Diferencias entre el ejercicio aeróbico y el anaeróbico: ¿cuál quema más calorías?

Hacer ejercicio de forma regular es algo imprescindible para gozar de un buen estado de salud en todos los aspectos. Sin embargo, muchas personas dudan acerca de cuál es el ejercicio más recomendable, y qué diferencias existen entre el ejercicio aeróbico y el anaeróbico. Hoy vamos a despejar todas las dudas al respecto.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que, según los expertos, no hay un tipo de ejercicio mejor que otro: lo ideal es combinar ambos buscando el equilibrio, puesto que cada uno tiene sus beneficios específicos.

La principal diferencia entre uno y otro es que el ejercicio aeróbico implica el consumo de oxígeno para generar la energía que requieren los músculos para realizarlo, y el anaeróbico no. Por lo general, los ejercicios aeróbicos se conocen también como cardiovasculares o de resistencia, e implican que el cuerpo esté en movimiento de forma rítmica durante un tiempo prolongado.

De esta manera, al realizar ejercicio aeróbico se incrementan tanto el ritmo respiratorio como la frecuencia cardíaca. Son ejercicios aeróbicos, por ejemplo, el running, la natación, montar en bicicleta o los que implican moverse al ritmo de la música, como las sesiones de zumba.

En cambio, el ejercicio anaeróbico implica, por lo general, fuerza y potencia, así como el desarrollo de masa muscular. Se trata de ejercicios que, en principio, tienen una intensidad alta y corta duración: de varios segundos a pocos minutos. Algunos ejemplos de ejercicios anaeróbicos son todos los que se realizan con el peso corporal (como las planchas, sentadillas o dominadas).

Ambos tipos de ejercicio son complementarios y necesarios para un estado de salud óptimo. A grandes rasgos podemos decir que el aeróbico mejora la resistencia cardiovascular, y el anaeróbico, la fuerza y la masa muscular.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas sanas con edades comprendidas entre los 18 y los 64 años deberían realizar ambos tipos de ejercicio, a razón de entre 150 y 300 minutos a la semana de ejercicio aeróbico (si la intensidad es baja, si es moderada sería suficiente con 75 minutos) y de 30 a 60 minutos de ejercicio anaeróbico.

Aunque los expertos insisten en que lo óptimo es combinar ambos tipos de ejercicio, aeróbico y anaeróbico, es cierto que a nivel de calorías se queman más, por lo general, con el anaeróbico. La razón es muy sencilla: el gasto calórico es más alto porque la intensidad, así como el esfuerzo realizado, es mayor. Es, además, el que consigue resultados en un período de tiempo más corto.

Sin embargo, debido a todos los beneficios que supone el ejercicio aeróbico, sobre todo a nivel cardiovascular, es muy importante realizar entrenamientos que combinen ambas disciplinas.