Sidra, la tentación del Pecado Original

Cuando quise tentar al hombre en el paraíso, lo tuve muy claro

Así refleja Pomarina en el encabezamiento de la presentación de su producto, la experiencia que supone probar la bebida obtenida del fruto prohíbido del Paraíso. Del mismo modo que a Adán, le resultó díficil resistirse a la visión de la manzana, es díficil resistirse a la tentación de su bebida.

La sidra se elabora con manzanas procedentes de fincas acogidas a la Denominación de Origen, por lo que a partir de un ríguroso proceso de elaboración, desde un mosto rico en compuestos aromáticos, aporta los matices afrutados característicos de esta bebida. Es una sidra natural, agradable con fuerza, cuerpo y la acidez justa para darle ese punto refrescante.

La sidra se debe servir a una temperatura de entre 7º a 10º, para que así se despliegue toda su fuerza y se resalten todos sus aromas. Es sin duda una de las bebidas más agradables para combinar con todo tipo de comida ligera como pescados, mariscos, y todo tipo de aperitivos.

La manzana es una fruta caprichosa. El manzano da distinta cantidad de frutos de un año a otro. Si este año da mucho, al siguiente poco. Luego, solo da una pequeña tregua para que en aproximadamente un mes, el tiempo que va de finales de septiembre a finales de octubre, se recoja el fruto del árbol, y siempre del árbol, ya que las que han caído, han madurado demasiado y no tienen el punto de acidez necesario para elaborar una buena sidra.

La sidra es una bebida que suele tener una baja graduación alcohólica, que oscila entre 4º y 6º; y su graduación alcohólica dependerá finalmente del contenido de azúcar en el mosto.