Por qué nunca deberías dejar que nadie hiciera hoovering contigo

En las relaciones, existen muchas técnicas de manipulación y conocerlas puede ayudarnos a poder evitarlas. Muchas prácticas dejan a quien las sufre con la autoestima por los suelos, como el ghosting, que llega incluso a producir culpabilidad porque no se entiende qué es lo que ha salido mal.

Otras directamente pueden considerarse una forma de abuso, como es el caso del hoovering, que arrastra hacia relaciones tóxicas, y que es típica de las personalidades narcisistas o egocéntricas, aunque en un momento determinado cualquier persona puede llegar a poner en práctica esta táctica.

Qué es el hoovering y cuáles son las señales para reconocerlo

Se conoce como hoovering, o técnica de la aspiradora, a una forma de manipulación, como ya hemos visto con otras prácticas como el negging, a través de la cual se intenta convencer a la expareja para que retome la relación. Volver a estar en una relación no es siempre la finalidad, en ocasiones es solo no perder la atención que le prestaban o evitar que esa persona sobre la que se ejercía un control se aleje.

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“Puede haber muchas razones por las que un narcisista se dedica a aspirar, incluido el deseo de control, atención y validación, el miedo al abandono, la necesidad de superioridad, la manipulación emocional, el sentido de derecho, el deseo de venganza, el miedo de perder el suministro, en ciertos casos el sadismo”, explica la psicóloga Lore J. Ochoa en sus redes sociales, que emplea para concienciar de estas prácticas.

“Independientemente de las motivaciones específicas, hacer hoovering es una forma de abuso emocional y es importante priorizar tu propio bienestar al establecer límites fuertes y buscar apoyo”, recomienda. “Recuerda que mereces ser tratado con respeto y amabilidad, y no tienes que tolerar ninguna forma de abuso emocional”.

En general, hay ciertos comportamientos que se repiten entre las personas que hacen hoovering, aunque no tienen por qué darse todas en todos los casos.

Por ejemplo, un caso muy habitual es cuando, tras un tiempo sin contacto, se recibe un mensaje o una llamada, suelen ser en fechas señaladas y con recuerdos de cosas que se hacían en pareja. También es muy frecuente que te lo ‘encuentres’ o aparezca de la nada en tu casa o tu trabajo, o que use a familiares y amigos para saber de ti.

Para tratar captar de nuevo la atención que sienten que están perdiendo, tienden a hacerse las víctimas, llegando a inventar problemas de salud o alguna crisis grave. Son expertos en manipulación y no es raro que empleen el chantaje emocional e incluso técnicas como la luz de gas o gaslighting.

Aseguran que van a cambiar, pero en realidad no se hacen responsables ni son conscientes de sus errores, te hacen saber que no te han olvidado y también que te extrañan. En estos casos es importante buscar ayuda, tanto para conseguir alejarse de esta persona como para evitar que triunfe en sus intentos de regresar.