Slowlove, la firma de moda lenta de Isabel Jiménez y Sara Carbonero que factura millones
La marca que fundaron hace una década las periodistas junto a Mayra del Pilar va como un tiro económicamente hablando. Tendam tiene el 95% y ellas se reparten el 5% restante
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En mayo de 2015, cuando Sara Carbonero, Isabel Jiménez y su entonces socia, Mayra del Pilar, lanzaron Slowlove, muchas cosas eran diferentes. Carbonero aún era feliz junto a Iker Casillas, trabajaba en la televisión con Jiménez y su fama estaba disparada. Las amigas lanzaron entonces una tienda online multimarca y la llamaron Slowlove como una declaración de intenciones. Su objetivo, decían, era encontrar las tendencias que mejor se adaptaban a su forma de "entender la moda". "Por eso, hemos seleccionado marcas que apuestan por diseños de calidad; algunas más especiales y exclusivas, y otras más competitivas en el mercado. Siempre pensando en vestir a una mujer que disfruta de la moda pero que tiene su propio estilo".
En un mercado dominado por ciclos de consumo vertiginosos, la apuesta por una moda lenta y sostenible sonaba entonces revolucionario, pero a día de hoy se ha convertido en una propuesta de valor sólida y... rentable. A sus diez años de vida, la empresa no solo se ha afianzado como marca, sino también como negocio. Sus últimos resultados financieros de 2024, depositados esta semana en el Registro Mercantil, lo confirman: Slowlove es ya una realidad consolidada dentro del sector moda en España.
Slowlove ha cerrado el ejercicio 2024 con una facturación de 3.523.000 euros, lo que representa un incremento del 14,97% respecto a 2023 (cuando ingresó 3.064.241,07 €). Pero más significativo aún es el crecimiento de los beneficios, que han pasado de 1.223.333,68 € en 2023 a 1.683.643 € en 2024, lo que implica una mejora del 37,6% interanual. Ese beneficio de cerca de millón setecientos mil euros se ha repartido en dividendos para los socios. Actualmente, Tendam posee el 95% de Slowlove, y las periodistas se reparten el resto, con un 2,5% cada una, por lo que Jiménez y Carbonero han recibido algo más de 42.000 euros en concepto de dividendos.
Tras unos comienzos algo dubitativos (en 2017 la tercera socia decidió abandonar el barco), su alianza con el grupo Tendam en 2021 supuso un revulsivo para la firma, que profesionalizó la gestión y logró ventajas competitivas estructurales sin comprometer su ADN. La estrategia de Sara Carbonero e Isabel Jiménez de crear una marca de moda muy personalista (no hay más que ver la web) y con una identidad basada en la estética boho ha terminado convenciendo al público.
Una filosofía de vida
Slowlove nació en un contexto en el que tanto Carbonero como Jiménez contaban ya con una fuerte proyección pública y una comunidad consolidada de seguidoras. Supieron capitalizar esa marca personal para construir un relato coherente en torno al proyecto: una moda pensada para mujeres reales, con conciencia ecológica, sin renunciar al estilo. Su storytelling ha sido uno de sus activos más valiosos. Desde el nombre —un guiño a la idea de “amor por lo pausado”, alejado de la vorágine del consumo impulsivo— hasta la cuidada estética visual, Slowlove se posicionó como una alternativa para las consumidoras que buscaban algo más que ropa: una filosofía de vida.
En sus inicios, Slowlove operaba exclusivamente online. La firma apostó por colecciones cápsula, producción limitada y materiales sostenibles. Sin embargo, desde que en 2021 se formalizó su integración en el grupo Tendam, matriz de Cortefiel, Springfield o Women’secret, la firma ha dado un salto cuantitativo en una operación clave para su crecimiento.
Esta alianza con uno de los principales grupos textiles españoles no solo consolidó su distribución (con presencia en tiendas físicas seleccionadas), sino que le proporcionó capacidad logística y músculo financiero. Así, Slowlove pasó de ser una marca nicho a una enseña con potencial de escalabilidad. Desde entonces sus números no han dejado de crecer y hoy el patrimonio neto de la compañía es de 1.697.730,16 €, lo que supone un incremento del 37,2% respecto al ejercicio anterior.
Las periodistas celebraron esta semana en un teatro madrileño los diez años de Slowlove y lanzaron una campaña en redes. En ella, Isabel Jiménez hablaba de cómo había crecido la marca desde aquellos primeros compases: "Nunca nos podíamos haber imaginado cumplir diez años con esta madurez a nivel creativo, con una marca tan consolidada, con una clienta que es muy fiel y que ha conseguido encontrar su estilo en Slowlove". Su compañera y amiga, Sara Carbonero, daba "las gracias y un abrazo por estos diez años de incondicionalidad", pero marcaba los retos del futuro: "Queda mucho camino y mucho por mejorar". A Carbonero le gustaría que la firma abriera "una tienda propia por fin" (hasta ahora comparten espacio con otras enseñas de Cortefiel), y creciera "un poquito más".
Ahí está el desafío para esta firma que nació con vocación ética. No dejar que el éxito se meriende su ADN. La marca se ha construido sobre el carisma de sus fundadoras, una propuesta estética cuidada y una intención de ser sostenibles. Al haber tenido una expansión gradual, sin sobreexposición, han podido mantener el control creativo y el espíritu original. Han seguido 'haciendo comunidad'. Sin embargo, el reto ahora está en mantener todo eso mientras se expande el negocio. La presión por crecer y la filosofía slow que dio origen a la marca no suelen ser buenos amigos.
En mayo de 2015, cuando Sara Carbonero, Isabel Jiménez y su entonces socia, Mayra del Pilar, lanzaron Slowlove, muchas cosas eran diferentes. Carbonero aún era feliz junto a Iker Casillas, trabajaba en la televisión con Jiménez y su fama estaba disparada. Las amigas lanzaron entonces una tienda online multimarca y la llamaron Slowlove como una declaración de intenciones. Su objetivo, decían, era encontrar las tendencias que mejor se adaptaban a su forma de "entender la moda". "Por eso, hemos seleccionado marcas que apuestan por diseños de calidad; algunas más especiales y exclusivas, y otras más competitivas en el mercado. Siempre pensando en vestir a una mujer que disfruta de la moda pero que tiene su propio estilo".