¿Sabes decir que no? Beneficios y cómo aprender a poner límites
Es importante aprender a expresar lo que sentimos y a valorar nuestras opiniones por encima de las del resto. Te damos algunas claves para lograrlo
Te invitan a un plan un sábado por la noche cuando tú ya estás con el pijama pensando la película que te vas a poner; sin embargo, en lugar de disfrutar de tus palomitas, decides vestirte y salir a tomar algo. Tienes una reserva para comer, pero tu hermana decide que mejor en otro sitio y que, ya que estas te quedes con sus hijos en casa a pasar la tarde. Tú que ya habías quedado con una amiga, cambias de plan y pasas una agradable tarde de juegos con tus sobrinos. ¿Te ha ocurrido alguna vez?
Seguro que en algún momento de tu vida has antepuesto los intereses de otra persona a los tuyos propios, has dudado de tu opinión y has pensado que la de alguien debía ser escuchada con más fuerza que la tuya. Si has pasado por ello y te sigo costando decir que no ante determinadas situaciones, te mostramos los beneficios de comenzar a hacerlo para convencerte sobre la importancia de poner límites en las relaciones personales.
Muchas veces, negarte a las peticiones que realizan las personas que te rodean genera un sentimiento de culpa. Esto es un problema, puesto que te estás responsabilizando de cosas que no te corresponden y aunque piensas en la reciprocidad y que ellos harían lo mismo por ti, es injusto que tengas que ceder.
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Pese a que el sentimiento de malestar este presente, a la larga beneficia a tu rutina diaria el aprender a decir que no a las peticiones. Tienes que conocer tus límites y explicar de una forma clara los motivos de tu negativa o simplemente estar seguro para poder decir que no por el mero hecho de que no te apetece.
Beneficios de decir que no
El momento en que aprendes a decir que no, dejas de autoexigirte para alcanzar metas u ortivos que te sobrepasan, pero que son interesantes para otras personas. Aumentarás tu autoestima y te sentirás mejor con la percepción que tienes de ti mismo. Así es más fácil aprender cuáles son los límites y capacidades que tienes.
Además, comprenderás que no se puede complacer a todo el mundo, sino que pondrás en perspectiva tus relaciones personales y por quién es importante ceder y quién no lo merece. Así, evitarás relaciones de abuso y analizarás mejor las situaciones y problemas a los que te enfrentas. Estarás más comprometido, ya que dedicarás más tiempo a lo que realmente te interesa y serás más sincero con el resto, pues mostrarás tu verdadero yo delante de ellos.
Cómo ves aprender a poner límites es fundamental para mejorar tu salud mental. Sin embargo, no es sencillo. Si la situación te supera, un psicólogo puede ayudarte a mejorar tu capacidad de decir que no y de anteponerte. Según los especialistas, hay que seguir una serie de pasos.
En primer lugar, debes conocerte en profundidad y aprender dónde quieres marcar los límites. Saber hasta donde eres capaz de llegar y el punto en el que te niegas a seguir cediendo. Además, tienes que comprender que es un cambio muy progresivo. Empieza mostrando tus intereses y deseos al resto, como por ejemplo ser tú quien elija un restaurante o proponga un destino de vacaciones.
En segundo lugar, tienes que ser constante y seguro de ti mismo. Para ello, hay que trabajar la autoestima y aprender que tus opiniones son tan válidas como las del resto. Cuanto antes lo logres mejor, puesto que no darás tiempo a consolidar relaciones de abuso.
Además, hay que perder el miedo a ofender con la palabra. Para ello puedes aprender técnicas de comunicación y con responsabilidad afectiva expresar tus sentimientos. No dejes que tus pensamientos intrusivos se interpongan en tu camino y actúa sin temer a las consecuencias. Puede que esas cosas negativas que piensen nunca pasen.
Por último, ponlo todo en perspectiva. Da la importancia justa a las cosas para saber priorizar lo que de verdad te interesa. Intenta verlo desde fuera y piensa qué harían otras personas en tu situación, si las consideras fuertes, tú también puedes serlo. De esta manera mejorarás tus relaciones personales y tu salud mental.
Te invitan a un plan un sábado por la noche cuando tú ya estás con el pijama pensando la película que te vas a poner; sin embargo, en lugar de disfrutar de tus palomitas, decides vestirte y salir a tomar algo. Tienes una reserva para comer, pero tu hermana decide que mejor en otro sitio y que, ya que estas te quedes con sus hijos en casa a pasar la tarde. Tú que ya habías quedado con una amiga, cambias de plan y pasas una agradable tarde de juegos con tus sobrinos. ¿Te ha ocurrido alguna vez?
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