Descubre los beneficios de madrugar para hacer deporte

Cada persona es diferente, están quienes se levantan temprano por la mañana con ganas de comerse el mundo y quienes necesitan unos momentos de reflexión antes de ser capaces de afrontar la jornada. También quienes sienten que son más productivos a primera hora y quienes encuentran en la caída de la tarde su mejor momento de creatividad. El ejercicio físico se adapta a todos ellos, pues solo es necesario encontrar el tiempo necesario para practicarlo.

No es más eficaz ni se obtienen mejores resultados por entrenar antes de ir al trabajo, hacerlo a mitad del día durante el descanso para la comida o esperar hasta terminar la jornada laboral para acercarse al gimnasio. Tampoco si el único rato que tenemos disponible es poco antes de cenar o incluso después. Llevar una vida más activa es bueno para la salud y encontrar el momento para hacerlo es solo una cuestión de agenda.

Sin embargo, hay motivos que llevan a pensar que madrugar para hacer deporte es una buena estrategia para empezar el día. No solo evitamos poner excusas para hacerlo a lo largo del día, también aporta ciertas mejoras para la salud.

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Beneficios de madrugar para el ejercicio físico

Hacer deporte a primera hora del día ayuda a regular nuestro ritmo circadiano, que es el que regula el sueño-vigilia. Si tienes problemas para conciliar el sueño, lo mejor es evitar el ejercicio a última hora y cambiarlo a primera. El ejercicio en las primeras horas del día ayuda a que nuestro sistema cardiovascular se vaya adaptando poco a poco a una mayor actividad, aumentando el flujo sanguíneo y llenando el cuerpo de nutrientes y oxígeno.

No podemos olvidar que el ejercicio hace que la sangre fluya por el cuerpo, lo que hace que la cantidad de oxígeno que llega al cerebro sea mayor, esto potencia nuestra capacidad cognitiva. Mediante el ejercicio físico también liberamos endorfinas, que hacen que nos encontremos de mejor humor, nada mejor que comenzar el día con esa sensación de felicidad y plenitud que aporta el ejercicio, pudiendo aprovechar ese buen humor para encarar de otro modo el resto del día.

Además, gracias al ejercicio físico también estaremos protegiendo nuestro cerebro gracias a que favorece la liberación de BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro). Tener alto el BDNF ayuda a aprender más rápido, recordar mejor y envejecer más despacio; solo se puede aumentar de forma natural, gracias a una vida más saludable y ejercicio físico y tenerlo bajo se asocia con trastornos de ansiedad, estrés y síndrome de burnout.

El ejercicio por la mañana favorece la eliminación de líquidos, por lo que es la mejor hora para esas personas que quieran bajar de peso; también eleva el metabolismo, por lo que en ocasiones se recomienda entrenar con el estómago vacío, aunque esto depende mucho de la intensidad del entrenamiento y las necesidades de cada cual.

Entrenar a primera hora del día además te ayudará a despertarte más rápido, quitándote de encima cuanto antes esa sensación de cansancio y sueño que tiende a acompañarnos a esa hora. Comienzas la jornada sumando energía, reduciendo el estrés y pensando con mayor claridad. Es habitual encontrar que a primera hora de la mañana hay menos gente entrenando, por lo que las instalaciones suelen estar más despejadas, y además nos permite tachar desde el principio una de nuestras tareas pendientes.

Para quienes levantarse pronto supone un reto, lo mejor será hacerlo poco a poco, adelantando el despertador unos minutos cada día (o semana), yendo a dormir a una hora prudente para poder descansar las horas necesarias. No es mala idea dejarlo todo preparado por la noche, antes de acostarse, buscar a quien pueda acompañarnos en nuestro reto, porque compartido es menos sencillo escaquearse, y disfrutar de los pequeños placeres de la vida, como el momento del amanecer.