La hija de Felipe González: "Es más fácil apellidarse González que Aznar"

"El anonimato es el mejor regalo que me ha hecho mi padre. Llamarse González ayuda. Supongo que si te apellidas Aznar es más complicado pasar inadvertida". Con estas palabras, la hija del ex presidente Felipe González, María, resume la vida que le ha tocado vivir, teniendo en cuenta que su padre presidió el Gobierno del país durante más de 13 años.

Felipe González es testigo de estas declaraciones. Él mismo ha recibido a la revista Vanity Fair en su casa del barrio Salamanca de Madrid, donde también se encuentra su oficina recién rehabilitada -en la que trabaja con su hija- para una entrevista en la que ha hablado sobre aspectos privados de su vida y, sobre todo, de política.

Dos cuadros de Pilar Miró que su hijo Gonzalo le pidió que guardase adornan las paredes que forman parte del 'decorado' que aparecerán en las fotografías que sobre el ex presidente del Gobierno publicará la revista. A Felipe González no le gusta mucho eso de que le hagan retratos. Su hija María le excusa ("entiendo lo que queréis, pero es que a él le cuesta mucho"), mientras él le resta importancia ("donde queráis").

 "Intenté librar a mis hijos de la vorágine"

Haciendo gala de una notable discrección en lo que a su vida privada se refiere, Felipe González asegura que nunca quiso exponer a sus hijos a la "voracidad de gente indiscreta y mediocre". Por ello se empecinó en protegerlos, a veces demasiado, pero lo consiguió. "Intenté librarlos de la vorágine, de cosas en las que no era difícil caer, como la pertenencia a cierta jet. Y se libraron, se libraron bien".

Con lo que no está de acuerdo el ex presidente del Gobierno es con las declaraciones que su ex mujer, Carmen Romero, hizo para la misma revista hace algún tiempo. En ella recordaba su llegada a La Moncloa y decía: "Éramos muy jóvenes, él con 40 años y yo con 36. Ahora pienso que nos faltaba madurez. Si repitiera otra vez ese momento creo que sufriría menos y me reiría más".

Felipe González replica que la política "tiene algo muy duro. es una obra que no se acaba nunca (...). No tiene límites. Y, cuando, por tu carácter, tienes siempre una profunda insatisfacción con lo conseguido, cuando siempre quieres conseguir más, es una permanente tensión y un permanente sufrimiento que en algún momento tiene que acabar. ¿No?".

Después de tantos años, ha aprendido a relativizar. Como cuando se comenta que tiene una fortuna y negocios en Latinoamérica. "Lo he sufrido durante años (...). Al principio era algo que me desgarraba, pero después uno se va fortaleciendo. Si no, no se puede vivir (...). Ya no me afecta. Me da igual".

Su hija María es de la misma opinión. "Llevo tantos años escuchando que mi padre es un asesino que las especulaciones sobre sus negocios me parecen lo de menos", sentencia.

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