Marichalar despide a su madre acompañado de sus hijos Froilán y Victoria Federica

La iglesia románica de Santo Domingo en Soria ha sido testigo, este sábado a mediodía, de la despedida a la condesa viuda de Ripalda, María Concepción Sáenz de Tejada, que fallecía esta semana a los 85 años. La madre de Jaime de Marichalar reposará, tras su incineración, en un panteón junto a su esposo, Amalio de Marichalar y Bruguera. A pesar de que se había especulado con la posibilidad de que la infanta Elena acudiese al funeral, finalmente no ha sido así, y Jaime de Marichalar ha estado, rigurosamente vestido de luto, acompañado por sus hijos Froilán y Victoria Federica. El primero iba vestido con chaqueta y corbata negra y la segunda con un abrigo de color gris. Marichalar acudía a despedir a su madre visiblemente afectado, con unas gafas de sol que ocultaban su mirada.

También han estado presentes Álvaro e Ignacio de Marichalar. Este último ha acudido acompañado de su mujer, María Fernanda Fontcuberta, y de su hijo pequeño. En las inmediaciones de la iglesia se han concentrado numerosos curiosos que han visto desfilar a los amigos y familiares de la condesa.

Su fallecimiento se producía este jueves al no superar el ictus que sufrió la semana pasada y que la llevó a estar ingresada en el Hospital de la Paz de Madrid. Fuentes consultadas estos días por Vanitatis confirmaban que la condesa era una persona fuerte, tanto en su carácter como en su físico. “Concha nunca ha estado enferma y, que recordemos, sólo ha permanecido en la cama cuando tuvo a sus hijos”. Además, siempre trató de mantenerse en un segundo plano, lo cual la llevó a no conceder entrevistas prácticamente y a vivir una vida bastante diferente a la parafernalia que rodeaba a su hijo mientras fue duque de Lugo y marido de la infanta Elena.

Su vida transcurrió en el entorno familiar de los Marichalar y los Saénz de Tejada, ejerciendo de cabeza de familia cuando en 1979 murió su marido, el conde de Ripalda, comandante de artillería. De la noche a la mañana Concepción Sáenz de Tejada se encontró en una situación triste emocionalmente y complicada económicamente. Viuda, con pensión de militar y con seis hijos con edades comprendidas entre los 12 y los 21 años. Se vio en la obligación de sacar adelante ella sola su casa. Tuvo un gran apoyo por parte de su familia y de los hijos mayores, Amalio y Ana.

Ellos también ha querido despedirla en su último viaje este sábado, en el que sus familiares y amigos han demostrado que no la olvidarán en mucho tiempo.