Kim Sears, la 'primera dama' del tenis británico

Días antes de que comenzara el torneo de Wimbledon, varios medios británicos se preguntaban quién iba a ser la gran estrella fuera de la pista de hierba. Con la ausencia de Kate Middleton ya confirmada, la lista no era más que un baile de nombres entre los que destacaban el de Victoria Beckham, Pippa Middleton o Anna Wintour, editora jefa de la edición norteamericana de la revista Vogue.

Sin embargo, y aunque muchos de los que acuden a los palcos de la pista central del All England Club lo hacen para ser vistos, los entendidos no cayeron en la más que segura presencia de Kim Sears, la novia de Andy Murray. A pesar de que el tenista escocés se convirtió este domingo en el primer británico que gana Wimbledon en 77 años tras derrotar al número uno, Novak Djokovic, las cámaras no cesaban de fotografiar a su pareja.

Bautizada como la nueva ‘dama del tenis’, Kim fue testigo de cómo Andy Murray logró llegar a la cima de uno de los deportes más exigentes en cuanto al calendario de torneos se refiere. Aun así, y para gran parte de la prensa del país, ambos se han convertido en la nueva pareja a explotar, como ya ocurrió en el pasado con David y Victoria Beckham, a quien Kim Sears hizo un guiño llevando a la final del torneo uno de sus diseños.

Moldear a la ‘fiera’

A pesar de que Kim Sears conociera a Andy Murray en septiembre de 2005 mientras se disputaba el Abierto de Estados Unidos, su pasión por el tenis viene de tiempo atrás. Su padre, Nigel Sears, es conocido en Reino Unido no sólo por haber sido tenista profesional sino por haber entrenado a Daniela Hantuchova y Ana Ivanovic, que consiguió ser número uno en 2008.

Fue en la primavera de 2006 cuando el ímpetu de Andy Murray tras haber ganado el torneo de San José, en California -donde derrotó por primera vez a un jugador del top ten, Andy Roddick- sacó de la oscuridad su secreta relación lanzándose a la multitud para besar a su novia.

Desde entonces, su padre, su madre Leonore, de origen sudafricano, y su hermano Scott comenzaron a ser protagonistas de un idilio que terminó tres años después tras la adicción de Andy Murray a los videojuegos. Seis meses más tarde, la pareja retomó su relación y se marchó a vivir a una casa en Oxshott, valorada en más de cuatro millones y medio de euros.

Considerado como un maleducado fuera de las pistas de tenis -y una fiera dentro de ellas- durante sus primeros años como profesional, Kim Sears ha sido quien ha ido moldeando al tenista hasta convertirlo en uno de los iconos más representativos del deporte británico, hasta el punto de haber sido el abanderado de su país en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Estudiante de literatura inglesa en la Universidad de Sussex, en Brighton –donde desembolsa un mínimo de 11.500 euros al año- y pintora amateur de retratos de animales, Kim ha sido considerada la digna sucesora de la duquesa de Cambridge en lo que a estilo se refiere.

A pesar de que ella no tiene un príncipe a su lado ni espera a quien será el sucesor, o  sucesora, de la corona británica, los rumores sobre una boda comienzan a sonar con más fuerza después de la histórica victoria de Andy Murray.