Mike Kennedy, la cara visible de Los Bravos: "Hablo directamente con Dios"

Mike Kennedy fue la cara visible de Los Bravos, el mítico grupo de los años sesenta. Fueron los únicos españoles que consiguieron ser numero uno en el Reino Unido y en Estados Unidos, con Black is Black en un tiempo en que la música de nuestro país no existía en el mercado anglosajón. Se separaron y Kennedy continuó con su carrera en solitario. Una de sus últimas actuaciones fue en el Teatro Real, con lleno total. Se retiró durante un tiempo y ahora ha vuelto junto a su inseparable compañero, el guitarrista Miguel Vicens, versionando los temas más conocidos. Las canciones han calado y suenan ya en las discos de moda y en los chiringuitos de playa, además de como cierre de celebraciones de bodas, bautizos y comuniones.

Pregunta: ¿Cómo definiría su vuelta?

Respuesta: Con una palabra. ¡Milagro! En estos tiempos en que todo lo que tiene que ver con la cultura, el arte y la música tiene muy pocos apoyos, el poder versionar nuestras canciones es algo mágico. De todas formas, le diré que nunca me fui. Siempre me he mantenido en este mundo porque lo único que sé hacer es cantar.

P: ¿Es un regreso o el comienzo de una nueva etapa?

R: Creo que la segunda es más acertada porque como le acabo de decir yo nunca me fui. El problema que tenemos en España es que a los artistas se les olvida rápido. Hace unos días estuvo en Madrid actuando Charles Aznavour, que tiene 91 años, y le aseguro que continua siendo un ídolo en Francia. Le sigue gente muy joven. ¿Por que no sucede eso aquí? No lo sé. Puede ser que nosotros los artistas también tengamos mucha culpa, porque no cuidamos lo nuestro.

P: ¿Cuál es su fuerza?

R: La fuerza me la da la música. Es lo que hace que salga al escenario y me transforme. Soy muy débil y muy inseguro. Fíjese que hago algo que no hace casi ningún artista y es antes de actuar mirar al público. Dicen que eso trae mala suerte, pero a mi me da igual.

P: ¿Es supersticioso?

R: Sí, y además débil, inseguro y egocéntrico. Leo mi horóscopo y si no me gusta me voy al chino o a otro hasta que me dicen algo bueno.

P: No le falta de nada...

R: Coincidí varias veces con los Beatles. Y era llamativo que, de los cuatro, Paul McCartney era el único que siempre era yo, yo, yo… Solo hablaba de él. A mí me pasaba lo mismo, pero me reeduqué.

P: Hace años decía en una entrevista que su lista de prioridades era en este orden: amor, música, mujeres y dinero ¿Ha variado?

R: ¿Yo he dicho eso? Seria cuando era joven. Ahora la prioridad es la salud y después la música, que me permite ser feliz.

P: También era compositor

R: Y lo sigo siendo, aunque tengo totalmente abandonada a mi amor.

P: ¿Cómo?

R: Sí, mi guitarra, que es la única que siempre ha estado conmigo aunque pasen temporadas sin hacerla caso. He pasado una temporada mala, muy bajo de autoestima, con un bajón importante. La depresión es lo peor que le puede pasar a una persona. Es la enfermedad silenciosa, poco aceptada por la sociedad y por uno mismo. Yo he sido mi peor enemigo.

P: ¿Y ya está bien?

R: Sí y muy ilusionado con el horizonte profesional que se me presenta. La respuesta de la prensa ha sido impresionante. Estoy muy agradecido por el cariño que me han demostrado ustedes. Y ahora pienso que me quiten lo bailao

P: ¿Y quién le ayudó a superar la tristeza?

R: Dios. Lo que pasa es que él también pierde la paciencia si uno no pone de su parte. Me tuve que poner las pilas.

P: ¿Es usted religioso?

R: Yo hablo directamente con Dios. No me hace falta el Papa, ni la iglesia.

P: ¿Está muy esperanzado con la respuesta del público?

R: Sí, absolutamente. Presentamos el disco con verdadero éxito. Si volviera a nacer haría lo mismo y cometería los mismos errores. El hombre es el único animal que siempre tropieza con las misma piedra.