Claves para empezar a hacer ejercicio y que se convierta en un hábito (y no morir en el intento)
Empezar a hacer ejercicio no es difícil, lo complicado es continuar hasta que se convierte en un hábito. Te damos las claves para, esta vez sí, conseguirlo
Mantenerse activo es clave para sentirnos mejor. No lo decimos nosotros, lo dice la OMS, que señala que hacer ejercicio físico de manera habitual y a diario nos ayuda a mejorar nuestra salud. Una alimentación adecuada y una vida más activa se convierten en esenciales cuando queremos cuidarnos, pero no siempre resulta una tarea sencilla.
Muchos son los motivos que podemos argüir para no hacer ejercicio físico de manera regular. Desde la tan habitual (y no por ello menos cierta) falta de tiempo libre, hasta la incapacidad de ser constantes en una actividad que, para qué engañarnos, no siempre nos resulta gratificante. Si bien es cierto que los beneficios del ejercicio son muchos, hay muchas ocasiones en las que la pereza es aún mayor.
No podemos negar que esta es una decisión que tenemos que tomar, pocas son las personas que amanecen un día con la certeza de que a partir de ahora siempre harán ejercicio y lo cumplen. Es necesario reorganizar ligeramente nuestra vida, encontrar el momento que mejor nos viene y menos afecta a nuestras rutinas y después, tener una gran fuerza de voluntad para adherirnos a nuestra decisión.
* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí
Los beneficios del ejercicio físico
Nada mejor que comenzar con algunas buenas noticias. El ejercicio físico es una actividad estupenda que tiene grandes beneficios, físicos pero también mentales. Algunos de ellos los destacan en la Clínica Mayo, donde nos animan a comenzar a movernos.
Gracias al ejercicio podemos prevenir algunas enfermedades, así como reducir el riesgo de padecer otras, además nos ayuda a bajar de peso, porque gracias al ejercicio quemamos calorías (si quemamos más calorías de las que consumimos conseguiremos perder peso). También nos ayuda a estar de mejor humor, sentirnos más felices, más relajados y menos ansiosos.
La actividad física puede ayudarte a dormirte más rápido y descansar mejor, pero si no es dormir lo que te apetece, también favorece la ‘intimidad en el dormitorio’. “La actividad física regular puede mejorar los niveles de energía y aumentar tu confianza sobre tu apariencia física, lo que puede estimular tu vida sexual”, explican en su página web, donde además confirman que, “la actividad física regular quizás mejore la excitación sexual para las mujeres, y los hombres que hacen ejercicio regularmente son menos propensos a tener problemas con la disfunción eréctil”.
Claves para convertir el ejercicio en un hábito
Así las cosas, está claro que el ejercicio nos aporta muchos más beneficios que aspectos negativos, a pesar de ello, no son pocas las personas a las que les cuesta hacerle un hueco en su rutina. Hay quienes ni siquiera lo intentan, pero también están quienes comienzan y no pueden evitar darse por vencidos. ¿Hacemos algo mal? No necesariamente, pero si quieres apuntarte a una vida más sana y no rendirte, ten en cuenta estas claves.
El paso principal es escoger el deporte adecuado para cada persona. Seguro que hay gente afortunada que prueba a hacer ejercicio y encuentra su pasión a la primera. Esto no es así para todo el mundo, por lo que no dudes en probar diferentes actividades o apuntarte a clases distintas hasta que encuentres tu pasión.
El primer día nunca es sencillo, a pesar de lo que vemos en las redes sociales (casi) nadie lo hace perfecto desde el principio. En general, mejorar es un proceso, por lo que no conviene gafar la experiencia exigiéndonos imposibles, es mejor empezar por algo sencillo, que se ajuste a nuestra forma física evitando riesgo de lesiones. Como no es fácil avanzar sin tener dónde llegar, ponte un objetivo, eso sí, que sea realista y alcanzable.
Encontrar un hueco en nuestras apretadas agendas no siempre resulta sencillo, pero siempre será mejor que escojamos un horario que nos favorezca, que nos permita ser constantes, aunque esto implique rebajar la cantidad de días que entrenamos. Siempre será mejor entrenar un día que ninguno. Lo importante es empezar y, en este caso, no darnos por vencidas.
Algunas claves son más evidentes que otras, pero todas ellas nos ayudan a cumplir nuestro objetivo. Por ejemplo, no es mala idea ponernos un aviso para que nos recuerde que tenemos que hacer ejercicio. Una forma de hacerlo es realizar el ejercicio después de una actividad que ya sea un hábito, como entrenar después de tomar el café o de hacer la cama.
Es una buena idea buscar una recompensa inmediata tras el trabajo bien hecho. Estas recompensas tienen que ser positivas (y no ir en contra de nuestros objetivos), como darnos una ducha relajante, usar un jabón con un aroma que nos guste, meditar unos minutos o disfrutar de un té calentito.
La clave más importante es que sea una actividad que nos divierta, que nos ayude a cumplir objetivos, a sentirnos realizadas y a ser más felices. Por supuesto, todo ello evitando hacernos daño, por eso, para evitar riesgo de lesiones, siempre es mejor ponernos en manos de profesionales, consultando qué ejercicios pueden ser los más beneficiosos para nosotros.
Mantenerse activo es clave para sentirnos mejor. No lo decimos nosotros, lo dice la OMS, que señala que hacer ejercicio físico de manera habitual y a diario nos ayuda a mejorar nuestra salud. Una alimentación adecuada y una vida más activa se convierten en esenciales cuando queremos cuidarnos, pero no siempre resulta una tarea sencilla.
- A partir de los 50 años, nadar es el mejor ejercicio físico: beneficios para acelerar el metabolismo y la salud mental Inés Gutiérrez
- El método Naoko, la técnica japonesa de ejercicio físico para fortalecer glúteos y adelgazar Inés Gutiérrez
- Cinco ejercicios físicos para tonificar tus glúteos con los que notarás la diferencia Inés Gutiérrez