Los Alba reaparecen unidos a su tradicional plan familiar en la Semana Santa de Sevilla: de Sofía Palazuelo a Eugenia Martínez de Irujo junto a su hija, Tana Rivera, y su yerno

La esperada Madrugada en Sevilla del 2024 se vio frustrada por las fuertes lluvias, tras un Jueves Santo en el que las cofradías no pudieron salir a la calle debido al mal tiempo. Por ello, las de este año, se aguardaba con ilusión y fervor, pidiendo que el buen tiempo diera tregua durante estas fechas. Y así fue, la cofradía de la Macarena pudo volver a recorrer sus calles. Una jornada en la que, como ya marca la tradición, disfrutan la mayoría de los Alba durante su parada en el palacio de las Dueñas.

Un año más, recibieron la visita de la hermandad de los Gitanos a las puertas del edificio, situado en el centro de la capital andaluza. Allí se encontraba Eugenia Martínez de Irujo, quien se trasladó hasta Sevilla hace unos días para disfrutar de los diferentes pasos de la Semana Santa. Asimismo, le acompañaba su pareja, Narcís Rebollo; su hija, Tana Rivera, y su yerno, Manuel Vega.

Junto a la duquesa de Montoro, se encontraban los duques de Huéscar. Tanto Fernando Fitz-James Stuart como Sofía Palazuelo salieron a las puertas del palacio de las Dueñas para vivir un año más la Madrugá. Además, un año también especial, por el reciente anuncio del embarazo del que será su tercer hijo en común. “El nombre de Fernando tiene muchas papeletas”, afirmó sonriente la duquesa de Huéscar en una de sus últimas apariciones.

No fue la única que últimamente tiene algún motivo que celebrar. Entre las filas del clan de los Alba, también se encontraba Bárbara Mirjan, la prometida de Cayetano Martínez de Irujo. Estos días, la pareja se había dejado ver en alguna de las procesiones y, aprovechando su estancia en Sevilla, visitaron la misma iglesia donde celebrarán su boda en octubre.

Una reunión muy especial para toda la familia, que volvió a unirles dos años después. El motivo de su tradicional salida al paso de las cofradías fue iniciado en su juventud por la duquesa Cayetana, la cual mostró siempre una férrea conexión por el Santuario de la Iglesia de los Gitanos del que era devota, y continuada tras su muerte por sus hijos y el resto de generaciones de la Casa noble. Este año, Eugenia fue la encargada de dar la Levantá del Cristo de los Gitanos, un momento muy emotivo con el que continúan su legado.