Cinco cosas que nunca deberías prohibir a tu hijo, según un experto en psicología
Que los hijos aprendan a gestionar su libertad es un aspecto fundamental en la educación que reciben, es por ello que hay ciertas cosas que nunca se les deben prohibir
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Cuando hablamos de crianza y educación todos somos conscientes de que no es un camino sencillo, en muchas ocasiones nos encontramos con dificultades que no sabemos de qué manera afrontar. Uno de estos problemas, a menudo, tiene que ver con la cuestión de establecer o no establecer límites a los más pequeños. Según los expertos, existen ciertos aspectos básicos para su desarrollo emocional que no deberían ser prohibidos nunca por los progenitores.
El primero de ellos tiene que ver con la fase de negación que experimentan la mayoría de los menores ante ciertas órdenes de sus padres o cuidadores. En esta etapa los niños buscan reafirmar su personalidad diferenciándose de la opinión que se les intenta imponer. Esta actitud, según los expertos, no es mala ni es algo que se deba castigar siempre y cuando no afecte a su salud o su integridad física.
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El segundo aspecto a tener en cuenta es el relacionado con las emociones. Para un menor, la libertad para expresar sus emociones es algo vital y nosotros como padres o cuidadores no debemos intentar reprimirlas, sino reconducirlas de modo que no generen frustración ni para nuestro hijo ni para nosotros. El llanto o el enfado son las heramientas primarias y básicas que los menores poseen, reprimir sus emociones y/o necesidades no es bueno según los expertos, ya que estamos provocándoles un sentimiento de frustración que irá creciendo a lo largo del tiempo.
Otra de las acciones que debemos valorar y celebrar en los pequeños es la que tiene que ver con fomentar su autonomía. Hay que valorar en todo momento la iniciativa hacia cualquier actividad que quieran desarrollar y, aunque la tarea en cuestión no tenga un resultado satisfactorio, siempre hay que reconocerles la voluntad y el intento que han llevado a cabo desarrollándola.
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Otra área importante es la de explorar el mundo y cometer errores. Este aspecto es de vital importancia para el desarrollo de la personalidad de los más pequeños. Muchas veces tendemos a la sobreprotección y a no dejarles que se expongan a situaciones que puedan acarrear un pequeño peligro, como por ejemplo subir a un columpio demasiado alto por miedo a que se caigan y se hagan daño, pero aunque nos cueste debemos fomentar la curiosidad de los menores para que adquieran independencia y confianza en ellos mismos.
Por último, con el paso del tiempo cada menor irá encontrando sus preferencias y se comportará de un modo acorde a ellas, esto no solo es muy importante en su desarrollo emocional, sino que prestando atención a sus preferencias estaremos demostrándole que respetamos sus decisiones, fomentando así la confianza y reafirmando el vínculo entre padres e hijos.
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Debemos reconocer que los errores proporcionan oportunidades de aprendizaje, permitir que los niños enfrenten el fracaso de manera controlada, fomenta el desarrollo de habilidades relacionado con la resolución de problemas.
La clave en la crianza reside en encontrar un equilibrio entre la educación y la libertad. Permitir que los niños expresen sus emociones, cometan errores, jueguen, hagan preguntas y sean ellos mismos les proporciona las herramientas necesarias para convertirse en adultos seguros y funcionales. Si les prohibimos actividades que desean realizar o les imponemos aquello que queremos que hagan, podemos estar generándoles frustraciones e inseguridades que no les ayudarán en su desarrollo emocional.
Cuando hablamos de crianza y educación todos somos conscientes de que no es un camino sencillo, en muchas ocasiones nos encontramos con dificultades que no sabemos de qué manera afrontar. Uno de estos problemas, a menudo, tiene que ver con la cuestión de establecer o no establecer límites a los más pequeños. Según los expertos, existen ciertos aspectos básicos para su desarrollo emocional que no deberían ser prohibidos nunca por los progenitores.