Las claves del minimalismo mental: qué es y cómo nos beneficia
El minimalismo mental se ha convertido en el aliado de los que buscan deshacerse de las cavilaciones menos útiles, en pro de la paz y la armonía de las emociones
El minimalismo se ha convertido en una de esas palabras que, de una forma u otra, surge en la mayoría de las conversaciones. Un término con múltiples acepciones que transcurre en terrenos como la decoración, con cocinas minimalistas o el minimalismo cálido, la belleza o la moda con propuestas como los looks de Jennifer Lawrence. Aunándose en un concepto de vida que nos lleva hacia el 'menos es más'.
Así, buscando un estilo de vida más consciente y lento, el minimalismo es una corriente donde eliminar todo aquello que nos sobra, no necesitamos o no nos hace felices. Una meta que se suma al movimiento slow life, que se puede aplicar a la decoración, pero también a nuestros pensamientos, con el minimalismo mental. Miles de ellos se acumulan en nuestro cerebro a diario. Aquí el quid de la cuestión radica en lograr que nuestra mente esté centrada y sin distracciones.
Viviendo el aquí y el ahora, alejándonos del estrés y sobre todo de la ansiedad y de la anticipación. Una búsqueda de lo esencial para nuestra armonía, que parece sencilla, pero que resulta mucho más complicada de lo que parece, especialmente en la era de la sobreinformación que vivimos actualmente.
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De hecho, un equipo de psicólogos de la Universidad de Queen, en Canadá, estableció que solo en un día podemos acumular 6.200 'gusanos del pensamiento', como denominaron a los bloques o 'divagaciones' sobre un tema. Una carga mental que es excesiva en la mayoría de los casos, ya que buena parte de esos 'gusanos del pensamiento' son innecesarios y maliciosos para nosotros.
¿Qué es el minimalismo mental?
Por eso, el minimalismo mental puede ser la clave para ayudarnos de deshacernos de esos pensamientos de más. Su objetivo es dejar espacio para lo verdaderamente importante, creando un entorno en orden y calma. Despidiéndonos de aquellos elementos que nos distraen o nos hacen daño. Buscando una higiene emocional que, comparándolo con un minimalismo material, es cómo eliminar parte de tu ropa.
Es decir, si te gusta practicar deporte, no tienes por qué dejar de tener ropa deportiva en tu armario minimalista. Sin embargo, si te causa ansiedad o frustración ver esas zapatillas de correr sin estrenar, es el momento de dejarlas marchar. Dando espacio a lo que de verdad te importa, que quizás es una esterilla de yoga. Unas claves que se pueden extrapolar al minimalismo mental.
Las claves para conseguir iniciarse en esta práctica se resumen en tres grandes bloques, según expertos como el escritor Aston Sanderson. La primera tarea es observar qué pasa por nuestra mente. Recordando el famoso '¿Qué tengo en el coco?', hagamos literal este juego de mesa para pararnos a reconocer qué estamos pensando.
Dado que en nuestro día a día, los pensamientos pasan desordenados, agolpándose y sin ser detectados por nuestro cerebro. Aunque, es importante destacar que debemos hacerlo sin juzgar, solo fijándonos en qué está pasando en nuestro interior. La segunda clave es intentar deshacernos de los pensamientos innecesarios. Muy relacionado con las técnicas de mindfulness, el minimalismo mental nos pide que paremos, escuchemos qué pensamientos son útiles y que al resto les dejemos marchar.
¿Cómo centrar la mente?
Por ello, es muy interesante categorizar nuestros pensamientos. Priorizando cuáles son más o menos valiosos y cuáles son positivos o negativos para nosotros en ese momento. Una tarea para la que es muy útil la escritura, poniendo en papel cómo te sientes o qué pensamiento te ronda sin descanso.
Una vez sepamos qué ocurre en nuestra mente y estemos simplificando nuestras cavilaciones, llega el momento de practicar la atención plena. Si ya has detectado y reducido tus pensamientos, podemos pasar al nivel de centrarnos al máximo en un pensamiento o una actividad. Si tu cerebro se enfoca en algo que te interesa, el nivel de estrés disminuye, mejora la concentración y notarás menos cansancio.
Pautas que seguir hasta que se conviertan en hábito, ya que el minimalismo mental es casi un deporte que debes practicar a diario. Logrando cada vez más solvencia en esta tarea. Iniciando pequeños cambios como controlar el exceso de información de los dispositivos electrónicos, practicando la escritura consciente o realizando ejercicios de meditación.
Mini rutinas que marcarán la diferencia para una mente más sosegada a la par que despierta, ya que podrás centrarte en lo que más valoras. Sintiendo cómo la mente va dejando hueco a nuestros intereses y como te notas más descansado. Ideas a las que sumar otras pautas muy beneficiosas para nuestro interior como practicar ejercicio, potencias los hábitos de vida saludables como Isabelle Junot, tener aficiones analógicas o disfrutar de actividades al aire libre. Además de acudir a los profesionales de la psicología. Todo ello para disfrutar de una mente minimalista y en paz. Sin sobrecargas.
El minimalismo se ha convertido en una de esas palabras que, de una forma u otra, surge en la mayoría de las conversaciones. Un término con múltiples acepciones que transcurre en terrenos como la decoración, con cocinas minimalistas o el minimalismo cálido, la belleza o la moda con propuestas como los looks de Jennifer Lawrence. Aunándose en un concepto de vida que nos lleva hacia el 'menos es más'.