Yo, adicta: el podcast en el que Clea Fitz-James Stuart habla de su adicción a las drogas
El podcast de Ruy Arroyo ha contado con la participación de esta aristócrata, artista y agente inmobiliaria que vivió un auténtico infierno
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Si hace unos meses era Mariola Orellana quien participaba en este podcast hablando de cómo las drogas acabaron con las vidas de sus cuatro hermanos, ahora ha sido Clea Fitz-James Stuart quien ha logrado estremecernos con su relato. El apellido les sonará porque es sobrina segunda del duque de Alba, pero sobre todo es o ha sido diseñadora de moda, agente inmobiliaria, artista, madre y, en general, una persona multifacética. Ahora, también, es un testimonio vivo de que se puede salir de las drogas, un infierno donde entró con 17 años y salió con 36. Clea protagoniza el nuevo episodio del podcast especializado en materia de prevención de adicciones 'Charlas adictivas', donde el terapeuta y ex adicto en recuperación Ruy Arroyo aborda las adicciones apoyado en la participación de experto o invitados que cuentan su propia experiencia.
Clea es una "vieja amiga" con la que Ruy Arroyo vivió su recuperación "en paralelo". Por eso el tono de la charla es de la máxima confianza y la admiración mutuas. "Creo que es importante que hagas este trabajo. La divulgación en el tema de la adicción es esencial", comienza la aristócrata. Aún se acuerda de la fecha en que ingresó en un centro de desintoxicación, un 27 de diciembre, pocos meses antes de que lo hiciera el propio Ruy Arroyo.
Como mujer adicta, precisa, vivió un doble estigma. "Es muy común incluso en las terapias de adicción que haya menos mujeres que hombres. Para la mujer es un poco más difícil porque si es verdad que todos los adictos hacemos cosas que no nos representan, a las mujeres se nos juzga de forma más dura. Todos hacemos cosas de las que nos sentimos avergonzados a posteriori, pero en las mujeres a nivel social está peor visto".
Clea explica que cuando ingresó "no tenía ninguna otra opción". "Estaba completamente desahuciada. Llevaba cuatro días en la cama, parecía una heroinómana, mi único futuro era morirme, no quería hacer otra cosa, no podía más. Había ido a un montón de psicólogos, psiquiatras, gurús... un exnovio mío me hizo hasta un exorcismo, hice todo lo que pude pero nunca quise ver la realidad, que era adicta y ya está. Mi enfermedad fundamental era la adicción y no lo quería ver. Tuve la suerte de que mi hermana se dio cuenta de que estaba intentando morirme, no podía más". Clea y su hermana María -a la que todo el mundo conoce como 'la griega'- son hijas de Luis Esteban Fitz-James Stuart, marqués de Valderrábano (primo hermano del actual duque de Alba) y de María Calleja.
"Estaba completamente desahuciada. Llevaba cuatro días en la cama, parecía una heroinómana, mi único futuro era morirme"
Dice que sus drogas estrella han sido "las benzos", también "el alcohol". Cuando conoció a su terapeuta vio la luz, le dijo que tenía que ingresarse y ella no tuvo ni que pensarlo: "mañana". Era eso o dejar de vivir. "Llegué a la clínica con seis cajas de lexatines, ya ves que entonces no creía que ese fuera mi problema, tenía el cerebro destrozado, no sabía lo que sentía, lo que no, estuve un mes medio bien pero luego empecé a darme cuenta de todo lo que había hecho, del tiempo que había perdido, de repente fue ¡qué coño he hecho los últimos diez años de mi vida!".
Tenía 36 años y conservaba solo a algunos amigos, pocos. Profesionalmente hacía tiempo que había dejado de cumplir. La persona a la que quería la dejó. "Era todo una puta mierda, no tenía nada, pero nada fuera ni nada dentro. Yo no sabía lo que era real, lo que estaba bien o lo que estaba mal, lo que era correcto para mí. A los dos o tres años seguía aprendiendo a sentir", explica. "Te va a parecer curioso, pero hace relativamente poco que me he vuelto a sentir conectada".
"Cada vez tengo más claro que soy adicta de nacimiento, por traumas infantiles o lo que sea, yo he sido adicta de siempre"
Su viaje psicológico incluyó un periodo de aceptación, una rabia monumental, y una necesidad ya para toda la vida de ayuda terapéutica. Con ayuda de una escritora, está preparando un libro sobre su experiencia, en el que narra su periodo de recuperación aunque con inevitables flash backs "para que se entienda de dónde venimos". "Hay diferentes tipos de adicción. En mi caso, creo que soy adicta desde la infancia. La primera copa que me bebí fue con 17 años, pero me sentaba peor que al resto, tenía lagunas antes que el resto, empecé a hacer cosas con las que no me sentía identificada también antes que el resto... cada vez tengo más claro que soy adicta de nacimiento, por traumas infantiles o lo que sea, yo he sido adicta de siempre".
Durante un momento del podcast, la diseñadora se adentra en el universo oscuro al que su adicción la llevó. "Yo hacía lo que hiciera falta por no volver a mi casa, por no enfrentarme conmigo misma; me iba a casa de gente que no conocía de nada solo por no irme a casa. Estoy viva de milagro. Y no solo por el consumo, sino porque me he metido en situaciones bestiales. Mis amigos eran narcotraficantes. Alternaba con gente con pistola como si fuera lo normal. He hecho cosas que solo ves en las películas; yo era una niña muy poca cosa pero estaba con los malos. Me han pasado cosas muy duras, muy duras, a las que aún me estoy enfrentando", explica entre lágrimas. "No me soportaba y estar en esas situaciones era mejor que estar conmigo".
"Alternaba con gente con pistola como si fuera lo normal. He hecho cosas que solo ves en las películas; yo era una niña muy poca cosa pero estaba con los malos"
La vida ha cambiado mucho para ella. Su hermana María siempre dice que cuando Clea ingresó en la clínica, fue un momento muy duro pero a la vez pudo dormir por primera vez con el teléfono apagado, sabiendo que su hermana pequeña estaba a salvo. Hoy ha sido madre, ha montado una empresa y la ha dejado marchar porque no funcionaba, ha conectado de nuevo con la vida, y todo eso ha pasado sin drogas de por medio. "Lo único que quería era estar en paz. Y lo he conseguido. Estoy en paz".
Si hace unos meses era Mariola Orellana quien participaba en este podcast hablando de cómo las drogas acabaron con las vidas de sus cuatro hermanos, ahora ha sido Clea Fitz-James Stuart quien ha logrado estremecernos con su relato. El apellido les sonará porque es sobrina segunda del duque de Alba, pero sobre todo es o ha sido diseñadora de moda, agente inmobiliaria, artista, madre y, en general, una persona multifacética. Ahora, también, es un testimonio vivo de que se puede salir de las drogas, un infierno donde entró con 17 años y salió con 36. Clea protagoniza el nuevo episodio del podcast especializado en materia de prevención de adicciones 'Charlas adictivas', donde el terapeuta y ex adicto en recuperación Ruy Arroyo aborda las adicciones apoyado en la participación de experto o invitados que cuentan su propia experiencia.