Tamara Falcó da las claves sobre su ruptura de contrato con Sophie et Voilà: "Fue muy desagradable"

El inesperado anuncio de Sophie et Voilà sobre su decisión al respecto del vestido de novia de la marquesa de Griñón se ha convertido en una de las noticias del momento de la crónica social. No es de extrañar, pues la boda de la marquesa junto a Íñigo Onieva el próximo 8 de julio es uno de los eventos más esperados del año, aunque este ya ha tenido varios contratiempos.

La primera reacción de Tamara Falcó, tras el comunicado, fue la sorpresa, algo que hizo saber mediante un mensaje de WhatsApp a Susanna Griso. Pues a pesar de que la relación entre la marca nupcial y la aristócrata había terminado hace unos días, ella no sabía que iban a lanzar un comunicado. Sin embargo, esta mala noticia no ha hecho que la hija de Presyler deje de lado sus compromisos profesionales, como su aparición semanal en ‘El hormiguero’, donde ha dado más detalles de lo ocurrido.

Durante la tertulia de actualidad, que comparte con sus compañeros Cristina Pardo, Nuria Roca y Juan del Val, en un programa en donde los invitados han sido los actores Nathalie Poza y Michel Noher, la marquesa de Griñón ha abordando el tema en profundidad, aportando más datos al caso. Nada más comenzar el segmento, ha salido el polémico tema de "alarma nacional", como ha descrito el presentador Pablo Motos.

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Después de beber un trago de agua, ha explicado que ella ya tenía en mente un vestido que había visto mientras buscaba el outfit para la boda de su hermana Ana Boyer. Por ello, cuando llegó el momento de preparar su boda, se acordó de él y se lo enseñó a la firma Sophie et Voilà, pues era un diseño que le había causado impresión. De esta forma, cuando llegó la primera prueba con la marca, y aunque al principio se habían mostrado encantadas con la idea, al escuchar la palabra 'inspiración', algo cambió y comenzaron los problemas. "Me dijeron que no debía haber utilizado esa palabra", aseguraba sorprendida.

Tamara Falcó continuaba con su discurso y explicaba a los televidentes que en diseño se trabaja con la inspiración, pero aun así, cuando llegó el momento de la segunda prueba, el vestido ya no era el mismo que el primero. Fue en este momento cuando se dio cuenta de que el diseño había cambiado completamente, sobre todo en el terreno de los volúmenes. Para más inri, los miembros del clan Preysler se encontraban con ella, lo cual hizo el momento aún más incómodo.

"Fue todo superincómodo y ahí todo empezó a ir mal. Mi madre no entendía nada y fue superduro porque bajé con el vestido puesto y nadie dijo nada, todo silencio… Yo ya cuando me lo probé vi que era distinto", relataba.

Además, la marquesa de Griñón ha logrado despejar las dudas sobre su contrato con la firma. Este era a largo plazo, pues iba a ser su imagen durante un año prorrogable. Sin embargo, gracias a sus abogados, había una cláusula dentro del acuerdo que afirmaba que la aristócrata no luciría el modelo en caso de que no le gustara el vestido. "No me iba a casar con un vestido de novia que no me gustara", ha dicho durante el programa.

Por ello, tras hablar con su equipo legal, decidió comunicar a Sophie et Voilà que no continuaría adelante con el diseño nupcial. Lo siguiente que conoció fue el comunicado de prensa, que la pilló por sorpresa, ya que ella pensaba el acuerdo seguía vigente, obviando lo ocurrido con su boda. Una situación de la cual se lamenta: "Hemos tenido rifirrafes, pero podríamos haber acabado bien. A mí me gusta trabajar en equipo", comentaba.

Cuando el resto de compañeros sacaban a relucir la teoría sobre si su boda está gafada, se echaba a reír. "Bueno, lo que vale la pena nunca fue fácil” , afirmaba después de reconocer que el esguince, el vestido y el cambio de fecha eran ya muchas casualidades. Por su parte, su compañera de tertulia de actualidad Nuria Roca le mostró su apoyo por el traje, diciéndole que si no tenía que ser, no tenía que ser.

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Sobre el siguiente modelo, ha dicho que está valorando opciones y ha agradecido a todos los diseñadores que se han acercado a ella para ayudarla con el diseño de su nueva prenda. Sin duda va a ser otro reto para la boda, pues un vestido de novia lleva mucho tiempo, normalmente unos seis meses. A tan solo 51 días de la fecha especial y con este problema, la socialité se mantiene positiva sobre el tema.