El segundo vestido de novia de Josefina, nieta de Vargas Llosa: escote Bardot, corsé y pedrería

Josefina Vargas Llosa, nieta del autor de 'La ciudad y los perros', y Emiliano Camarena, un reputado ingeniero mexicano, son marido y mujer desde el pasado sábado 4 de marzo. La pareja celebró sus nupcias en Perú; concretamente, la ceremonia religiosa tuvo lugar en la basílica y convento de San Pedro de Lima. Un enlace que paralizó el país y que, dado el árbol genealógico de la novia, ha traspasado fronteras.

No faltaron sus abuelos, Mario Vargas Llosa y Patricia Llosa, así como sus tíos, Álvaro y Morgana, y el padrino, el tercer hijo del exmatrimonio, Gonzalo, padre de Josefina. La familia directa y lo más granado de la sociedad peruana. Todos fueron testigos de la promesa de amor de la joven pareja y al tiempo disfrutaron de un gran enlace. Preboda, día grande y fiestón tras el banquete, tres actos para celebrar esta unión matrimonial y dos looks de novia.

Del primero ya habíamos hablado en Vanitatis. Para dar el 'sí, quiero' a Emiliano Camarena, Josefina escogió un traje de novia clásico que recordaba a otros diseños icónicos como el vestido de novia de Grace Kelly o el de Kate Middleton y que venía a cumplir con la tradición nupcial más pura.

De corte princesa, el cuerpo de estilo corsetero estaba forrado con un tejido encaje floral, manga larga, cuello alto y detalles semitransparentes. En la cintura, el modelo incluía una especie de fajín fruncido en blanco roto a contraste con el color principal del vestido, blanco impoluto. La falda con cuerpo y volumen rematada en una cola larga se fundía con el velo de tul y más encaje floral que la novia llevaba atado a una diadema acolchada. A la iglesia entró velada, con un bouquet de rosas blancas y visiblemente emocionada.

Un vestido que mantuvo durante la recepción, el banquete y el primer baile del matrimonio, pero con una modificación: Josefina se despejó de esa falda corpulenta dejando paso a una silueta sirena más ceñida y estilizadora. Su traje era, por tanto, desmontable y fiel a una de las tendencias que arrasan en el sector nupcial.

Antes de dar comienzo a la fiesta, la novia sí que cambió de look. Con una estética totalmente opuesta al primer vestido clásico, Josefina se enfundó en un espectacular traje joya que hoy es noticia.

De escote Bardot, uno de los más sugerentes y femeninos para novias, con los hombros al descubierto y presumiendo de torso, el modelo continúa con un corsé ajustadísimo y, de ahí, una falda 'wrap' con abertura lateral y cola. Llama la atención el tejido: sobre un fondo blanco se bordaron miles de paillettes plateados que dibujan ondas y crean un efecto 'shinny'. Un diseño potente y brillante para deslumbrar en la fiesta, objetivo cumplido.

No podemos perder la atención en el calzado escogido por la nieta de Vargas Llosa para el baile. ¿Los reconoces? Sí, son los famosísimos salones Hangisi de Manolo Blahnik en azul Klein con un broche de pedrería en la pala. Popularizados por Carrie Bradshaw en 'Sexo en Nueva York', recordemos que son los zapatos con los que Mr. Big le pidió matrimonio al personaje interpretado por Sarah Jessica Parker, y son muchas las novias que después los han lucido en sus bodas como guiño fashion.

En cuanto al look 'beauty', Josefina modificó su recogido en un moño por una coleta alta con ondas y dos mechones en el rostro. El maquillaje, igual de natural y favorecedor que en la primera parte del enlace.

Fue en marzo del 2022 cuando Josefina Vargas Llosa, hija de Gonzalo Vargas Llosa y la chilena Josefina Said, y su pareja, Emiliano Camarena, anunciaron su compromiso oficial. La joven se mostró entusiasmada en su perfil de Instagram, donde hizo público un álbum de las imágenes de la romántica pedida. Emiliano le pidió la mano en México, su país natal, en un lujoso hotel. El sábado 4 de marzo, cumplieron su sueño común de convertirse en marido y mujer.