevo de ese programa es que al final a la gente le ha quedado claro que yo me entrego al cien por cien. ‘Tu cara me suena’ empezó siendo un reto bastante fuerte para mí, porque había mucho talento y mucho cantante con voz privilegiada, con muchas herramientas a nivel vocal. Yo me centré mucho en lo que era cada personaje, en sacar su esencia.

Una cosa que me ayudó a la hora de no ser cantante profesional como otros es que yo no tengo mi propia voz tan arraigada. Yo tiré más de la vena interpretativa para imitar a cada personaje. La gente ha vivido mi evolución en el programa, cómo me he ido superando hasta llegar a la final. Yo creo que a la gente le ha resultado motivador. Para mí ha sido precioso y no te imaginas la cantidad de mensajes de cariño que he recibido. ‘Tu cara me suena’ para mí ha sido un sueño y nos han cuidado mucho a todos.

P: Volviendo a tu recorrido profesional y personal, por el camino te has enamorado de Ángel Morales, has sido madre de dos niñas, Candela y Triana… En la obra que vas a estrenar ahora, los dos miembros de una pareja se abren el uno con el otro. ¿Sobrevive tu relación al tiempo?

R: Sííí. Después de 18 años juntos, imagínate. Aquí estamos. Como todas las parejas que viven juntas tanto tiempo, con sus altibajos, con sus momentos de reflexión, de volver a conocernos, de volver a conectar. Es lógico. Quien diga que todo ha sido fácil con su pareja en 18 años está mintiendo. Creo que quien diga eso no ayuda al resto de las parejas.

Al final, lo importante es saber superar los momentos más flojos y quedarte con lo que se convierte tu pareja con el paso de los años. El otro día leía lo que me pareció una gran definición: tu pareja se convierte en tu mejor amigo con grandes momentos de sexo. Con los años entiendes que uno no pertenece al otro, que cada uno tiene que tener su vida dentro de la relación.

El compromiso es mucho más profundo que el matrimonio o que el hecho social de decir que es mi pareja o mi marido. Para mí eso hace mucho tiempo que dejó de tener importancia. Para mí lo importante es que él quiera estar conmigo, que yo quiera estar con él, que él sepa con quién está y que yo sepa con quién estoy. A partir de ahí, todo lo que venga tiene que ser bueno.

P: El confinamiento ha sido una prueba de fuego para muchas parejas…

R: Sin duda. Yo si algo tengo con Ángel es muy buena convivencia desde que nos conocemos. Sabemos respetar los tiempos y los espacios del otro. En el confinamiento, si él quería leer, leía. Si yo quería cocinar, cocinaba… A lo mejor no te diriges la palabra en la mitad del día porque él está a lo suyo y yo a lo mío. Hay muy buena relación a nivel de convivencia y eso yo creo que es uno de los puntos más importantes en nuestra relación.

En el confinamiento también me ayudó mucho, no te lo voy a negar, que vivo en el campo, en mitad de la nada. Un confinamiento en el campo se vive de otra manera porque yo podía salir a la montaña con mis perros y mis niñas. Mi vida de campo no es siempre fácil, pero en el caso de la pandemia me ha venido muy bien.

P ¿Tu papel soñado? ¿Qué te ves capaz de hacer como actriz y a qué dirías no a estas alturas?

R: Como actriz creo que no diría que no a nada. Cuanto más extraño y más raro sea el personaje, más voy a disfrutar, así que creo que no diría que no a casi nada. Diría que no a lo que siempre, hasta el día de hoy, he dicho que no: al tipo de televisión de hoy que está más enfocada al show. No lo critico, pero no estoy capacitada ni tengo carácter para trabajar en este tipo de programas. No me veo ahí. Yo quiero seguir en la línea en la que llevo tantos años, peleando por hacerme un hueco en la profesión, por ser respetada y valorada.

Para Rocío Madrid, su camino desde el momento que dejó de ser la niña bonita de Javier Sardá en ‘Crónicas marcianas’ hasta llegar a donde está hoy, protagonizando la obra de teatro ‘Lo nuestro estaba cantado’, no ha resultado fácil.

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