Este es el truco para hacer una ensaladilla rusa como en los mejores restaurantes

La ensaladilla rusa es uno de esos platos que nunca falla. Presente en los menús de bares y restaurantes de toda España, es una apuesta segura para los amantes de las tapas, y quienes la prueban bien saben que una buena ensaladilla puede marcar la diferencia. Aunque en apariencia es sencilla, la ensaladilla rusa es un plato donde cada detalle cuenta. Hoy compartimos un truco que, según chefs de algunos de los mejores restaurantes, eleva la receta clásica: asar las patatas en lugar de cocerlas.

En la receta tradicional, las patatas suelen cocerse, lo que les da una textura esponjosa y suave. Sin embargo, este método puede restarles intensidad de sabor y, a veces, hace que las patatas absorban demasiada agua, afectando la consistencia final. Los expertos han encontrado que, al asar las patatas, se obtienen resultados más complejos en sabor y textura. Asar las patatas permite que estas desarrollen un ligero dorado en la superficie y un interior más firme, lo que evita que se deshagan al mezclarlas con la mayonesa y el resto de ingredientes. Además, este método potencia los azúcares naturales de la patata, dando un toque ligeramente caramelizado que realza el sabor del plato.

Para quienes deseen probar este truco en casa, el proceso es sencillo y permite recrear una ensaladilla rusa con un sabor de restaurante. El primer paso es seleccionar la variedad correcta de patatas; las que tienen una textura algo más firme, como las patatas Monalisa o Yukon Gold, son ideales para esta preparación. Una vez seleccionadas, lávalas bien y, si prefieres una textura más dorada, envuélvelas en papel de aluminio con una pizca de sal y aceite antes de asarlas.

Para el asado, precalienta el horno a 200ºC y coloca las patatas en una bandeja. El tiempo aproximado de cocción es de 40 a 50 minutos, dependiendo del tamaño. Sabrás que están en su punto cuando puedas pincharlas con un tenedor y estén tiernas por dentro pero firmes. Al sacarlas del horno, déjalas enfriar un poco, pélalas y córtalas en dados del tamaño que prefieras para la ensaladilla. Notarás que tienen una textura más firme y un sabor más profundo que las patatas cocidas, lo que permitirá una mezcla perfecta con la mayonesa sin que se deshagan.

A continuación, solo falta añadir los ingredientes clásicos: zanahorias, guisantes, huevo duro, atún y encurtidos, o aquellos que prefieras según tus gustos. Al final, la mayonesa, ya sea casera o de buena calidad, unirá todos los ingredientes. La clave de este truco es que, al ser menos acuosas, las patatas asadas permiten que la mayonesa se adhiera mejor, aportando una textura cremosa sin excesos de humedad.

Quienes han probado esta versión aseguran que el sabor de las patatas asadas en la ensaladilla es notablemente más intenso y sabroso. Cada bocado mantiene una estructura perfecta, sin que la mezcla se vuelva blanda o acuosa, lo que la convierte en una experiencia gastronómica más cercana a la de un restaurante. Este sencillo cambio resalta la importancia de los pequeños detalles en la cocina y muestra cómo una técnica puede transformar un plato clásico.