Tamara Falcó e Iñigo Onieva en Filipinas, toma 2: colinas de chocolate y un 'ménage à trois'

Amenazaba con hacerlo y está cumpliendo su promesa. Tamara Falcó e Iñigo Onieva han estado disfrutando de unos días por tierras filipinas. La ganadora de ‘MasterChef Celebrity’ compartía hace unos días algunos apuntes sobre esta experiencia que les ha llevado a la otra punta del planeta, donde han podido disfrutar de las maravillas que ofrece el país, pero también han tenido la oportunidad de encontrarse (y conocer en el caso de Onieva) a la familia Preysler. En ese post explicaba que tienen tantas fotos y recuerdos que los va a ir dosificando y este miércoles 20 de abril hemos recibido la segunda entrega.

En las nuevas fotografías y vídeos compartidos por la marquesa de Griñón podemos ver a la pareja el día que decidieron darse una vuelta en quads por las Colinas de Chocolate, una formación geológica situada en Bohol, compuesta por unos 1.268 conos en forma de colinas del mismo tamaño, repartidas por una superficie de unos 50 kilómetros. Normalmente, están cubiertas de un manto de hierba verde (como vemos en las fotos) que durante la estación seca se vuelve de tono marrón. Por cierto, es uno de los principales reclamos turísticos de la zona y han sido propuestas para entrar en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Tamara ha publicado el vídeo de la excursión en quads incluyendo como banda sonora un clásico de la música disco: ‘Funkytown’, de Lipps Inc, un temazo que rompió las pistas en los años 80 y que ahora rescataba la pareja. Junto al vídeo también publicaba una serie de fotos, solos y por separado, y una composición que ha llamado nuestra atención: un montaje en el que vemos a Onieva debatiéndose entre una Tamara a la que besa y otra que reclama su atención sujetándole de la mano.

Por cierto, que entre los comentarios que ha suscitado esta nueva entrega fotográfica, estaba el de Alejandra Onieva, hermana del empresario, que escribía: "Me encanta. Se puede percibir que mal, mal no os lo habéis pasado". Y alguno iba un poco más allá y sugería: "¡Que viaje de novios más guay!", entendiendo viaje de novios como el que ha llevado esta pareja de ‘novios’ por Filipinas y no como lo que entendemos normalmente, es decir, como luna de miel, que de eso aún no se ha hablado. Ni de eso, ni de una futura e hipotética boda.

Un viaje iniciático

“Me voy feliz de haber podido compartir parte de la cultura de mis raíces con Iñigo, el mejor compañero de viaje que puedo tener. Ojalá sea el primero de muchos”. Pues eso, que de boda nadie habla de momento, pero sí de un compañero de viaje, y qué mejor viaje que el viaje de la vida. Pero no adelantemos acontecimientos. Lo que sí podemos contar a juzgar por las palabras de Tamara es que este ha sido uno de los periplos más emocionantes y excitantes que ha vivido en mucho tiempo.

“Han sido unas vacaciones maravillosas”, empezaba escribiendo la marquesa de Griñón en su primera entrega, en la que nos hablaba de Bohol como una parte de Filipinas “emocionante, auténtica y llena de sorpresas. Son postales que quedan grabadas en mis recuerdos: las 'chocolate hills', el paseo por el boathouse en Loboc y el temido quad en mitad del tifón, llenos de barro Iñigo Onieva y yo, pero viéndole disfrutar como a un niño y a través de él, disfrutando yo también”.

Precisamente las fotografías que publicaba hoy hacían referencia a uno de los destinos de los que hablaba en el texto: las Colinas de Chocolate, lo que nos hace pensar que en sucesivas entregas podamos verles en Loboc o inmersos en un barrizal. Lo que no sabemos a ciencia cierta es si también compartirán con nosotros los momentos más íntimos y personales, aquellos en los que la pareja se encontró con los Preysler que viven en el país.

“Quizás del sitio que más se queja la gente cuando viaja a Filipinas es Manila”, continuaba escribiendo Tamara, “pero yo allí tengo mucha familia: tías, primos, que me abren las puertas de sus hogares y nos recibieron con los brazos abiertos. Gente de la cual te da pena despedirte porque no sabes cuándo volverás a ver, ni cuánto habrán cambiado en la siguiente ocasión, pero que te hacen dar gracias a Dios por tener una familia, una familia unida en la distancia, porque nuestras raíces son fuertes como lo son las sonrisas filipinas”.

Seguiremos esperando a que Tammy continúe compartiendo con nosotros el álbum de su odisea en Filipinas.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí