El truco de una nutricionista para detectar cuándo se está (o no) saciado y poder dejar de comer

Las dietas restrictivas, los trastornos alimenticios y las enfermedades pueden llegar a alterar las sensaciones de hambre o evitar que conectes con ellas para saber cuándo tienes que dejar de comer, o por el contrario, comer más cantidad. Una nutricionista, Sofía Giaquinta, intenta arrojar algo de luz en su Instagram sobre el asunto de cómo saber si una persona está saciada y puede dejar de comer.

“Igual no lo sabes o te cuesta, al principio te tienes que dejar llevar un poco y no querer controlar eso. Cuando dejamos las dietas no tenemos que pasar a unas nuevas normas y saber perfectamente cómo es mi sensación de hambre o cuándo tengo que dejar de comer. Tu estómago no se ilumina y dice empieza a comer, para de comer”, explica la experta.

Giaquinta cuenta que el cuerpo humano no funciona así y que hay que confiar un montón en las sensaciones. “Tú cuando vas a hacer pis es porque te meas, atiendes esa sensación y te da igual cuántos mililitros de pis has echado y funcionamos un poco intuitivamente por sensaciones. Pues cuando comemos debería ser lo mismo”, ejemplifica.

La nutricionista también especifica que depende mucho del contexto en el que se encuentre uno, por ejemplo “si ya tenía algo preparado de comida, si me lo he tenido que preparar rápido y corriendo, si tenía mucha hambre”. A pesar de los condicionantes, Giaquinta explica que no hay que obsesionarse con percibir la sensación de saciedad.

“Como te pongas a pensar estaré llena ya quiero más, ya no quiero más, si te lo replanteas 9 millones de veces al final es que esa ansiedad que estás generando por hiper vigilar tu sensación de saciedad no te va a salir, te vas a agobiar”, explica la experta.

Para averiguar y localizar la sensación de saciedad, lo mejor es experimentar: “Come, que ya no quieres más, para de comer, que al poco tiempo vuelves a tener hambre come que no pasa nada, date tiempo y a largo plazo te irás regulando tú sola y conociéndote estupendamente. Honra tu sensación de hambre, atiéndela, come, y ya vendrán solas el resto, o no y no pasa nada. Come sin hambre, picotea, juega y descubre qué te apetece”.